La Copa del Rey es especial por enfrentamientos como el vivido el pasado lunes entre la Deportiva Minera y el Real Madrid. Un duelo donde el ‘equipo pequeño’ busca hacer historia frente a un gigante, y aunque la hazaña no se logre, el solo hecho de competir contra los mejores deja recuerdos imborrables. Sin embargo, el final de este cuento dejó un sabor amargo.
Para evitar disputas, se había acordado previamente que cada jugador del equipo de Segunda Federación recibiría una camiseta de un futbolista del Real Madrid como recuerdo. Este reparto se organizó antes de que el balón comenzara a rodar en el estadio Cartagonova. Se envió un correo al club blanco detallando cuántas camisetas serían necesarias, garantizando que cada jugador tuviera su ‘trofeo’, al margen de los intercambios que pudieran darse en el campo.
Pero la sorpresa llegó tras el pitido final. En el vestuario de la Deportiva Minera aguardaba una caja con las camisetas enviadas por el equipo madrileño. Los jugadores fueron entrando y recogiendo la que les correspondía, pero pronto se descubrió que no había suficientes. Algunas camisetas habían desaparecido.
Según informa la cadena Ser, el vestuario, al que solo tenían acceso personas del club local, se convirtió en el escenario de un episodio desagradable. Se presume que quienes tuvieron acceso completo a las instalaciones podrían haber aprovechado la oportunidad para hacerse con varias prendas. Lo que debía ser un gesto de compañerismo y un recuerdo inolvidable, terminó empañado por una polémica inesperada.