
Rotura del ligamento cruzado de la rodilla o del tendón de Aquiles, fractura de tibia y peroné... son algunas de las lesiones más temidas en el mundo del deporte, pero afortunadamente también las menos frecuentes.
Son situaciones que incluso pueden suponer el final de las carreras para muchos deportistas, que diariamente se exponen al riesgo de sufrir una lesión de cualquiera de los tres tipos principales: muscular, articular u ósea, aunque también cabría hacer una mención especial a la columna vertebral, ya que las lesiones musculares pueden generar problemas más serios y las articulares pueden llegar a ser especialmente graves dentro de esta compleja estructura que se encarga de proteger a la médula espinal.
De estos tres tipos, las que infunden más respeto son las óseas (fracturas, roturas...) y las articulares (esguinces, rotura de ligamentos...), pero las que más problemas pueden acabar causando, por su frecuencia y la manera de tratarlas, son las musculares.
"La lesión muscular es la causa más frecuente de daño del deportista. Es bastante frecuente ver una lesión muscular en un partido de futbolistas profesionales, pero es muy raro ver una lesión de ligamento cruzado anterior o fractura", ha apuntado el doctor Pedro Guillén, una auténtica eminencia al tratarse de todo un referente mundial en medicina y traumatología deportiva, en declaraciones a Libertad Digital.
El facultativo murciano, inventor de la artroscopia sin cables e investigador especializado en el mundo del deporte —no en vano, es uno de los mayores especialistas mundiales en la rehabilitación de lesiones—, pone como ejemplo lo que le ocurrió al equipo español en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. "De los 326 deportistas que fueron, cuatro no pudieron competir porque se lesionaron el músculo durante la preparación y otro porque tuvo un esguince de tobillo. No ocurrió ninguna fractura ni rotura de ligamentos", destaca.
"El caballo de batalla de la medicina deportiva"
Ferland Mendy es una de las últimas víctimas de las lesiones musculares en el Real Madrid. Carlo Ancelotti pierde al lateral francés para los dos próximos meses por culpa de una lesión en el músculo semimembranoso de la pierna izquierda, que se produjo en el partido de Copa del Rey ante el Atlético de Madrid.
Pese al largo período de inactividad, los dos meses que Mendy va a estar fuera de los terrenos de juego no son nada si lo comparamos con las bajas de futbolistas que han sufrido durísimas lesiones óseas como es el caso del danés Michael Krohn-Dehli, que estuvo casi un año fuera de combate por una fractura de rótula, o Manuel Pablo, que sufrió una fractura abierta de tibia y peroné que le mantuvo seis meses apartado de los terrenos de juego, por poner algunos ejemplos. El tiempo de baja es más corto, pero la recuperación puede suponer un auténtico quebradero de cabeza para el deportista.
"Las lesiones musculares suponen el gran caballo de batalla de la medicina deportiva porque ahí no hemos avanzado nada, así que el médico sigue en deuda con el deportista por las lesiones musculares", ha señalado el doctor Guillén, que junto al científico Juan Carlos Izpisúa dirige en España una investigación de Altos Labs —empresa de biotecnológica cuyo objetivo es prolongar la vida humana— con el objetivo de descubrir fármacos capaces de revertir el envejecimiento y acabar con las enfermedades, las lesiones y las discapacidades. "La célula como medicamento", como el propio doctor Guillén reivindica.
"A diferencia de una lesión ósea, en el caso de una lesión muscular se puede acortar uno o dos días como mucho, pero las tres semanas no te las quita nadie. Sí hemos conseguido acortar el tiempo de curación en las lesiones musculares en ratones pero todavía no en seres humanos", destaca el director de la Clínica CEMTRO de Madrid —distinguida por la FIFA como Centro Médico de Excelencia— acerca de esta investigación de Altos Labs, que cuenta con el mecenazgo de multimillonarios como Jeff Bezos y Yuri Milner, además del Premio Nobel y Fisiología Shinya Yamanaka, con una dotación total cercana a los 3.000 millones de euros.
