Es el hermano mayor de la televisión española. Presentador de varios programas televisivos, terapeuta, intervencionista familiar, autor de varios libros y hasta director general de Juventud de la Comunidad de Madrid. Todo ello después de haber formado parte de una generación de ensueño, junto a jugadores como Manel Estiarte, Jesús Rollán, Jordi Sans, Miki Oca, Dani Ballart o Chava Gómez, entre otros, que dio al waterpolo español un oro olímpico (Atlanta’96), una plata (Barcelona’92) y un título mundial (Perth’98).
Nos referimos, por supuesto, a Pedro García Aguado (Madrid, 9 de diciembre de 1968). El exjugador tiene un currículum tan grande que no cabría en un DIN-A3 por las dos caras. El que fuera presentador del popular programa Hermano Mayor durante siete temporadas tocó el cielo como jugador de waterpolo pero también bajó a los infiernos por culpa de su adicción al alcohol y a las drogas.
Unas adicciones que comenzaron cuando Pedro tenía 14 años bebiendo cerveza con gaseosa, algo totalmente aceptado por la sociedad, aparentemente inofensivo, pero que originó el llamado silencio clínico que le acabaría arrastrando hasta el abismo.
García Aguado se dio cuenta de sus adicciones y, gracias a la ayuda de su madre, ingresó en un centro terapéutico que le ayudaría a salir del túnel. Años después, cuando Pedro triunfaba en la pequeña pantalla como presentador de Hermano Mayor, su madre enfermó de cáncer y él dejó el programa para acompañarla en los últimos meses de su vida.
Momentos emotivos de su vida y de su carrera que García Aguado repasa en una entrevista a ‘Qué fue de…’, la sección de Libertad Digital, patrocinada por el grupo de restauración La Chalana, que desvela a qué se dedican en la actualidad las grandes leyendas del deporte español después de sus retiradas.
El waterpolo, Hermano Mayor, las drogas y las adicciones, su etapa en la Comunidad de Madrid —"me van a llamar Pedro el Breve porque duré sólo seis meses en el cargo", bromea sobre su etapa como director general de Juventud—… son algunos de los aspectos de su vida que nuestro protagonista repasa en la entrevista celebrada en La Chalana Madrid, junto al estadio Santiago Bernabéu, recordando algunos nombres propios como los de su excompañero Jesús Rollán —que en 2006 se quitó la vida en La Garriga mientras trataba de superar sus adicciones a las drogas— o los entrenadores Mariano García, Joan Jané o el duro técnico croata Dragan Matutinovic.
Habla también García Aguado del deporte como escuela de valores y de aprendizaje para la vida —"un jugador de elite que ha jugado en equipo luego, si te tiene que echar una mano, es generoso y no es trepa como otros que no han hecho nada en su vida y lo único que hacen es pisar a otros", dice al respecto—, de España —"en este país somos muy cainitas, que sacudimos a Rafa Nadal por haber bajado del primer al segundo puesto de la clasificación mundial"— y también de política, señalando en este sentido que España merece volver a ser "ese gran país", "coherente" y dirigido por personas que "llamen a las cosas por su nombre".
Todo un lujo poder escuchar a alguien como Pedro García Aguado, referente como deportista pero también como persona que, a través de su propia experiencia, supo encauzar su vida para poder ayudar a los demás.