L D (EFE)
En el PSOE ya han encontrado al culpable de la supuesta "burbuja" inmobiliaria. Ya no son los especuladores del suelo como hace unas semanas. Ahora resulta que la fuerte demanda que sostiene la subida de los precios de la vivienda no tiene nada que ver con los fondos europeos que invierten en España, el aumento de las familias que quieren tener su vivienda en propiedad o el
baby boom
de los 70. Según la secretaria de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio del PSOE, Cristina Narbona, el crecimiento urbanístico en España "está alimentado en buena parte" con dinero blanqueado procedente de la prostitución, la droga y la venta de armas. Además, Narbona dijo que este crecimiento "está provocando consecuencias catastróficas no sólo desde el punto de vista ambiental, sino también social y económico". Sobre el aspecto económico, la veterana socialista señaló que "lo único que está creciendo por encima de la media europea es la construcción, concentrando demasiada financiación en este sector".
Narbona también insistió en que España "se está quedando atrás en progreso tecnológico al no desarrollar estos sectores y crece más que la media de Europa, pero sólo en ladrillo". La socialista considera que el modelo de crecimiento urbanístico genera en el ámbito social "alta siniestralidad laboral, una elevada presión de inmigrantes irregulares y precios cada vez más inasequibles para los españoles y, sobre todo, para los jóvenes que quieren acceder a su primera vivienda".
Subrayó como ejemplo de este urbanismo "injustificado" que en España "se construyen tantas viviendas como en Francia y Alemania juntas" y calificó de "paradoja gravísima que haya 3 millones de viviendas vacías en nuestro país". Como era de esperar, Narbona culpó al Gobierno central –pese a que las competencias en materia de Suelo son exclusivas de las CCAA– de esta "preocupante situación al no tomar medidas, incumplir la normativa europea en materia medioambiental y no tomar en serio esta cuestión".
Narbona también insistió en que España "se está quedando atrás en progreso tecnológico al no desarrollar estos sectores y crece más que la media de Europa, pero sólo en ladrillo". La socialista considera que el modelo de crecimiento urbanístico genera en el ámbito social "alta siniestralidad laboral, una elevada presión de inmigrantes irregulares y precios cada vez más inasequibles para los españoles y, sobre todo, para los jóvenes que quieren acceder a su primera vivienda".
Subrayó como ejemplo de este urbanismo "injustificado" que en España "se construyen tantas viviendas como en Francia y Alemania juntas" y calificó de "paradoja gravísima que haya 3 millones de viviendas vacías en nuestro país". Como era de esperar, Narbona culpó al Gobierno central –pese a que las competencias en materia de Suelo son exclusivas de las CCAA– de esta "preocupante situación al no tomar medidas, incumplir la normativa europea en materia medioambiental y no tomar en serio esta cuestión".