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Griezmann sale al rescate del Atlético en el momento más oportuno

El francés, que entró en la segunda mitad, firma dos goles en 20 minutos -el primero nada más entrar al campo- para deshacer el 1-1 provisional.

El francés, que entró en la segunda mitad, firma dos goles en 20 minutos -el primero nada más entrar al campo- para deshacer el 1-1 provisional.
Griezmann celebra con Julián Álvarez uno de sus dos goles al Levante. | EFE

Hubo un tiempo, hace no demasiado, en el que Antoine Griezmann se había convertido casi en un actor secundario en el Atlético de Madrid. Un futbolista que iba entrando y saliendo, útil pero sin el brillo que un día lo colocó entre los mejores del mundo. Pero el francés no se resigna a ser un mero recuerdo. Este sábado, en un Metropolitano entregado, ha vuelto a ser el protagonista absoluto. Dos goles suyos, el primero en su primer contacto con la pelota tras saltar al campo, han certificado la victoria rojiblanca (3-1) ante un Levante que llegó con más dudas que convicción. Fue la tarde de Griezmann. La tarde en la que el Atlético, sin alardes pero con colmillo, confirmó que el rumbo vuelve a ser el correcto.

Y eso que el partido empezó con un guion reconocible en el Atlético de Simeone de los últimos tiempos: dominio, paciencia, constancia… y una producción ofensiva que tardaba en traducirse en algo tangible. El Levante, que en sus dos últimas visitas había salido victorioso del coliseo rojiblanco, pisó el césped como quien se asoma a territorio desconocido: asustado, cohibido, incapaz de seguir las instrucciones de Julián Calero, que pedía atrevimiento y acabó encontrando repliegue y temblor de piernas. El Atlético, en cambio, parecía cómodo desde el inicio, sostenido por la jerarquía de Koke y por la irrupción ya casi natural de Pablo Barrios, que ha dejado de ser promesa para convertirse en pieza estructural.

Barrios crece a pasos agigantados. Con Koke a su lado, se libera, se suelta, aparece entre líneas, conduce, filtra, remata. Todo con una naturalidad impropia de su edad. Fue él quien tuvo la primera ocasión clara, en un mano a mano que Ryan desbarató en el minuto inicial. Y fue él, también, quien provocó indirectamente un 1-0 que, por entonces, parecía el preludio de una tarde tranquila para los de Simeone. Acción combinada Baena–Giuliano–Barrios, remate del canterano, parada del portero… y un rebote maldito que golpeó en Dela para acabar en la red. Autogol, sí, pero al fin y al cabo el gol de la insistencia rojiblanca (minuto 11).

El Metropolitano respiró tranquilo… pero sólo durante diez minutos. Porque lo que vino después fue un error tan grosero como inesperado, impropio de una defensa que Simeone ha construido ladrillo a ladrillo durante más de una década. Córner botado por Olasagasti y la pelota viaja, lenta, suspendida, hasta el segundo palo. Allí aparece Manu Sánchez, un viejo conocido recibido con aplausos, que avanza cinco metros sin oposición antes de cabecear a placer. Oblak estuvo blando. La defensa dormida y Simeone, petrificado. Empate doloroso (1-1, minuto 21).

El Atlético, sin embargo, no se descompuso. Quizá porque este año parece haber madurado en la gestión emocional de los partidos. Siguió dominando, siguió empujando, siguió acumulando córners (hasta 13 solo en la primera mitad), aunque sin traducir ese torrente ofensivo en ocasiones claras. Sorloth, titular en lugar de Griezmann, no logró conectar ni un solo centro. El noruego funciona mejor atacando espacios, no como boya fija, y el equipo lo notó. El Levante, a pesar de estar sometido, sobrevivía.

Y entonces, Simeone decidió que había llegado el momento. Minuto 60. Doble cambio: Almada y Griezmann al campo; Sorloth y Barrios, ovacionado, a descansar. Baena pasó al carril central. La estructura se movía. El plan B cobraba forma. Un minuto después, la jugada que lo cambió todo. Baena filtra, Giuliano acelera, Llorente profundiza y pone la pelota en el corazón del área. Y allí, donde deben estar los grandes, estaba Griezmann. Primer toque, primer balón y primer gol. A los 37 segundos de pisar el césped. El Metropolitano estalló (2-1). No fue solo el gol, sino más bien el mensaje.

El Levante intentó reaccionar. Tuvo una clara para empatar. Pero cuando tienes a Griezmann inspirado enfrente, más vale rezar. Error garrafal en la salida visitante, recuperación rápida, Julián dispara, Ryan rechaza… y el francés, otra vez, como si el balón tuviera dueño, empuja a la red (3-1, minuto 80). El estadio ya era un templo entregado.

Todavía llegó otro gol, anulado por fuera de juego a Carlos Álvarez, que habría supuesto el 3-2. Pero el Atlético ya había amarrado la victoria y dicho lo que quería decir: aquí no se regala nada. Y, sobre todo, aquí sigue Antoine Griezmann. No como recuerdo, sino como el futbolista que aparece cuando el partido lo exige. El que mete la pelota donde otros la miran. El que, por una tarde más, volvió a ser el dueño de todo para sellar la victoria de un Atlético que se resiste a tirar la toalla.


Ficha técnica

Atlético de Madrid, 3: Oblak; Llorente, Giménez, Hancko, Ruggeri (Molina m. 79); Giuliano (Nico González m.73), Pablo Barrios (Griezmann m. 60), Koke, Baena (Gallagher m. 79); Alexander Sorloth (Almada m. 60) y Julián Álvarez
Levante, 1: Ryan; Toljan (Victor m. 85), Dela, Matías Moreno, Manu Sánchez (Maturro m. 85); Carlos Álvarez, Unai Elgezabal (Rey m. 85), Arriaga, Olasagasti (Koyalipu m. 73); Brugué (Morales m. 73); y Etta Eyong.

Goles: 1-0: m.11, Dela en propia meta. 1-1: m.21, Manu sanchez. 2-1: m. 61, Griezmann. 3-1: m. 80, Griezmann. 3-2: m. 90, Carlos Alvarez
Árbitro: Jesús Gil (Comité extremeño). Enseñó tarjeta amarilla a Olasagasti (m.40), Molina (m.84), Llorente (m. 87), Giménez (m. 89)
Incidencias: partido de la duodécima jornada de LaLiga EA Sports disputado en el estadio Metropolitano de Madrid ante 60.169 espectadores

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