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Ana Ecube, amiga de Jenni Hermoso, asegura que Luque le insistió: "Rubiales devuelve muy bien los favores"

Junto a ella, Alexia Putellas, Irene Paredes y Laia Codina han acudido este jueves como testigos del caso Rubiales.

Junto a ella, Alexia Putellas, Irene Paredes y Laia Codina han acudido este jueves como testigos del caso Rubiales.
Ana Ecube, amiga de Jenni Hermoso. | Europa Press

Alexia Putellas, Irene Paredes y Laia Codina han declarado este jueves en la Audiencia Nacional, las tres futbolistas han relatado la existencia de un ambiente "extraño" en el avión de regreso a España tras colgarse la medalla en la final de Sídney.

Las internacionales han explicado las situaciones que vivieron desde el momento del beso que Rubiales dio a Hermoso hasta los días posteriores, donde la Fiscalía sitúa presiones a la delantera del Pachuca para que restase importancia a lo que había sucedido. Luis Rubiales, está siendo juzgado en estos días por los delitos de agresión sexual y coacciones.

Ninguna de las tres presenciaron el beso y tuvieron "conocimiento de lo que pasó" cuando llegaron al vestuario y a medida que pasaban las horas después del triunfo. "Jennifer, antes de darnos la copa, se giró y nos dijo algo. Yo lo entendí mal y entendí que se había dado un beso con la Reina", ha reconocido Irene Paredes. ​La defensa también ha asegurado que pidió al resto de compañeras que pararan de bromear porque "era muy grave lo sucedido". Unas declaraciones que ha respaldado su compañera de selección Laia Codina: "Alzó la voz y dijo que nos calláramos, que era algo serio".

El viaje de vuelta

Paredes vio a Jennifer "preocupada" en el avión y también "le vi llorar porque era un tema que le estaba agobiando, ella quería celebrar el título". Un agobio que Alexia Putellas también percibió y durante el vuelo "seguimos intentando quitar hierro al asunto, queríamos que disfrutara de la celebración y que no estuviera pendiente de las cosas que estaban pasando, pero le estaba afectando y estaba agotada", ha afirmado una de las capitanas del combinado español.

Putellas ha explicado que vio como Jennifer se levantó porque le pidieron hablar con el presidente. Al llegar, según Paredes, les contó que Rubiales había hablado con ella, que le dijo que "había sido cosa de ambos", "que lo estaba modificando" y le pidió ayuda "para solucionar el problema". "Que lo hiciese por sus hijas, que dijese que había sido consentimiento", ha dicho Putellas.

Irene Paredes ha afirmado que se cruzó con Rubiales y este le comentó: "Es increíble, me está tachando de violador". La propia Paredes vio como el seleccionador de aquel momento, Jorge Vilda, se acercó a hablar con el hermano de Jennifer: "Una vez cuando fui a ver a mi hermano, que estaba a tres filas del hermano de Jennifer, entonces estaba Vilda. Mi hermano me dijo que ya había ido varias veces". La futbolista se lo dijo a Jennifer porque "ella no quería que nadie se acercara a hablar con su familia".

Por su parte Laia Codina, ha relatado dos momentos vividos en Ibiza junto a Jennifer Hermoso, donde la Fiscalía encuadra las coacciones de las que se acusa a los tres implicados: Vilda, Rubén Rivera y Albert Luque. En aquel, Hermoso estaba "triste y cansada" porque ya "lo había asimilado" y ha asegurado que "fueron constantes veces las que fueron a hablar" con ella.

Codina ha señalado que Rivera le insistió durante la comida "más de dos o tres veces, seguro" en "menos de media hora". Después, viendo el atardecer fue "cinco o seis veces mínimo" y pidió a Hermoso que fuese a hablar con Albert Luque, que había venido a hablar "expresamente con ella". En ese momento, "se agobia y se pone a llorar otra vez" y fue una amiga quien bajó.

Ana Ecube, junto a su amiga en todo momento

"Ella estaba agotada anímicamente y físicamente", ha reiterado Ana Belén Cube, amiga de Jennifer que estuvo a su lado. Incluso, la futbolista rechazó ir con sus familiares a comprar ropa para quedarse a descansar: "Me dijo: ‘No puedo más’". Riviera siguió insistiendo a Ana Belén para hablar con Jennifer y ya se dio cuenta de que sus intenciones no eran las de ayudar en su estancia en Ibiza sino "incomodar". A pesar de todo, la insistencia de Rivera "no cesó" y, finalmente, Hermoso envió un mensaje a Luque advirtiendo de que "no iba a hablar con nadie, que lo entendiera, que necesitaba su espacio", ha afirmado Ecube.

Luque intentó hablar con Jennifer "como amigo" y no en nombre de la federación, pero fue Ecube quien acudió al hall del hotel para hablar con él. Ella les espetó que había llegado a esa situación por "vuestra culpa" y le recriminó que si Rubiales en el comunicado que hizo hubiese pedido perdón, habría "bajado la intensidad", mientras que, por el contrario, "la estáis presionando". Él le insistió: "Si nos ayudáis ya sabes que Rubiales devuelve muy bien los favores y no os va a faltar trabajo ni a ti ni a Jennifer".

En ese momento, la fiscal ha pedido que se exhibieran los mensajes que Luque le mandó posteriormente a la amiga de Hermoso. Ahí entendió que Hermoso "estaba sola". Y es que, ha enfatizado, "ni siquiera el psicólogo, el salvaguarda, movió un dedo por la víctima". "Me parece tan injusto, tan injusto lo que se le está haciendo a Luis, me parece de tanta bajez(a) humana la actitud de Jennifer...tan poca empatía y humanidad...un simple gesto quitarle a una persona un marrón más grande de su vida", decía en uno de esos WhatsApp.

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