(Libertad Digital) Francisco Cabrillo ha hablado de la situación de la economía madrileña, que resulta buena si se compara con otras partes de España, e incluso con otras regiones de Europa. La renta per cápita ronda en Madrid los 30.000 euros y está un 28 por ciento por encima de la media europea. La tasa de crecimiento es alta también, del 3,9 por ciento según los últimos datos del INE. No obstante, Cabrillo ha resaltado que últimamente el INE rebaja los datos de crecimiento de Madrid, y luego se ve forzado a corregirlos al alza. “¿Por qué?”, se ha preguntado el profesor Cabrillo. “Prefiero no responder a eso”, apunta. En cualquier caso, por lo que señalan otros estudios económicos, un año más el INE tendrá que revisar al alza los datos para Madrid; “me juego una cena con cualquiera de ustedes”, ha dicho.
¿Por qué crece la región madrileña por encima de otras regiones españolas? Francisco Cabrillo ha repasado varias ideas, como el “efecto capital” (que ha descartado) o los recursos naturales, que como ha apuntado el economista son más bien escasos en la región. Las razones apuntan, según Francisco Cabrillo, a otros factores. La economía madrileña está aún más volcada a los servicios que la española. Y la poca industria que posee es tecnológicamente avanzada, y es eficiente, “por lo que en un contexto de deslocalización, Madrid sufrirá menos que otras regiones”, con tejidos industriales más convencionales. Ese peso de los servicios se complementa con “un alto nivel de capital humano”.
También ha destacado la inmigración, que acude en gran cantidad a la región, pero también a la calidad de la formación de esa inmigración, que es también superior en Madrid a la que acude a otros sitios. Pero, ha apuntado Cabrillo, ello no se produce sólo porque la región sea más rica, sino también porque hay una mayor libertad económica. “La inmigración está compuesta por personas más emprendedoras que la media”, apunta, y “les interesa tener libertad” para labrar su prosperidad. En este sentido, la Comunidad de Madrid “ha regulado mejor o menos mal que otras”, permitiendo por ejemplo, una mayor libertad de horarios. Ello ha favorecido una mayor competencia, que ha permitido que los precios suban en dicha región menos que la media española.
También se ha referido a las rebajas fiscales. Y en concreto a la eliminación del impuesto de sucesiones y donaciones, que está permitiendo la desamortización de lo que en España en el XIX se llamaba las “manos muertas”, en referencia a activos que no se rentabilizaban adecuadamente. Con la supresión del impuesto, hay capitales, ha destacado el economista, que están pasando a generaciones más jóvenes y explotándose más, lo que mejorará la economía madrileña.
Por último, Francisco Cabrillo se ha preguntado “cómo valorar económicamente el ambiente cosmopolita y en libertad que se vive en Madrid” y ha destacado, en concreto, que en esta región española “no se habla ningún idioma regional”. Cabrillo ha puesto el ejemplo de Irlanda, cuyo éxito económico en las últimas décadas ha sido muy destacado. Allí no se utiliza el gaélico, sino el inglés. “¿Ustedes se imaginan qué sería de las numerosas inversiones extranjeras si tuvieran que rellenar los impresos en gaélico?”.
Juan Velarde ha centrado su conferencia en el crecimiento económico en España y su relación con la libertad económica. En la era contemporánea, nuestro país ha languidecido en crecimiento hasta los años 60 del siglo XX. La razón, apuntada por Velarde, es que la economía española “ha vivido hacia adentro”, con un proteccionismo que aislaba nuestra sociedad de la cooperación económica con el exterior. España, además, se ha sustraído de someterse a la disciplina monetaria exterior. Ese proteccionismo exterior ha convivido, además, con un proteccionismo de intereses asentados en el interior, evitando que se produzca una auténtica competencia, cartelizando los mercados o por medio del corporativismo.
El cambio se produce con el Plan de Estabilización de 1959, que introduce una serie de libertades y una integración con el exterior que ha permitido un aumento sostenido de la renta per cápita, superior a la media mundial. Este cambio ha recibido un último impulso, declara Velarde, con lo que él ha llamado “modelo Aznar-Rato”, que siendo más amable con la libertad económica, ha asentado la prosperidad de los últimos años “y permitió la entrada de España en el euro”.
Velarde teme que en los últimos años se haya tirado de la herencia recibida y no se introduzcan reformas necesarias para mejorar en tres aspectos, el macroeconómico, el social y el científico y tecnológico, que arrojan un balance desfavorable o con riesgos. Velarde ha citado en concreto el déficit de ahorro de nuestra sociedad y la huída de inversiones a largo plazo que se están compensando con inversiones a corto plazo. Pero advierte que éstas pueden volatilizarse ante cualquier eventualidad, y podrían crear una situación muy comprometida a nuestra economía.
Jaime Requeijo ha tratado la economía mundial, como los otros dos economistas han abordado la economía en España y en la región de Madrid. Ha alertado sobre la posición de los Estados Unidos como deudor del mundo, en lo que llamó “el sutil juego de las sombras chinescas”, en referencia a que Asia, y en particular China y Japón, acumulan numerosas reservas en dólares; sólo estos dos países, por valor de 2 billones de dólares.
China está intentando que no se debilite el dólar, para mantener su capacidad exportadora a los Estados Unidos, y está acumulando gran parte de la deuda estadounidense. Un tercio de la misma está en manos chinas. Pero el día en que los asiáticos consideren que hay un verdadero riesgo de que el dólar se devalúe y actúen en consecuencia, nos podemos encontrar con una auténtica crisis del dólar, y una crisis financiera subsiguiente. También ha alertado sobre un rebrote del proteccionismo, que ha detenido el cierre de los acuerdos previstos en Doha, y sobre un posible repunte de los precios de la energía.