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Salva Ballesta: "El fútbol es una profesión de mentira porque solo importa el resultado"

El técnico del Algeciras charla en exclusiva con Libertad Digital dentro de nuestro serial de entrevistas a entrenadores.

El técnico del Algeciras charla en exclusiva con Libertad Digital dentro de nuestro serial de entrevistas a entrenadores.
Salva Ballesta en el Algeciras. | Algeciras

Pichichi en Primera y Segunda División. Un 9 que siempre que garantizó goles. Internacional con España. Así es Salva Ballesta, exfutbolista que hizo su carrera goleadora en equipos como Sevilla, Écija, Racing, Atlético de Madrid, Valencia, Levante, Bolton, Albacete y Málaga. Ahora como entrenador, Salva Ballesta sigue buscando goles, eso no ha cambiado, pero también intenta no encajarlos. El ‘killer’ cambió el césped por los banquillos y de momento sus pasos han tenido lugar en clubes como el Atlético Malagueño, Jaén, Móstoles y ahora Algeciras.

El técnico del conjunto algecireño es protagonista en nuestro serial de entrevistas a entrenadores tras las entrevistas realizadas a Pacheta, Paco Jémez, Asier Garitano, Irene Ferreras, Míchel González, Julio Velázquez, José Luis Oltra, Martín Lasarte, Miroslav Djukic, Javi Calleja, Miguel Herrera, María Pry, Diego Dabove, Óscar Fernández y Nacho Ambriz.

Pregunta: ¿Qué prioriza más a la hora de establecer una estrategia, su equipo, el rival o es un 50-50?

Respuesta: Me cuesta creer que los equipos no se fijen en sus rivales. Eso en mi opinión es un intento de quedar bien. Si vas a la guerra lo mejor es saber todo lo que te tiene tu enemigo y las armas de las que dispone. Nosotros hacemos un estudio muy exhaustivo de nuestro rival y lo adaptamos a nuestra manera de jugar. Por supuesto que no vamos a cambiar la idea que tenemos de fútbol, pero sí le damos mucha importancia al rival. Además en este caso con el Algeciras no somos un equipo que tenga un nivel tan grande de plantilla como el que tienen otros clubes y por eso intentamos afrontar los partidos siendo inteligentes. Hay que saber el presupuesto que tenemos, el futbolista que puede jugar en nuestro equipo y todo ese contexto general. Ojo, nuestros futbolistas también tendrán cosas que no tenga los rivales y eso hay que aprovecharlo. Es como si en Primera División equipos más modestos se quieren medir a los poderosos. ¿Siempre van a perder? No, ni mucho menos. Seguramente habrá partidos que ganes y ahí tienes que hacer valer las cualidades de los tuyos más allá de presupuesto, valor de mercado etc.

P: ¿Qué deben tener sus equipos para que usted vea el sello de Salva Ballesta en ellos?

R: Creo sobre todo en el grupo. Mi educación personal y futbolística desde niño y el entorno en el que me he movido me han hecho creer en el valor grupal. Más allá de eso también está el sentido de pertenencia buscando que el club en el que estés llegue lo más alto posible. Por supuesto, el esfuerzo, el sacrificio y el compañerismo también son innegociables. Esos son puntos vitales de mis equipos. Considero que no hay ningún jugador en este deporte que no sea capaz de hacer un esfuerzo determinado. Yo pongo una velocidad de crucero en mi trabajo y el que consiga aceptarla formará parte de mi equipo. El que no la acepte se irá. Yo no puedo estar pendiente de si uno da más o da menos. La intensidad que yo pido es fuerte, pero es lógica y el que no esté en ese barco se caerá.

P: A nivel táctico y sabiendo que un sistema es siempre dinámico y depende del rival, ¿qué dibujo, a grandes rasgos, se adapta mejor a lo que usted quiere en el terreno de juego?

