
Ayer venció el Real Betis en La Cerámica por 1-2, en una victoria que alivia ligeramente al equipo de Manuel Pellegrini tras una racha realmente complicada. Sin embargo, mucho tuvieron que remar los béticos en un partido completamente marcado por las polémicas decisiones arbitrales del colegiado del encuentro, Cuadra Fernández. La acción más cuestionable fue la más que dudosa tarjeta roja que recibió Ezequiel ‘El Chimy’ Ávila que dejó a su equipo con 10 desde el minuto 34 de la primera mitad.
El partido comenzó desarrollándose de manera completamente común, en un choque altamente igualado que estaba resultando muy interesante. La primera tarjeta del partido llegó en el minuto 26, cuando Cuadra Fernández amonestó de manera acertada a Pape Gueye, tras realizar una falta que cortaba un contragolpe bético. En el minuto 32, Vitor Roque anotó el 0-1 que inauguraba el marcador y a partir de ese momento el partido comenzó a irse de las manos del equipo arbitral.
Expulsión inventada
Solamente dos minutos después, Alejandro Baena conducía por el centro del campo en una jugada que podía traer peligro, hasta que fue frenado por una entrada del Chimy Ávila. La falta y la consecuente tarjeta amarilla eran claras, sin embargo, Cuadra Fernández mostró sin miramientos la tarjeta roja que sorprendió a todos los presentes en el estadio del Villarreal. El razonamiento del árbitro para mostrar la cartulina roja es que el jugador del Betis trata de golpear una segunda vez a Baena. No obstante, no está ni cerca de hacerlo, además, la entrada se produce a una altura normal y el contacto es muy leve, por lo tanto, no es una acción merecedora de expulsión.
La roja al Chimy Ávila. Una vergüenza lo de Cuadra Fernández. Qué manera de perjudicar deliberadamente a un equipo. pic.twitter.com/8fIgrWkz0V
— 🅿 (@finallyxpablo) December 15, 2024
El argentino no podía creérselo y, tras mirar la acción en sus monitores, el banquillo del Betis se volcó contra el colegiado, a quien recriminaban que debía revisar la acción. Desde la sala del VAR, Pizarro Gómez se mostró falto de valentía y personalidad al observar la actitud de Cuadra Fernández y no llamó al árbitro a revisar la acción. Lejos de lograr su objetivo, las protestas de los jugadores del Betis solamente consiguieron que Giovani Lo Celso, Cédrik Bakambu, Aitor Ruibal y su técnico, Manuel Pellegrini, recibieran una tarjeta amarilla.
A la vuelta de los vestuarios, el Betis amplió su ventaja con un espectacular golpeo de falta directa de Gio Lo Celso y dejaba K.O a un Villarreal que parecía que no estaba logrando dañar la defensa bética pese a la superioridad numérica. Sin embargo, en el minuto 55 y tras un gran control con el pecho, Alejandro Baena anotó el 1-2 que mostraba que el encuentro no estaba ni mucho menos sentenciado.
Actitud prepotente
Solamente cinco minutos después, Baena volvería a ser protagonista en mitad de la polémica. El de Roquetas de Mar cometía una falta muy similar a la que le costó la roja al Chimy Ávila en la primera parte, no obstante, Cuadra Fernández le mostró solamente una tarjeta amarilla, para el nuevo enfado del conjunto verdiblanco.
Y es que todavía no había acabado el espectáculo del árbitro del partido, que seguía mostrando una actitud prepotente mirando a los jugadores por encima del hombro. En el minuto 65, Vitor Roque cometía una clara falta cortando un contragolpe, que fue correctamente sancionada con tarjeta amarilla. Sin embargo, lo criticable aquí fue la actitud del colegiado, quien guiñó el ojo al brasileño y se rió "en su cara" mientras le mostraba la cartulina.
Soy Vitor Roque y arde Roma, de verdad. Qué prepotencia de Cuadra Fernández ante un crío. Mucho, mucho coraje.
— Eduardo Burgos (@edu17burgos) December 15, 2024
Para poner el broche final a una noche arbitral oscura, Cuadra Fernández se inventó un penalti por mano de Lo Celso en una acción donde al balón le golpeaba claramente en el pecho. Para fortuna del árbitro madrileño, la asistente Guadalupe Porras Ayuso señalaba un claro fuera de juego previo de Juan Bernat, que evitó que el videoarbitraje llamase al árbitro principal para corregir su error. Aunque, visto lo visto en la acción de la expulsión, quién sabe si se hubiese mantenido aquella pena máxima.
El choque dio los tres puntos a los de Pellegrini, quienes se defendieron con uñas y dientes a las constantes acometidas del submarino amarillo. Un partidazo emocionante que estuvo completamente empañado por la nefasta actuación del equipo arbitral.