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Caso Griezmann: ni pitos ni gestos

El jugador francés acertó de pleno al frenar el contraataque de su equipo con 1-0 en el marcador, pero el pique con la grada fue innecesario. 

El jugador francés acertó de pleno al frenar el contraataque de su equipo con 1-0 en el marcador, pero el pique con la grada fue innecesario. 
Griezmann mandó callar a parte de la grada. | Movistar TV

Sin entrar en debates radicales sobre "regalar a Griezmann con un lazo por su gesto" o "perdonarle todo porque la han tomado con él sin motivo", el caso del francés tiene que ser analizado desde el punto de vista de lo más importante para la afición del Atlético de Madrid, es decir, el bien del equipo. Y le pese a quien le pese, con o sin razón, la suerte del cuadro de Simeone dependerá de la felicidad del '7'.

Lo sucedido ante el Valencia, a nivel meramente futbolístico, no tiene punto de comparación con el que medirlo porque Antoine Griezmann hizo lo que debía de hacer poniendo inteligencia y sangre fría a un momento en el que el Atlético se jugaba una victoria vital para sus aspiraciones. Compañeros, cuerpo técnico y el 99% de los aficionados del cuadro colchonero están encantados con la decisión del galo, y eso casi nadie lo pone en duda.

El problema llegó cuando Antoine silenció a la grada. En este caso, la parte del Wanda Metropolitano a la que Griezmann mandó callar corresponde a la grada baja del lateral este, pero en el pasado, el fondo norte, recibió otro mal gesto del delantero en el partido de Champions ante el Qarabag. En apenas unos meses ya ha tenido dos piques con la mitad del estadio y la situación empieza a ser más que preocupante.

Sobran los pitos

Sólo los más soñadores se atreven a pensar en la presencia de Griezmann el año que viene en el Wanda Metropolitano y tienen razones para pensarlo. Manchester United y Barcelona se van a matar por el galo y uno de los dos, salvo aparición estelar de un tercero en discordia, se van a llevar al futbolista por los 100 millones de su cláusula. Al menos, eso es lo que espera la afición, que se vaya por el montante total, no por una cifra cercana como en otros casos.

Pese a su más que cerrada marcha, mientras el ex de la Real Sociedad sea jugador del Atlético sobran los pitos. No ayudan a ninguna de las partes implicadas. Griezmann corre lo mismo con pitos o con aplausos de fondo, pero lógicamente está mucho más suelto cuando recibe lo segundo. El francés tiene una personalidad fuerte aunque salte de vez en cuando, sin embargo, de nada sirve que se sienta incómodo jugando como local. Sin él, el Atlético pierde calidad arriba y su ataque se atasca. Pitar a Griezmann puede suponer la pérdida de puntos en Liga y de goles en la Europa League. Nadie quiere eso.

El '7' no va a cambiar de actitud. Su implicación va a ser la misma. Su profesionalidad, también. El seguidor que lo critique porque corre menos que el año pasado no influye en él. El aficionado que lo defienda porque corre lo mismo o más que en el pasado, tampoco. Griezmann no va a cambiar porque nadie se lo diga, pero mejor ahorrarse el sonido de viento, como mínimo, hasta que deje el club.

Sobran los gestos

La afición del Atlético de Madrid que se dio cita ante el Valencia en el Wanda Metropolitano lo pasó realmente mal en la grada para soportar el frío y el mal tiempo de la capital de España. No fue un día fácil para ir al estadio y aún así hubo más de 50.000 aficionados apoyando al conjunto rojiblanco. Sólo por eso, sobran los gestos.

Bien es cierto que no hay que soportar todo y a todos, pero Griezmann forma ya parte de la élite del fútbol mundial y como tal tiene cosas muy positivas en su haber y otras tantas negativas. No hace tanto, Antoine ostentaba la medalla de bronce en el podio de los tres mejores jugadores del mundo. Cristiano y Messi fueron oro y plata, respectivamente. ¿Ellos reciben pitos? El primero sobre todo, pero al segundo también le ha caído alguna que otra reprimenda aunque más en Argentina que en Barcelona.

Griezmann quiere respeto. Debe tenerlo. Pero para recibirlo hay que darlo y el aficionado del Atlético de Madrid siente que su estrella no le ha dado el que merece. Hermanos, televisiones francesas, entrevistas, silencios en veranos... ¿Hubo un sacrificio en julio para seguir de rojiblanco y no abandonar el proyecto condicionado por la sanción FIFA? Sí. ¿Es algo heroico y te da carta blanca para hacer lo que quieras? No. Los héroes y heroínas son de otro tipo y saltan al vacío sin el colchón de un contrato muy bien remunerado. El gesto de compromiso del '7' es de agradecer y de admirar, pero tampoco hay que mitificar dioses en el fútbol moderno en el que nos movemos.

Pitos y gestos aparte, el Atlético y Griezmann deben caminar juntos hasta final de temporada porque, a día de hoy, tienen el mismo camino que recorrer. Luego, que cada uno juzgue lo que quiera.

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