
El Real Madrid, iniciado el mes de diciembre, acumula cuatro derrotas en los últimos siete partidos. Los de Ancelotti sufren contra los buenos equipos. ¿Qué le pasa al Real Madrid? Lo primero que hay que señalar es la plaga de lesiones que ha azotado al equipo merengue en el primer tramo de temporada. Si Pep Guardiola está llorando por las esquinas por la baja de dos futbolistas -Kovacic y Rodri- argumentando que la crisis de juego y resultados se justifica con sus ausencias y que cuando se recuperen volverán a competir por todo, hay que poner en valor las bajas de un equipo que no ha tenido suerte con las lesiones en el inicio del curso 24/25.
Más allá de ese importante aspecto, el Madrid actual es un mal equipo de fútbol. Sin identidad -¿a qué juega este equipo?-, sin físico -demasiados jugadores están muy lejos de su mejor nivel-, tácticamente muy pobre... No es Kylian Mbappé el único que está superado. Carlo Ancelotti no encuentra el camino.
El Real Madrid no está bien trabajado. La salida de balón es dantesca -este miércoles el Athletic, con una buena presión adelantada, desnudó los problemas de un equipo que fue incapaz de tirar a puerta hasta el minuto 75-.
La presión adelantada nunca ha estado trabajada. El Madrid no es capaz de presionar arriba e ir con todo a por el rival para ahogarle.
Mbappé ha caído 21 veces en fuera de juego en 13 partidos, más que cualquier otro jugador de La Liga. Jamás le había pasado en su carrera. Los automatismos ofensivos del equipo tampoco están trabajados. Todo se basa en el talento individual -que es enorme-, pero la baja de Vinicius ha destapado las vergüenzas de un equipo que está mal entrenado.
Los cambios es otro de los aspectos que dejan retratado a Carlo Ancelotti. El Madrid tiene un fondo de armario que seguramente sea el mejor de toda Europa. No puede el italiano salir a rueda de prensa a llorar por el calendario y el exceso de partidos y luego realizar solo dos cambios o meter jugadores en el minuto 87 como sucedió ayer en San Mamés cuando sacó a Endrick y Arda Güler.
Su gestión del vestuario siempre ha sido top, pero llega un momento en el que el exceso de jerarquías -se recupera Tchouaméni y va directo al once, Mbappé está mentalmente completamente superado y sigue jugando en vez de darle un respiro para que intente limpiar su mente- perjudica seriamente al equipo.
El Madrid, que tiene un serio problema con Kylian Mabppé y su personalidad -ojo a lo que adelantaron en su día el equipo de scouts de Juni Calafat-, padece un obstáculo mucho mayor: Ancelotti ha perdido el rumbo -se le ve superado mentalmente a día de hoy- y habrá que ver si es capaz de recuperar el timón del barco.
