
Era un día de idas y venidas en Madrid. Partido a mediodía con las miradas puestas en el inminente cierre del mercado de fichajes, en el que actualidad merengue pasa más por quién sale y entra del vestuario que por lo que ocurre dentro del campo.
Con Bale en el disparadero, y el verano deportivo pidiendo ya la hora, el foco mediático ilumina estas jornadas a los que pudieran ser perjudicados por la llegada del jugador del Tottenham. El primero y evidente, el que fue el gran ausente en el once de Ancelotti: Mesut Özil. El alemán, indiscutible hasta hace muy poco, está viendo cómo le pasa por la derecha la constante genialidad de Isco, que convierte cada balón que toca en algo nuevo, diferente e imaginativo y que, además, se encuentra en una forma física apabullante. Si Modric es el faro, el malagueño es la luz de neón de este Madrid: brillante, llamativo y siempre fiable.
Parece evidente la inefectividad de Özil volcado a la banda derecha, donde el técnico blanco ha dejado claro que prefiere a Di María, aunque ese flanco será propiedad de Gareth Bale si finalmente, como se espera, se efectúa el fichaje. Cualquiera que ahora mismo busque las mejores jugadas del 10 del Madrid encontrará ante su pantalla varios minutos de recital futbolístico, magia, pases imposibles, elegancia y detalles asombrosos. Pero la realidad, sin discutir su hueco en cualquier equipo del mundo, es que es demasiado intermitente, y lo peor, parece incompatible con los que ahora mismo tienen al Bernabéu encandilado.
Luego está Kaká. El mayor desastre deportivo que se recuerda tuvo la desfachatez de exigir que le dejen marchar, probablemente de vuelta a Milán, dejando a su equipo en una situación que hará aún más deficitaria la historia de su traspaso.
Vuelo Bilbao-Manchester
Pero no sólo echan humo los faxes de Concha Espina. El once al que se enfrentaron los hombres de Carletto tuvo una ausencia notabilísima. Ernesto Valverde no alineó a uno de los grandes nombres del Athletic Club. Ander Herrera, que está siendo rondado por el Manchester United, no disputó un solo minuto en el Bernabéu. Josu Urrutia pide la cláusula, mientras media Europa se escandaliza por que unos red devils, desesperados por encontrar un creador para su centro del campo, paguen más de 30 millones por un chaval, que si bien es un gran pelotero, también resulta ser desconocido para la mayoría de los aficionados ingleses.
Mientras tanto, entre los comentarios de la grada sobre quién va y quién viene, 3-1. Partido sin mucha más historia que un clásico en las postrimerías del mercado de fichajes. El típico primero de septiembre en el Bernabéu.