R: Está claro que esto es un deporte que gira en torno al balón, por eso más que en un dibujo yo creo en la ocupación de los espacios. En buscar un equilibrio tanto defensivo como ofensivo. Para mí son fundamentales el portero, los centrales y el pivote que está por delante, porque ellos dan equilibrio a todo. En zona de ataque hay un factor importante y que nadie lo controla, el talento. Si arriba tienes ese tipo de jugador que rebosa talento ahí todo es uno contra uno, improvisación, calidad y remate. En resumen, lo más importante para mí es que mi equipo controle diferentes sistemas dentro de lo que puede ocurrir durante el partido. Podemos estar sacando el balón desde atrás a través del juego asociativo, pero si vemos que nos aprietan y que tenemos que lanzar un balón en largo, lo hacemos. No me quedo con eso de que siempre hay que jugar de la misma manera. Es más, creo que en ese sentido se le ha hecho mucho daño al fútbol queriendo dar la imagen de que solo se puede jugar de una manera. Creo que lo mejor es leer los partidos y adaptarte a lo que ocurre tanto si eres dominador como si eres dominado.

P: Por lo último que nos ha dicho, ¿es usted un entrenador intervencionista en el minuto que sea si ve algo que no le gusta?

R: Me da igual quitar a un jugador en el minuto 15 si es necesario y mis futbolistas lo saben. Y siguiendo con lo que os decía antes, el otro día vimos un partido con un 80% de posesión del Barcelona y un 20% del Cádiz. Y acabó en empate. A mí me gusta la posesión para hacer daño en campo contrario. No me vale jugar en nuestro campo sin intención de ir hacia la portería, simplemente por tener el balón. No lo entiendo. Además no estoy a favor de esos compañeros que salen en rueda de prensa y hablan de que han tenido la posesión. Para mí no vale eso. Hay que usarla para atacar. Tú puedes tener el balón en fase defensiva tocando la pelota durante un tiempo para mover al equipo contrario, por supuesto, pero siempre buscando el ataque. Y sí, soy un técnico que interviene y que puede cambiar a un jugador en cualquier minuto. Incluso puedo cambiarlos varias veces de posesión buscando lo que queremos. Aquí en el Algeciras he sacado a un jugador de lateral izquierdo, ha pasado a lateral derecho, después a extremo derecho y ha hecho gol contra el San Fernando.

P: Algo parecido a lo que dice usted lo dice Álvaro Cervera, el entrenador del Cádiz y su equipo está tranquilo en mitad de la tabla teniendo un tanto por ciento bajo de posesión.

R: Lo único que puedo decir de Cervera es que cada vez que habla lo hace de una manera espectacular. Hay que quitarse esa filosofía de que el fútbol es como una carrera de ingeniería, porque pienso que le estamos dando a este deporte una importancia excesiva. Parece que hay que estudiar una carrera para explicar las cosas. El fútbol es más simple. Hay que intentar hacer gol de la manera más rápida y segura. Punto. Entiendo que hay gente que necesita escribir libros con frases como "crear espacios para la ocupación de los sujetos" y tal, pero siendo muy respetable, Salva Ballesta no lo entiende así. He sido jugador y ahora entrenador y se lo he preguntado a los futbolistas. El jugador detesta eso, porque quiere que le hables claro, conciso y sobre todo que nunca le mientas. Respeto a las nuevas generaciones que usan ese lenguaje complejo, pero creo que de esa forma nos estamos cargando el fútbol.

P: Partiendo de la base de que el fútbol es resultadista a más no poder, ¿crees que hay poca cultura futbolística en este país más allá del gano o pierdo?

