
Quique Sánchez Flores ha cerrado un acuerdo con el Sevilla para hacerse cargo de las riendas del conjunto hispalense. Era la primera opción y, finalmente, el conjunto sevillano ha tenido que ceder en el gran escollo que impedía cerrar la operación: Flores firma hasta junio de 2025.
El madrileño se convertirá de este modo en el tercer entrenador de la temporada para los andaluces, tras las salidas de José Luis Mendilibar y Diego Alonso. Dos entrenadores con malos números, sobre todo en Liga, que han dejado a los sevillistas con los mismos puntos que los puestos de descenso (13) y con una crisis deportiva e institucional que pone al equipo andaluz en serio riesgo de derrumbe.
Sánchez Flores era la opción prioritaria para Pepe Castro y José María Del Nido ya cuando Mendilibar fue destituido, pero entonces se impuso la opinión del director deportivo, un Víctor Orta que apostó por Diego Alonso -sabía que la llegada de Flores le quitaba poder e intentó evitarla a toda costa- y que cada día que pasa está más tocado.
En esta ocasión no hubo ninguna duda: Quique era el elegido y Orta queda desacreditado. Víctor que sabe que en el Getafe el técnico madrileño tuvo muchas fricciones con Ramón Planes, por entonces director deportivo azulón, pierde mucho poder en cuanto a confección de plantilla se refiere. Sánchez Flores, que quiso asegurarse de que no le volviera a pasar lo mismo que en el Coliseum, tendrá mucho peso y poder de decisión a la hora de acudir al mercado invernal.
La idea del Sevilla es darle una vuelta a su plantilla con la apertura del mercado y Flores controlará los movimientos. El Sevilla se entrega en cuerpo y alma al veterano técnico madrileño. De sus decisiones, tanto en el despacho como en el campo, dependerá gran parte del futuro de un equipo al que las llamas del infierno le miran de reojo.
