El Sevilla atraviesa una de sus peores crisis de los últimos años. A los nefastos resultados y una gestión deportiva desastrosa comandada por un superado Víctor Orta hay que unirle una tensión institucional terrible. En la Junta General de Accionistas se han vivido momentos surrealistas. El enfrentamiento entre el actual presidente José Castro, el vicepresidente, José María del Nido Carrasco y el máximo accionista, José María del Nido Benavente, dejó helados a todos los asistentes a una Junta que se celebró en el hotel Los Lebreros.
Los cuchillos volaron sin parar en un enfrentamiento abierto en el que ambos bandos utilizaron dardos envenenados para intentar noquear a su oponente, como si de un combate de boxeo se tratara.
Pepe Castro sacó pecho de los hitos deportivos conseguidos bajo su mandato y atacó a Del Nido Benavente donde más le podía doler. Le dijo que nadie querría darle un préstamo para el Sevilla a un presidente condenado por malversar fondos públicos. El máximo mandatario del conjunto hispalense, que espera recuperar el control del club, respondió a Castro con sorna: "Lo que me ata las manos es la argucia jurídica que está llevando el consejo de administración. Porque nos retiran los puntos del orden del día. Más que Pepe Castro es Fidel Castro".
Espeluznante enfrentamiento familiar
El peor enfrentamiento, sin embargo, fue el que protagonizó la familia Del Nido. Primero en un enfrentamiento con reproches varios y acusaciones entre José María y su hermano Miguel Ángel. Una discusión en la que intervino el padre, Del Nido Benavente, para que su hijo mayor y vicepresidente le soltase que mejor se callara y no le hiciera contar cómo quiso repartir el sueldo que él percibe del Sevilla. La respuesta de José María del Nido Benavente fue tajante: "Dilo, eres un mierda".
Los accionistas asistentes a la Junta se quedaron atónitos y expresaron su malestar: "Este enfrentamiento lo pagamos todos, sentimos vergüenza".
El Sevilla tendrá nuevo presidente en Nochevieja. Padre e hijo se juegan el trono en un culebrón cuyo desenlace resolverá la justicia.