R: No es que haya poca, es que no hay nada. El fútbol es una profesión de mentira. Lo explico. En primer lugar es una profesión en la que caben todo tipo de filosofías, desde la posesión hasta la defensa pasando por entrenar con 15 balones y otros con 25. Se acepta todo. Y después, da igual lo mucho que te esfuerces o que trabajes, si eres mejor o peor, porque todo depende de si la pelota entra. Por eso y con ese razonamiento es una profesión que no le recomiendo a nadie. Te amplío aún más esto con un ejemplo. Si tú eres ingeniero o arquitecto, según la capacidad que tengas y los medios de los que dispongas, puedes hacer un edificio que te dure 70 años. En el fútbol, no. Por muchas horas que dediques, ilusión o esfuerzo, si el delantero se adelanta a tu central y te marca gol, se acaba todo lo que has hecho anteriormente durante la semana. Es una profesión de mentira porque solo vale el resultado. Si además añadimos que cada vez hay más programas de radio o televisión, que cada vez hay más ‘entrenadores’, que tenemos 100 opiniones y la gente hace caso de todas ellas... a nivel de las directivas, todo eso provoca que la presión social se cargue proyectos. Aquí vas solo. En la victoria hay muchos padres y en la derrota son todos huérfanos. Tienes que amar este deporte para estar en esta profesión.

P: Siguiendo por ese camino de las tendencias futbolísticas, el fútbol español empieza a verse sometido por el fútbol europeo. Nos pasan por la derecha. ¿Nos está faltando valentía para cambiar el chip y adaptarnos más al estilo de juego de los equipos alemanes, ingleses o franceses?

R: Hace tiempo Europa se fijaba en España y ahora tenemos que hacer nosotros lo mismo en sentido contrario. Aquí todos queremos el balón al pie, algo que a mí también me gusta, pero no podemos tenerlo por el hecho de haberlo tenido más que el rival. Eso no puede ser. Ahora vemos que en Europa se buscan los espacios, robo y verticalidad, hacer daño al rival... todo más directo. Además estamos viendo que en los equipos españoles hay pocos jugadores nacionales. Antes se fijaban en nosotros y ahora nos han pasado, como bien dices, por la derecha. Hay que fijarnos por ejemplo en el fútbol alemán, que van a una velocidad tremenda, y también diría que el fútbol inglés es un buen ejemplo a seguir.

P: ¿En qué momento se planteó ser entrenador?

R: A mí el fútbol siempre me ha gustado, pero sin parafernalias. Me gusta la esencia del fútbol. Y me sigue pasando lo mismo como entrenador. Ahora con mis jugadores y siendo consciente de la categoría en la que estoy, que no es la misma que Primera, me gusta que el jugador viva para esto y no se despiste. Es una profesión por la que tienes que decir no a muchas cosas, pero luego te da otras muy buenas. A mí me gusta esa esencia. Todo lo baso en la humanidad y en conocer al futbolista para, antes de dar mi opinión, saber lo que tengo que decir. No me distraen las tonterías. Tampoco soy de dar demasiados datos. Me gusta el análisis, pero también el hecho de ver cómo ‘respira’ un jugador por la mañana cuando te ve. Soy muy cercano con ellos. Me involucro en su sentir y en su vida. Eso es fundamental para mí.

P: Ha sido Pichichi en Primera y en Segunda. ¿Cómo ve la figura del delantero centro que por momentos parece que está cambiando y evolucionando?

R: No, no la veo tan diferente a otras épocas. En España es cierto que se quiere llegar al área con mucho toque, pero siguen existiendo delanteros centros natos que están en los momentos de finalización. En Europa vemos a Lewandowski que para mí es brutal. No creo que se haya perdido la figura del delantero centro. Eso sí, ahora defienden. Ahora no puedes dejar que estén descolgados en campo contrario sin ayudar en defensa. Lo vemos con Luis Suárez en el Atlético de Madrid o con Haaland en el Dortmund, que cae a la banda, recibe, va hacia el área... también está Harry Kane. Otro ejemplo es Mbappé. Sigue estando el delantero centro, pero la diferencia es que ahora defienden. Hay muchos casos más como Icardi, Ibrahimovic, Salah o Messi, aunque estos últimos tengan otras funciones. Lo que cambia es que intervengan más en el juego. Eso sí que no pasaba antes con leyendas como Romario o Hugo Sánchez.

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