El Real Madrid guardaba total silencio tras destaparse el Barçagate, el mayor escándalo arbitral en la historia del fútbol español. Un silencio que ha indignado, y con mucha razón, a muchos de sus seguidores. Todos los equipos que se han enfrentado al Barcelona en liga en los últimos 17 años pueden sentirse estafados, pero si hay un equipo que debería sentirse perjudicado por el lamentable contrato entre Negreira, vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros desde 1994 hasta 2018, es el máximo rival de la escuadra culé.
Tras el derbi contra el Atlético de Madrid, Emilio Butragueño, director de Relaciones Institucionales, habló por primera vez en nombre del Real Madrid del Barçagate. Emilio, con su tibieza habitual, aseguró que el conjunto merengue está esperando a que terminen todas las investigaciones antes de hacer una valoración: "En el Real Madrid hay que respetar los tiempos de la justicia y ahora debemos esperar a que concluyan las investigaciones de la fiscalía que determinen lo que ha pasado". Ni una palabra más. Ahí se quedó la respuesta del Madrid al mayor escándalo arbitral en la historia de España.
Una reacción que muchos consideran muy pobre y con escasísima fuerza. Muchos aficionados del Real Madrid consideran que el mero hecho de tener en nómina a un vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros al que le pagaban desde el Barcelona casi 500.000 euros al año es un hecho suficientemente grave como para poner el grito en el cielo.