Las acusaciones de corrupción y la falta de transparencia y medidas para subsanarla le están empezando a costar caro a la FIFA. El máximo organismo del fútbol mundial comienza a ver cómo se ha iniciado una lenta fuga de patrocinadores alarmados por los escándalos que han salpicado a la institución.
A pesar de las acusaciones sobre una supuesta compra de votos en las elecciones de los mundiales de Rusia 2018 y Qatar 2022, la comisión ética de la FIFA consideró que no se produjo "ninguna violación o incumplimiento de las normas y reglamentos correspondientes" y dio por concluida una que sólo ha arrojado sombras y ha dejado sin castigo a los implicados en el denominado informe García.
El organismo se limitó a asegurar que cambiará algunos procedimientos como el hecho que solo voten los miembros de su asamblea y que nunca más se decida a la vez la elección de dos mundiales. Sin embargo, esto ha sido insuficiente para muchos de sus patrocinadores que han visto con preocupación la imagen de corrupción que se ha hecho patente.
El primer patrocinador en anunciar que no extenderá su contrato con la FIFA ha sido Sony, según ha desvelado el diario norteamericano The Wall Street Journal. La empresa japonesa, que invertía 200 millones de euros anuales, no continuará vinculada a la entidad después del próximo 31 de diciembre.
Tras la decisión está la falta de transparencia y los problemas que ha demostrado la FIFA para aclarar los sucedido. Tampoco continuará como patrocinador otra de las empresas más importantes que daban respaldo al organismo. La aerolínea Emirates también ha anunciado que no prolongará su vinculación, al igual que las empresas de comunicación Edelman o Bell Pottinger.
Sony y Emirates formaban parte del núcleo de patrocinadores más importantes junto a Coca Cola, Visa, Adidas y Hyundai y Kia. En el caso de la firma deportiva, hace unas semanas prolongó su contrato hasta 2030 y confirmó que no le inquieten los casos de corrupción, algo en lo que difiere con las demás. Coca Cola ya señaló en un comunicado su decepción por "las perspectivas contradictorias" de la investigación, algo que también reflejó McDonald's. Más tajante se ha mostrado Visa que ha pedido una actuación "rápida" y "transparente".
Los patrocinios son una de las fuentes de ingresos más importantes de la FIFA. Sólo en los últimos cuatro años previos al Mundial de Brasil se embolsó cerca de 4.000 millones de dólares, por lo que además de su imagen la corrupción ha puesto en juego sus finanzas. Con la reputación por los suelos, ahora debe convencer a sus anunciantes de que puede recuperar el prestigio perdido con unas actuaciones que, lejos de aclarar lo sucedido, han levantado más suspicacias.