
No es ni mucho menos habitual que un entrenador de fútbol no haga ningún cambio durante los noventa minutos que dura un encuentro, pero lo es aún menos que esto mismo ocurra en dos partidos y de forma consecutiva. Con Luis Enrique es y ha sido posible.
En los dos últimos partidos disputados por el Barcelona en Copa del Rey ante el Villanovense y en Liga ante el Valencia en Mestalla, el técnico asturiano no ha movido el banquillo. Los once que empezaron son los once que terminaron y las situaciones en los dos encuentros fueron totalmente opuestas.
Jugó con diez en Copa del Rey
En Copa, el Villanovense visitó el Camp Nou con el 0-0 de la ida y acabó llevándose un set del Barcelona. 6-1 ganó el equipo azulgrana que despachó el partido con gran facilidad. Luis Enrique optó por reservar a sus figuras y su plan B saltó al terreno de juego.
Mestalla fue la siguiente 'plaza' donde tuvo que jugar el Barcelona. Estadio difícil, rival complicado y empate a uno que redujo la distancia del líder con sus perseguidores. Un gol de Santi Mina en la recta final le quitó dos puntos a un Barcelona que fue superior y que no utilizó ninguna variante para amarrar el resultado, ampliarlo o volverse a adelantar en el mismo.
En la banqueta estuvieron Ter Stegen, Bartra, Vermaelen, Adriano, Samper, Munir y Sandro. Ni para defender ni para atacar fueron opciones para Luis Enrique que acabó el partido con los mismos que lo empezaron.
El míster azulgrana, no en el partido de Copa, pero sí en el de Liga, parece no tener demasiada confianza en los relevos. Hay que recordar que hombres como Rafinha, Arda o Aleix Vidal están fuera de juego, los dos últimos hasta 2016.
