Menú

Esteroides, un cóctel letal: así destrozan el corazón, el hígado y los riñones de los culturistas

El médico internista Fernández Cidón advierte en Libertad Digital del peligro mortal de los esteroides y de las prácticas extremas en el culturismo.

El médico internista Fernández Cidón advierte en Libertad Digital del peligro mortal de los esteroides y de las prácticas extremas en el culturismo.
Imagen de archivo de un culturista | Flickr/CC/zumito

El culturismo atraviesa un momento crítico debido a la muerte repentina de numerosos deportistas jóvenes, entre ellos, el español Jorge Fernández a los 42 años por un fallo cardíaco. En conversación con Libertad Digital, Pelayo Fernández Cidón, internista del Hospital La Paz, advierte de los riesgos asociados al uso de esteroides anabolizantes y prácticas extremas de preparación física. Frente a ello, reivindica la fuerza natural como una alternativa segura y duradera, capaz de aportar salud y longevidad sin recurrir a la química.

Según Fernández Cidón, los esteroides anabolizantes aumentan el tamaño muscular de forma rápida y visible, pero no segura, comparando este efecto con "inflar un globo demasiado deprisa": "Por fuera parece más grande, pero por dentro la estructura se vuelve frágil". Con esta contundente metáfora, el médico internista y fundador de Fuerza Basada en Evidencia, advierte de los peligros que acompañan a las sustancias químicas en el culturismo.

El especialista destaca que, aunque el uso de esteroides afecta a ambos sexos, las mujeres presentan efectos secundarios más evidentes y drásticos: "Cambios en la voz, aparición de vello, alteraciones menstruales… El cuerpo femenino es mucho más sensible a estas hormonas". A nivel cardiovascular, "los riesgos son similares a los del varón – hipertrofia cardíaca, arritmias, dislipemia, hipertensión –". Por otro lado, "también se altera la fertilidad y se favorecen trastornos psicológicos y depresivos".

Un cóctel que golpea al corazón, al hígado y al riñón

En el plano cardiovascular, estos compuestos alteran el metabolismo de los lípidos (aumentan el colesterol LDL y reducen el HDL), elevan la presión arterial y provocan un engrosamiento del ventrículo izquierdo, lo que puede derivar en fibrosis miocárdica, arritmias y muertes súbitas. "El músculo puede crecer, pero también lo hace el riesgo de enfermedad grave y de muerte prematura", explica el especialista.

Los riesgos no se limitan al corazón. El internista advierte que los esteroides orales del tipo 17-alfa-alquilados, como el stanozolol, metandienona u oxymetolona, tienen un alto impacto hepatotóxico y pueden dañar el hígado. Estos compuestos pueden provocar colestasis aguda, peliosis hepatis y tumores hepáticos, aumentando el riesgo de adenomas y neoplasias. A nivel renal, las consecuencias incluyen nefrosclerosis, daño tubular e insuficiencia renal, patologías agravadas por prácticas comunes entre los culturistas, como dietas hiperproteicas y estados de deshidratación inducida. En el plano psiquiátrico, se relacionan con depresión, ansiedad, agresividad e incluso riesgo de suicidio.

Muertes súbitas en primera línea

Un estudio reciente publicado por Vecchiato et al. (2025) analizó los fallecimientos en más de 20.000 culturistas pertenecientes a la Federación Internacional de Fisicoculturismo (IFBB), con una conclusión llamativa: el 38% de las muertes fueron súbitas y de origen cardíaco. En categorías de alto nivel como el Mr. Olympia "open", la incidencia alcanzó los 386 casos por cada 100.000 persona-años.

Los recientes fallecimientos de culturistas de élite en España y fuera de nuestras fronteras confirman este riesgo creciente. Además, Fernández Cidón apunta: "En las autopsias predominaban corazones agrandados, hipertrofia ventricular y fibrosis, hallazgos compatibles con el impacto del dopaje". El internista confirma lo que ya es un drama deportivo: "Los culturistas, sobre todo los profesionales, tienen un riesgo de muerte súbita claramente superior al de otros deportistas. No hablamos de un mito: los datos son contundentes".

Riesgo amplificado por prácticas extremas

El especialista subraya que el peligro no reside únicamente en los esteroides. "La preparación para competir lleva al cuerpo a situaciones extremas: deshidrataciones forzadas, dietas radicales, uso de diuréticos y estimulantes… todo eso convierte el escenario en una bomba de relojería". Además, alerta sobre un perfil de riesgo especialmente preocupante: personas que han pasado de situaciones de obesidad a prácticas de culturismo extremo. "El cuerpo ya arrastra huellas de años de sobrepeso, y si encima se le somete a esteroides, el corazón y los riñones van con las cartas marcadas", explica.

El internista defiende otra vía como alternativa saludable: "El entrenamiento de fuerza, bien planificado y sin fármacos, aporta todos los beneficios: más masa muscular, hueso fuerte, mejor metabolismo y menos riesgo de enfermedad cardiovascular". La diferencia es que los resultados llegan en meses y años, no en semanas. Su mensaje final es inequívoco: "La química convierte el músculo en riesgo, la fuerza natural en salud". Y sentencia con la frase que da sentido a todo su discurso: "El culturismo profesional acorta vidas; la fuerza natural las alarga".

En Deportes

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal