Colabora


El penúltimo raulista vivo

Todos los días son 31 de diciembre para Villar

Les contaré un pequeño secreto: me pone de los nervios entrevistar a Ángel María Villar. Utiliza las mismas respuestas para todas las preguntas imaginables que puedas hacerle, de forma que, dependiendo del día que toque, te responderá con la opción "A", "B" o "C" independientemente de que tú le estés preguntando por su color favorito, el cine de los hermanos Cohen o el sentido de la vida. Del tono utilizado en todas y cada una de sus respuestas se deduce claramente que está encantadísimo de haberse conocido y que, si por él fuera, seguiría tomándonos a todos el pelo desde la presidencia de la FIFA, el Ministerio de Sanidad, el Foreign Office o la mismísima Casa Blanca. Y por mucho que lo intento no consigo evitar imaginármelo tocando el ukelele, bailando la conga de Jalisco o blandiendo un matasuegras. Porque, en el fondo, para Ángel María Villar Llona todos los días del año son 31 de diciembre y cuando hablas con él existe la posibilidad de que le pilles con la boca llena de turrón del blando.

Hoy estoy un poquito más acelerado por eso precisamente, porque acabo de entrevistar a Ángel Villar. La noticia del día es que la Federación por él presidida no ha conseguido contratar un seguro que cubra las desorbitantes primas de la selección, de forma que si España, ojalá sea así, ganara el Mundial, él tendría que aflojarle a cada jugador la bonita cantidad de 540.000 euros. El señor Villar me ha tranquilizado plenamente al asegurarme que, en ese caso, la Federación respondería. ¿Cómo? ¿Vendiendo la Ciudad del Fútbol de Las Rozas? A las dos y media de la tarde, el Consejo Superior de Deportes estudiaba la posibilidad de mandarle una comunicación a Villar no haciéndose responsable subsidiario de un eventual triunfo español en el Mundial que obligaría a la RFEF a pagar un total de catorce millones de euros. Pero eso a Villar le da lo mismo. ¿Será por dinero?

Ni se me pasa por la imaginación que Villar esté haciendo ahora con las primas de la selección lo mismo que hacía aquel caballero del "Lazarillo de Tormes" que, totalmente arruinado, estaba obsesionado por mantener las apariencias de cara al exterior y, aunque no podía comer todos los días, siempre salía de su casa con un palillo entre los dientes. Lo que ya sería realmente increíble es que Villar, el hombre para el que todos los días son 31 de diciembre, estuviera lanzando un órdago a la grande con tres pitos, consciente de que España no tiene ni una sola posibilidad real de hacer algo grande en este Mundial. Villar salió hoy del Congreso de la FIFA con un palillo entre los dientes. "Ñam, nam... ¡Qué rico!"

Lo más popular

  1. Begoña Gómez ofreció en Ghana apoyo y colaboración a proyectos de género un año antes de firmarlos Sánchez
  2. Vídeo: Lo que no se vio detrás de las cámaras del especial 'Es la Mañana de Federico' en Palma
  3. Vídeo: De la exaltada Montero a militantes muy llamativos: los momentos más locos de la concentración en Ferraz
  4. Pablo Iglesias rabia ante el éxito de Jiménez Losantos en La2: "No se debería permitir en TVE"
  5. El milagro de Milei: logra el tercer superávit consecutivo en Argentina

Ver los comentarios Ocultar los comentarios

Portada

Suscríbete a nuestro boletín diario