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Liga

El Real Madrid se atasca en Vallecas

Segundo tropiezo consecutivo de los blancos, que después de perder en Anfield se han dejado dos puntos ante el Rayo. Mbappé, desaparecido en combate.

Segundo tropiezo consecutivo de los blancos, que después de perder en Anfield se han dejado dos puntos ante el Rayo. Mbappé, desaparecido en combate.
Flojísimo partido de Kylian Mbappé ante el Rayo en Vallecas. | EFE

El Real Madrid ha salido de Vallecas con un empate sin goles frente al Rayo (0-0) que sabe a muy poco, firmando así su tercer tropiezo del curso y el segundo consecutivo, días después de la derrota en Anfield ante el Liverpool. El equipo de Xabi Alonso sigue sin dar con la tecla para imponerse en escenarios donde hace falta algo más que talento: hace falta colmillo, ritmo y determinación. Y en ese terreno, el Rayo se desenvuelve bastante bien.

Vallecas fue, una vez más, ese campo que exprime a los grandes y en el que hay que ganarse cada metro con sudor. El Madrid quiso mandar, pero nunca estuvo cómodo, con Kylian Mbappé absolutamente desaparecido en combate. Y el Rayo, donde las aguas vuelven a ir por su cauce tras firmarse la pipa de la paz —después del sonado enfrentamiento de Iván Balliu con su entrenador—, compitió como compite siempre: con intensidad, despliegue físico y esa mezcla de orgullo de barrio y el método que Íñigo Pérez ha sabido conservar sin renunciar al balón cuando toca.

Güler, aviso temprano y poco más

El partido arrancó con un soplo de calidad visitante. Minuto 3. Zurda de Arda Güler desde media distancia, balón tenso abajo, y Augusto Batalla ya ejerciendo el papel que acabaría repitiendo durante toda la tarde: guardián de todo aquello que cruzó la puerta de su área. Fue el primer aviso de un Madrid que, sin embargo, no fue más allá de la amenaza. Tardó un cuarto de hora el Rayo en contestar, con una internada de Ratiu que terminó en las manos de Courtois. El rumano fue durante buena parte del choque el canal de desahogo ofensivo rayista, aprovechando que Vinícius no parecía demasiado dispuesto a colaborar en tareas defensivas.

Para entonces ya había adquirido el encuentro la forma que tendría hasta el final: fricción, duelos, interrupciones y cierta sensación de que cualquier decisión arbitral podía inclinar ánimos y grada. Poco antes de la media hora llegó el primer tramo de peligro serio del Madrid. Centro de Mbappé, toque de Bellingham, remate de Vinícius a la media vuelta y parada soberbia de Batalla. Acto seguido, Brahim puso un centro templado y el testarazo de Raúl Asencio —sorpresa en campo contrario— se marchó fuera por muy poco. Eran avisos, ocasiones claras... pero sin sentencia. Y cuando al grande le falta sentencia, Vallecas se crece.

Pedro Díaz cayó lesionado, pero ni eso desordenó al Rayo, que mantuvo la estructura y la idea: presionar cuando tocaba, cerrar pasillos por dentro y obligar al Madrid a jugar por fuera, donde el colmillo es menor. El descanso llegó como tregua para ambos, pero tras el paso por vestuarios guion apenas se movió. Güler probó otro zurdazo, Bellingham otro disparo escorado y Valverde soltó un latigazo desde lejos que Batalla atrapó sin despeinarse. El Madrid acumulaba llegadas sin convicción.

Xabi, sin soluciones

Si hubo un hilo conductor en el ataque franjirrojo fue Ratiu. Una y otra vez. El lateral rumano castigó el costado izquierdo madridista, siempre bien acompañado por De Frutos o Álvaro García. En una de esas, Álvaro tuvo el gol: balón en el área, tiempo para decidir, y disparo alto. Vallecas se llevó las manos a la cabeza; el Madrid respiró. Xabi Alonso buscó soluciones desde el banquillo: primero Ceballos, luego Rodrygo, y ya en el tramo final, Trent Alexander-Arnold para el balón parado. Pero la idea no mejoró. El Madrid tenía la pelota y llegaba, pero no terminaba de crear peligro.

A falta de cinco minutos, Mbappé reclamó un penalti en un forcejeo con Pep Chavarría que pudo ser pitarse o no, pero que Martínez Munuera —y el VAR— interpretaron como parte del contacto natural del juego. Más ruido que peligro real. En el descuento, Alemao tuvo la suya para el Rayo; Güler también la tuvo para el Madrid, encontrándose con el cuerpo de Pathé Ciss, que se jugó literalmente el físico para evitar el golpe final. Fue la última acción que encendió aún más una grada que olía la gesta.

Y el cronómetro murió. Empate sin goles en Vallecas, donde el Madrid se marcha con las orejas gachas. Aunque los blancos seguirán líderes con 31 puntos, sienten el aliento de Barcelona y Villarreal en la nuca.


Ficha técnica

Rayo Vallecano, 0: Batalla; Ratiu, Lejeune, Mendy, Chavarría; Unai López (Gumbau, m.83), Pathé Ciss; Isi (Fran Pérez, m.71), Pedro Díaz ('Pacha' Espino, m.27), Álvaro García (Alemao, m.83); y De Frutos (Oscar Valentín, m.71)
Real Madrid, 0: Courtois; Valverde (Trent, m.83), Asencio, Huijsen (Militao, m.46), Carreras; Camavinga (Rodrygo, m.79), Bellingham, Arda Güler; Brahim (Ceballos, m.71), Mbappé y Vinicius

Árbitro: Juan Martínez Munuera (Comité valenciano). Amonestó a Ratiu (m.14), Álvaro (34) y De Frutos (45), del Rayo; y a Huijsen (36) y Brahim (43), del Real Madrid
Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 12 de LaLiga EA Sports, disputado en el Estadio de Vallecas ante unos 14.000 espectadores. Antes del pitido inicial, Álvaro García recibió una camiseta conmemorativa de manos del presidente del Rayo, Raúl Martín Presa, como máximo goleador en Primera del club vallecano

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