Muchos se echan las manos a la cabeza al ver que Fernando Alonso no ha conseguido todavía título alguno con Ferrari en tres años largos llenos de expectativas y pocos logros que, sin embargo, no extrañan a los que conocen bien la historia reciente del equipo italiano. Por ejemplo, el gran Alain Prost, cuatro veces campeón del mundo, no lo fue nunca al volante de un coche del Cavallino Rampante y, lo que es más significativo, el gran Michael Schumacher, el Kaiser, el siete veces campeón del mundo, tardó cuatro temporadas hasta que ganó con la Scuderia.
Tras ganar dos mundiales con Benetton, Schumacher fichó en 1996 por la escudería italiana llevándose con él todo el equipo y revolucionando el garaje de los de Maranello. En la primera temporada ganó tres carreras y terminó tercero tras los dos Williams de Damon Hill y Jacques Villeneuve. Al año siguiente incrementó el número de victorias hasta cinco, pero no fue suficiente para lograr su tercer título mundial.
Michael acarició el título en 1998. Ganó seis carreras y, de no haber sido por el reventón de una rueda en el GP de Japón, el germano habría sido campeón. La fortuna tampoco estuvo de su lado el año siguiente, pues un serio accidente en Silverstone lo apartó de los circuitos más de media temporada. Y llegó un nuevo milenio y la suerte se tornó de color rojo. Schumi ganó su en 2000 primer Mundial con Ferrari y tras él cuatro más (2001, 2002, 2003 y 2004). Casualidades o no, fue un jovencísimo Fernando Alonso el único que consiguió parar al que hasta entonces parecía imparable e invencible con la conquista de los títulos mundiales en 2005 y 2006 con Renault.
La historia de Michael se asemeja bastante a la que de momento lleva escrita el piloto asturiano, incluso los dos han estado a las órdenes de Flavio Briatore durante la consecución de los primeros títulos de ambos.
Parece el estribillo de una canción, pero, al igual que Michael, el piloto español fichó por Ferrari tras haber logrado dos mundiales con Renault. Cierto es que Alonso lo hizo tras algunos años perdidos, primero con McLaren y después con un Renault venido a menos.
Si hacemos caso de esta comparativa, el año que viene Adrian Newey volverá a darle a Sebastian Vettel un coche ganador. Pero no importa si los cinco años siguientes Fernando consigue cinco títulos consecutivos como hizo Schumacher. Algo que se torna difícil aunque no imposible.