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BANCO DE ESPAÑA-2002

Iberoamérica y las telecomunicaciones lastran los beneficios netos empresariales

Las crisis Iberoamericana y la cancelación de las inversiones UMTS en Europa han afectado negativamente a la evolución de los beneficios netos totales de las empresas españolas (que cayeron un 31 por ciento), aunque no a los resultados ordinarios ni a la rentabilidad, que aumentaron un 7,6 y un 9 por ciento, respectivamente.

L D (EFE) Según los datos de la Central de Balances del Banco de España incluidos en su último boletín económico, el beneficio neto de las empresas no financieras cayó el año pasado el 31,2 por ciento, frente al descenso del 13 por ciento registrado en el 2001. Las crisis de algunas economías latinoamericanas y la cancelación de determinadas inversiones europeas de una gran empresa de telecomunicaciones, explica el Banco de España, han afectado negativamente a la evolución de los beneficios netos totales (debido a las provisiones netas), aunque no a los resultados ordinarios ni a la rentabilidad.

El resultado ordinario neto -que excluye los gastos excepcionales- de las compañías de la muestra aumentó en el 2002 el 7,6 por ciento, frente al 7,9 por ciento de subida del ejercicio anterior, mientras que la rentabilidad del activo neto creció el 9 por ciento y la de los recursos propios el 12,9 por ciento, en ambos casos por encima del 2001. Esta mejora evidencia, en opinión del Banco de España, que existen condiciones para el despegue de la inversión cuando se clarifiquen las expectativas . El informe señala también que el clima de incertidumbre generado en la última parte del año por las crecientes tensiones en Oriente Próximo ha afectado a los precios del petróleo y, de modo más general, a la confianza y a las expectativas de relanzamiento de la economía, que dependen de la clarificación de este panorama.

Según el Banco de España, la situación de estancamiento en que permanecen algunas de las principales economías de nuestro entorno impidió que se consolidaran las expectativas de mayor dinamismo exterior que se habían puesto de manifiesto durante el tercer trimestre del ejercicio. Aún así, la actividad productiva de las empresas no financieras -la mayor parte de las compañías consultadas son de gran tamaño- creció el 4,3 por ciento en el 2002, frente al 3,9 por ciento del 2001, con la demanda interior como principal impulsora .

Todos los sectores aumentaron su actividad salvo el del refino

Salvo el sector de refino de petróleo -donde la actividad cayó el 40,2 por ciento por la fuerte volatilidad de los precios del crudo-, los principales agregados aumentaron su actividad, lo que refuerza la idea de que las empresas españolas reaccionaron mejor que en anteriores episodios de desaceleración. La industria experimentó una clara mejoría de su actividad productiva, al crecer el 2,7 por ciento, frente a la caída del 2,3 por ciento registrada el año anterior.

El comercio se benefició del mantenimiento del consumo privado, aunque se comenzaron a percibir algunos síntomas de debilitamiento que se trasladaron a la marcha de las empresas. Esto no impidió que el comercio (con un crecimiento del 9,9 por ciento) fuera, junto a los transportes y las comunicaciones (con el 7,2 por ciento), el agregado más dinámico.

El empleo fijo siguió creciendo mientras que cayó el empleo temporal

Los datos disponibles en la Central de Balances sobre empleo muestran una novedad y es que a pesar de que el 2002 fue un periodo de inestabilidad y atonía de la actividad económica, las empresas no financieras españolas no redujeron sus plantillas en términos netos. Por el contrario, las plantillas medias reflejaron un incremento del 0,2 por ciento, tasa que, aunque reducida y menor que la registrada en el 2001 (el 0,8 por ciento), es positiva, dada la desaceleración en la actividad productiva registrada en los dos últimos años.

El Banco de España resalta en su informe la evolución del empleo temporal, que cayó el 1,9 por ciento y fue el único que se vio afectado por la reducción de la actividad. Sin embargo, el empleo fijo continuó aumentando, aunque lo hizo el 0,6 por ciento, un ritmo menor al que lo había hecho el año anterior (el 1,3 por ciento). La remuneración media creció el pasado año el 3,7 por ciento, frente al 3,8 por ciento del 2001, lo que refleja la existencia de una ligera contención salarial.

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