Paula Badosa lo pasa realmente en Madrid. Es la realidad. Desde que llegó a semifinales de manera sorprendente en 2021, la española lleva un par de años que nota muchísimo la presión de jugar en casa y de ser una de las favoritas del torneo. Ahora no está en el Top 10 del ranking, pero da igual, porque Paula cuando llega a Madrid siente que debe ganar el torneo y se pone bajo sus hombros una presión quizá excesiva.
En su debut conta la italiana Elisabetta Cocciaretto, Paula acabó pidiendo la hora en el tercer set porque tras ganar el primero, la española empezó a gripar el motor y la cabeza a partir del segundo. La italiana aprovechó los nervios de Paula y el excesivo calor que hacía en la pista y fue metiendo en la cabeza de Badosa la idea de perder en su debut. Estuvo a punto de hacerlo.
Ojo, hay que recordar que Paula ya perdió el año pasado en su segundo partido ante Simona Halep y por su mente ha pasado la idea de caer esta vez en primera ronda. Estuvo muy cerca, porque además tuvo que ser atendida por la físio por problemas en una de sus piernas. Entre eso y las altas temperaturas, el cuerpo de Paula fue drenando energía y si no es por el público y por sus ánimos, Madrid podría haberse quedado sin una de sus caras más importantes.
Ahora llegará en el siguiente partido Coco Gauff, que sí es realmente una piedra complicada para Paula. La presión seguirá estando ahí y esta vez la jugadora que tendrá la española en frente es una miura de verdad. La norteamericana ya ha ganado a una española en su primer partido, a la combativa Irene Burillo, y si Paula no sube sus prestaciones físicas y tenísticas y sobre todo baja su ansiedad y presión, podría verse fuera de nueva en el segundo asalto del torneo.