"Las musculares son mucho más complejas"
De la misma opinión es el doctor Víctor Lainez, traumatólogo, experto en medicina deportiva y antiguo médico de la Federación Española de Baloncesto (FEB). "Las lesiones musculares son mucho más complejas porque cada una es diferente. En el hueso puedes ver si pega o no pega, si el plazo es más o menos estabilizado, pero en las lesiones musculares depende principalmente de la localización, del músculo, del tipo de fibra de cada persona... dependen de varios factores, así que son mucho más complejas que las óseas", explica el doctor Lainez a Libertad Digital.
El fútbol, deporte fascinante y explosivo donde los haya, es más común ver lesiones musculares que afectan a los cuádriceps y los isquiotibiales y que, en opinión del doctor Lainez, son "francamente duras", mientras que en el baloncesto la lesión más frecuente se produce en el gemelo. Al final casi todo depende del deporte que se practique. "Esa lesión en el gemelo es mucho más benigna que en el isquio porque el tiempo de recuperación se acorta", explica el galeno barcelonés, recordando que las piernas son "herramientas" que el jugador utiliza para correr y saltar.
Todavía no hay una fórmula mágica para acortar el tiempo de recuperación de las lesiones musculares, aunque el doctor Guillén y su equipo de investigadores parecen ir dando pasos en la dirección correcta. Lo que de momento sí se puede hacer el deportista es seguir un protocolo bien definido para tratar de evitar este tipo de lesiones. "El calentamiento o una serie estiramientos después de realizar el ejercicio... el trabajo de gimnasio es muy importante porque tener un buen tono muscular ayuda a prevenir muchas lesiones y luego también se debe adaptar el ejercicio y el entrenamiento a las características físicas de cada deportista", apunta al respecto el doctor Lainez, que, en su calidad de antiguo médico de la Federación Española de Baloncesto, recuerda el caso de José Manuel Calderón, que en 2003, vistiendo la camiseta del Baskonia, acabó disputando la Copa del Rey de Valencia, pese a que se acababa de romper los isquiotibiales, porque le aplicaron Plasma Rico en Factores de Crecimiento (PRGF por sus siglas en inglés).
"Ahora hemos vuelto a lo que se hacía antes", apunta al respecto el traumatólogo catalán. "En medicina se dan esas cosas que muchas veces evolucionan tan deprisa pero luego se da un paso atrás. En fútbol alguien se rompía el cruzado y decías: seis meses. A los seis meses lo ponías a jugar, pero ahora ya no hay nadie que con un cruzado roto envíe a un futbolista a jugar a los nueve meses. Las cosas a veces van muy deprisa, pero el tiempo te enseña que luego hay que reposarlas un poco más", dice.
Ahora bien, ¿qué son los Factores de Crecimiento? Se trata de un conjunto de proteínas que están presentes en el plasma sanguíneo y en nuestras plaquetas que juegan un papel crucial en la regeneración de los tejidos. El doctor Lainez nos explica el proceso: "Se saca sangre de la vena y se centrifuga dentro de un tubo. Ahí se distinguen claramente tres fases: la parte baja, donde están los glóbulos rojos o hematíes, que son las células que más pesan; en el medio hay una línea muy blanquita que son los glóbulos blancos y, por encima, un suero de color amarillo que es donde están las plaquetas. Esas plaquetas tienen cierta predilección por acudir a la zona lesionada cuando las infiltras: van a la zona lesionada y empiezan una transformación en células de ese tipo de tejido y lo suelen reparar. Eso es lo que hacen los Factores de Crecimiento".
Siempre se ha dicho que todo deportista debe construir su preparación teniendo en cuenta tres pilares: el entrenamiento, el descanso y la alimentación. Pero el doctor Lainez añade un cuarto pilar, la salud. Y para ello pone el ejemplo de Robert Prosinecki, que tuvo bastante continuidad en el Real Oviedo después de haber vivido un auténtico calvario con las lesiones en el Real Madrid. ¿Por qué? "Este señor tenía caries en la boca y las lesiones eran diseminaciones que se iban hacia el músculo. Todas las infecciones dentales que tenía, lo que hacían era soltar bacterias que se iban a la sangre y éstas se instalaban en el músculo. En Oviedo le taparon las caries y no se volvió a romper nunca más. Por eso, cuando tenemos un jugador que se lesiona mucho, lo primero que hacemos es mirarle los dientes. Es curioso, pero es así", finalizó el traumatólogo.

