
La Vuelta está siendo un auténtico meme. La imagen, dantesca, que se está dando al mundo deja a España tocada. Los graves altercados provocados por los activistas pro Hamas están generando un bochornoso espectáculo que pone en riesgo la seguridad de los ciclistas y que está adulterando la ronda española.
Y es que cada etapa es un caos mayor que el anterior. Este martes se vivieron de nuevo episodios de máxima tensión que obligaron a finalizar la etapa ocho kilómetros antes de la meta prevista en Mos (Pontevedra). La situación, que provocó que la organización tomara los tiempos de los corredores de forma anticipada y declarara vencedor a Egan Bernal, desató la ira de Pedro Delgado en plena retransmisión de RTVE. El comentarista habitual de la cadena y leyenda del ciclismo español -ganador del Tour de Francia en 1988- tuvo la valentía suficiente para levantar la voz por lo ocurrido.
Delgado insistió en que "este es un problema político, no deportivo" y que "La Vuelta no puede resolverlo". Sus palabras corrieron de inmediato por las redes sociales, generando una ola de reacciones. Algunos pidieron su despido por falta de sensibilidad y de "avergonzar a la televisión pública".
Sin embargo, la mayoría de mensajes apoyaron al segoviano, destacando su valentía a la hora de señalar el principal culpable de este bochorno y el daño que estas interrupciones pueden causar a la imagen de la carrera y del país.
Perico señaló también que el único objetivo de los manifestantes era dinamitar la carrera para conseguir "notoriedad" y desviar el foco, apuntando que las interrupciones "no son espontáneas, sino cuidadosamente planificadas".
Además defendió la continuidad del equipo Israel: "Uno quiere protagonismo y lo vuelvo a decir, el deporte, La Vuelta a España no lo soluciona, es un problema político. Si los que protestan, con motivo, no quieren entender eso, pues no pueden echar al equipo de Israel porque se encontraría un gran problema la propia Vuelta. Tienen derecho y no se les puede expulsar así porque sí y por lo tanto es un tema político".
Incluso ironizó sobre la presencia de banderas palestinas en la carretera: "Qué gran negocio el que las haya vendido".
El mundo del ciclismo ha dicho basta y es que se siente totalmente ultrajado por mero interés político.
