El PSOE exhibe su actual ruptura del apoyo clásico y blindado que ha dado durante años a Luis Rubiales. Pero el mismo PSOE siempre ha tenido dentro de la Real Federación Española de Fútbol a otros cargos, por ejemplo y nada menos, que al tesorero actual: Eduardo Bandrés. Y la reacción del PSOE le ha llevado a actos de absoluto cinismo y ruptura de coherencia como los que lleva en estos momentos a cabo el PSOE aragonés, que organiza actos contra Rubiales en el Parlamento regional y el Ayuntamiento de Zaragoza mientras esconce a su compañero de partido y tesorero de Rubiales, Eduardo Bandrés.
Así, el grupo municipal del PSOE en el Ayuntamiento de Zaragoza ha pedido una Junta de Portavoces extraordinaria para proponer la aprobación de una declaración institucional de condena de "manera enérgica" contra la actuación del presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, en la celebración del título mundial de la selección femenina, así como las declaraciones posteriores.
Y el mismo PSOE ha reclamado en las Cortes de Aragón la dimisión inmediata de Rubiales por "su intolerable comportamiento" con Hermoso. El Grupo Parlamentario Socialista de las Cortes de Aragón ha registrado con este fin una proposición no de ley, para tramitación en sesión plenaria, en la que exige la dimisión inmediata del presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, por "su intolerable comportamiento" con la jugadora de la selección nacional femenina Jennifer Hermoso tras la victoria en el Mundial de Fútbol".
Lo cierto es que el Gobierno ha respaldado a su amigo Luis Rubiales durante largo tiempo. En concreto, durante todo el periodo en el que se han destapado innumerables escándalos, entre ellos, las comisiones por llevar la Supercopa a Arabia, la acusación de organizar fiestas con "chicas jóvenes" con cargo a la Federación, el plus por vivienda autoasignado, hasta las extrañas relaciones con Piqué. Y durante todo ese tiempo otra persona de la máxima confianza del PSOE ha permanecido —y lo sigue haciendo— dentro de la Real Federación Española de Fútbol, nada menos que con el cargo de tesorero. Y su nombre es efectivamente el del mencionado Eduardo Bandrés, un viejo conocido del socialismo aragonés, justo la misma comunidad que ahora organiza los citados actos de rasgado de vestiduras por el comportamiento de Rubiales.
La Real Federación Española de Fútbol recoge en su documentación, tanto la actual posición de Eduardo Bandrés Moliné, como su CV. Es nada menos que el "tesorero de la RFEF desde mayo de 2018". Y no duda esa misma documentación en destacar su plena vinculación con el PSOE: "Desde 1999 a 2006 fue diputado por el PSOE en las Cortes de Aragón, siendo también Consejero de Economía, Hacienda y Empleo del Gobierno de Aragón". Su papel en el fútbol se produjo, de hecho, a raíz de aquellos contactos. "Desde el 8 de junio de 2006 hasta el 30 de diciembre de 2009 fue presidente ejecutivo y profesional del Real Zaragoza, tomando el relevo de Alfonso Soláns Soláns, después de que el empresario soriano Agapito Iglesias comprara la mayoría de las acciones del club".
Agapito Iglesias, por su parte, fue absuelto del Caso Plaza después de que la Audiencia de Zaragoza lo juzgara por los presuntos delitos de estafa y falsedad dentro del conocido como caso Aulario de Plaza (Plataforma Logística de Zaragoza). El empresario se enfrentó a penas de entre seis y ocho aсos de prisión por un supuesto sobrecoste de 1,4 millones de euros en la construcción de un edificio encargado por el Gobierno de Aragón y destinado a cursos de Formación Profesional. Acabó absuelto. Pero sí tuvo sentencia en contra del magistrado que juzgó el amaño deportivo y la compra de un partido en 2011 celebrado entre el Levante y el Real Zaragoza: los 36 jugadores y el técnico fueron absueltos, pero Agapito Iglesias y al consejero Francisco Javier Porquera fueron condenados a un año y tres meses de prisión por falsedad documental. La sentencia confirmó el amaño del partido, en el que el club maño destinó 1,7 millones de euros a los jugadores del Levante.