Pocos clubes deportivos de España han atravesado años tan difíciles en lo extradeportivo como el C.D. Badajoz.
En la primavera del año 2019, el empresario sevillano Joaquín Parra desembarcó en la entidad asumiendo una deuda de casi 1 millón de euros y culminando un proceso de transformación en sociedad anónima deportiva. A través de su empresa FEVERSTONE, S.A., se hizo con el 99,75% de las acciones del club.
El club iniciaba entonces su mayor etapa dorada en lo económico y en lo deportivo desde su fundación, quedándose a las puertas del ascenso al futbol profesional, solo perdiendo los play-offs frente a Logroñés, Barcelona B y Amorebieta. Entre las temporadas 2019/2020 y
2021/2022, se batió el récord histórico de abonados y se culminó una gesta en la
Copa del Rey eliminando a equipos como Las Palmas y Éibar, cayendo eliminado en octavos de final frente al Granada.
Parra realizó una gran inversión en el estadio Nuevo Vivero, cambiando sus casi 15.000 butacas, reformando la sala de prensa, los vestuarios, la lavandería, las cabinas de prensa, gimnasio, zona de saunas y piscinas, tienda oficial, e incluso, construyendo un gran comedor con cocina. Todas estas aportaciones se compensaron por medio de ampliaciones de capital auditadas e inscritas en el Registro Mercantil de Badajoz, llegando al importe de 4,6 millones de euros, que es, actualmente, el capital social del club. De esta forma, canjeó su inversión por nuevas acciones facilitando con ello que el club no se endeudara.
La venta del club a LANUSPE S.L.
Sin embargo, el sueño de los pacenses pronto se tornaría en pesadilla cuando el 27 de julio de 2021 el presidente del club es detenido y encarcelado provisionalmente en una causa instruida por el Juzgado de Instrucción nº 6 de Málaga por un presunto delito fiscal. Parra estuvo en prisión provisional durante un año y el club no tenía capacidad para afrontar las nóminas de sus empleados y los pagos asociados a su actividad. El empresario andaluz se vio obligado entonces a vender el club por una cantidad muy inferior a la invertida, concretamente por 1,5 millones de euros.
En enero de 2022, Diego García, representante de la empresa LANUSPE, S.L. consiguió la aprobación verbal de la familia Parra para la compra del club. La venta fue aprobada por el Juzgado por medio del Auto de 2 de marzo de 2022, que señalaba "que el impago de que cualquiera de las cantidades pactadas por el comprador suponga la resolución del contrato y que vuelva la titularidad de las acciones, representativas del 99,75% del capital social de la sociedad CLUB DEPORTIVO BADAJOZ, S.A.D., al vendedor".
A pesar de ello, el contrato se ha incumplido ya que no se ha pagado la mitad del importe de la compraventa ya vencido. Asimismo, el Auto de autorización judicial de venta estaba sujeto a inscripción de unas hipotecas como garantías del precio, y la suscripción de un importante contrato de patrocinio con una empresa de criptomonedas. Estas condiciones han sido incumplidas.
Tras la autorización judicial, se evidenció que quien estaba tras la mercantil
LANUSPE, S.L. era Luis Oliver, que ya había levantado la polémica en el pasado por la gestión de otros clubes como el Betis, Jerez, Córdoba y Extremadura, entre otros. Tal circunstancia, generó el rechazo de la afición, de la plantilla y trabajadores del club que llegaron a concentrarse en la puerta del Ayuntamiento.
A pesar de que Oliver que se encuentra condenado e inhabilitado por la Audiencia Provincial de Sevilla para la administración de patrimonio ajeno durante quince años, encabezó la gestión del club dando ruedas de prensa y protagonizando entrevistas como
administrador y nuevo propietario del club Club Deportivo Badajoz S.A.D. La primera decisión de LANUSPE, S.L. en el club fue someterlo a concurso de acreedores, el cual debe empezar a pagarse este mismo año si se quiere evitar la liquidación.
LANUSPE, S.L. todavía no ha pagado el club, de hecho el Juzgado de Málaga que autorizó la venta del club, ya ha hecho varios requerimientos a la sociedad infructuosamente para que haga efectivo el precio de la compraventa.
Posteriormente, llegaría la propia venta de Oliver a un grupo empresarial mejicano, que se hizo cargo del club comprando las participaciones de LANUSPE, S.L.
El hundimiento deportivo del Badajoz
Tras todos estos problemas en la gestión de la entidad pasaban factura al rendimiento deportivo de este club de futbol. Desde la llegada de Luis Oilver y sus socios, el club ha descendido dos categorías, encontrándose actualmente, en tercera RFEF, la quinta categoría del fútbol nacional. Se trata de una categoría que limita considerablemente la posible consecución de ingresos que permitan afrontar el concurso que tienen que empezar a liquidarse antes de final de año.
Además, se ha publicado la suspensión de los derechos federativos del club
por parte de la FIFA, lo que impediría, en caso de impago de las sanciones
impuestas, la inscripción del club en la competición y el fichaje de jugadores.
Durante este tiempo, el empresario Joaquín Parra ha denunciando el engaño sufrido y su propósito de recuperar el club. Afirma que debe hacerlo por medio de los tribunales, con el retraso temporal que ello supone. De hecho, ya ha solicitado formalmente una entrevista con el alcalde de Badajoz Ignacio Gragera, concretamente el 14 de mayo de este año, sin que hasta la fecha haya obtenido respuesta alguna por parte del consistorio. Su objetivo es retomar el sueño deportivo que un día vivió el Club Deportivo Badajoz.