
Las barras bravas hacen referencia a los grupos ‘ultra’ del fútbol latinoamericano. Al igual que en España, estas agrupaciones se componen principalmente de jóvenes con un fuerte sentimiento de pasión hacia un determinado equipo, al que apoyan pase lo que pase. No obstante, como también sucede en nuestro país, estos grupos cuentan a sus espaldas con múltiples episodios de violencia y agresividad, incluyendo casos de asesinato.
Además, en muchas ocasiones, estos grupos ‘ultra’ dejan de lado el fútbol, convirtiéndose en una organización criminal en busca del beneficio económico. Muchas veces, los enfrentamientos entre estos grupos no ocurren a causa de la rivalidad deportiva, sino debido a la lucha por el control de un territorio. Esto es muy común en Argentina y parece que ha sido la razón del asesinato de Andrés "Pillín" Bracamonte, líder de la barra brava del equipo Rosario Central desde hace casi 30 años.
La escena del crimen
El asesinato sucedió el pasado sábado, tras un partido que enfrentó a Rosario Central contra San Lorenzo. El Pillín Bracamonte no tiene permiso para acceder al estadio, por lo que, como de costumbre, se encontraba en las inmediaciones del mismo esperando la conclusión del encuentro. En un momento donde la calle se encontraba altamente concurrida a causa de todo el público que abandonaba el campo, el líder de la barra brava estaba sentado sobre el asiento del copiloto de una furgoneta, a su lado estaba el "Rana" Attardo, su número dos en el grupo.
Se escucharon 15 disparos y supuestamente diez de ellos impactaron en los cuerpos, causando el fallecimiento de ambos. Según autoridades argentinas, fueron tres los individuos encargados del asesinato y ninguno de ellos ha sido identificado todavía. Tras suceder los disparos, varias personas hinchas de Rosario Central trataron inútilmente de salvar la vida del que consideraban su líder. Subiéndolo a sus brazos, lograron llevarlo hasta el Hospital Centenario, sin embargo, Bracamonte llegó sin vida.
"Si me matan, la ciudad se incendia"
Desde 2020, el líder de la barra brava más antigua en Argentina junto a la de Boca Juniors, se ha visto envuelto en numerosas situaciones peliagudas. Desde ese año, ha ingresado dos veces en prisión y, hace tan solo tres meses, recibió un disparo que le atravesó la espalda en una situación muy similar a la escena de su crimen, tras un partido de Rosario Central, pero los médicos lograron salvarle la vida. No obstante, en una entrevista que realizó para "La Nación", medio argentino, dijo que su retiro no estaba cerca.
En esta entrevista, Andrés Bracamonte fue preguntado sobre la razón de los numerosos intentos de asesinato que ha sufrido y su respuesta genera mucha inquietud sabiendo ahora que ese momento ha llegado: "si me matan, la ciudad se incendia". Esta frase hace referencia a lo que seguramente suceda tras su asesinato, en un país donde el fútbol despierta tantas pasiones, muchas de ellas violentas, esta muerte supone la primera piedra para construir una guerra entre bandas en la ciudad de Rosario.
En cuanto a la autoría del asesinato, sigue siendo desconocida, sin embargo, en esta entrevista, Andrés Bracamonte ya avisó de quiénes eran sus principales enemigos. Se trata del clan de Los Menores y su líder, Matías G, quien se encuentra prófugo desde el pasado mes de marzo. Tras el intento fallido de asesinato que "El Pillín" sufrió en agosto, declaró un mes después que había un grupo criminal que quería quitárselo de en medio para obtener el control total de la ciudad, haciendo clara referencia al que dirige Matías G: "hay un pibe que está prófugo desde marzo, nadie lo encuentra. Se dice que está en Buenos Aires pero lo vimos paseando por Rosario".
El fiscal Alejandro Ferlazzo, uno de los que investiga el doble crimen tanto de "Pillín" Bracamonte como de su mano derecha Daniel Raúl "Rana" Attardo, pidió un informe para saber por qué no funcionaba el alumbrado público en el lugar donde fue el ataque a tiros.
Según Ferlazzo, recibió imágenes de cámaras de videovigilancia de la zona donde fue la emboscada, pero se analiza la calidad de las mismas, ya que el tramo de boulevar Avellaneda entre Reconquista y Del Valle Iberlucea estaba a oscuras.
En conferencia de prensa desde el Centro de Justicia Penal, Ferlazzo precisó que "no había luz" en 200 metros por Avellaneda, tanto en el momento previo al partido entre Rosario Central y San Lorenzo, como en la salida de los hinchas del Gigante de Arroyito. Añadió que el día anterior también había ocurrido algo similar, pero la electricidad había regresado en la madrugada del sábado.
Se avecinan tiempos turbulentos a las calles de Rosario, una de las ciudades más peligrosas de Argentina. Estas bandas no conocen ni el olvido ni el perdón y tienen muy claro que la sangre se paga con sangre. En una ciudad donde los criminales tienen en algunas ocasiones hasta más poder que la policía, todo invita a pensar que se van a producir no pocas "cacerías" durante las próximas semanas.

