L D (EFE)
Ignacio Sánchez Galán, que presentó en rueda de prensa los resultados del primer trimestre de Iberdrola, señaló que la operación "es negativa para los accionistas, el empleo, el sistema energético y los consumidores", y puso en duda que se alcancen las sinergias previstas por Gas Natural. Según el primer ejecutivo de la eléctrica, la operación "parece exigir la venta de Iberdrola en porciones para financiar la OPA".
Según el primer ejecutivo de la segunda eléctrica española, la operación "parece exigir la venta de Iberdrola en porciones" para financiar la OPA. Sánchez Galán precisó que, en este momento, la compañía no contempla la posibilidad de presentar una demanda contra Gas Natural, aunque adelantó que está dispuesta a tomar medidas para defender a sus accionistas. Sobre la posibilidad de mantener algún contacto con Gas Natural, dijo que "Iberdrola no tiene nada que negociar" con la compañía gasista. El vicepresidente de Iberdrola y su director financiero, José Sainz Armada, respondieron punto por punto a los planes y previsiones de Gas Natural. Según Iberdrola, la eventual fusión con la compañía gasista supondrá un recorte de las inversiones previstas de 4.100 millones y unas desinversiones de 5.000 millones.
En opinión de Sánchez Galán, las inversiones se reducirían en 3.400 millones en los próximos tres años, de los que 2.500 millones corresponderían a generación eléctrica. Además, las desinversiones supondrían la venta de 4.800 megavatios: 2.400 en centrales de ciclo combinado, 1.300 en hidráulicas y 1.100 en térmicas. Según Iberdrola, todo ello afectaría al desarrollo de 7.400 megavatios de potencia, cifra que supone el 18 por ciento de la potencia instalada en España y el 50 por ciento de la nueva capacidad prevista en el documento de planificación energética.
Por estos motivos, Iberdrola considera que la OPA "pone en peligro" el desarrollo de las infraestructuras de gas y electricidad", tendrá un impacto negativo en la calidad del suministro y en la capacidad de generar energía, y supondrá mantener los desequilibrios regionales. En opinión de Sánchez Galán, la operación "somete a un riesgo innecesario al suministro de un bien esencial" como es el suministro energético. Los responsables de Iberdrola subrayaron que las sinergias previstas por Gas Natural son "imposibles" si no se acomete "un fortísimo recorte de empleo".
Entretanto, Gas Natural garantizó a la Comisión Nacional de Energía (CNE) que, en caso de llevarse a cabo la OPA sobre Iberdrola, se realizarán inversiones en sectores regulados por valor de 3.098 millones de euros. De esta forma, Gas Natural pretende demostrar que la operación no amenazaría las inversiones previstas en estos sectores regulados.
Según el primer ejecutivo de la segunda eléctrica española, la operación "parece exigir la venta de Iberdrola en porciones" para financiar la OPA. Sánchez Galán precisó que, en este momento, la compañía no contempla la posibilidad de presentar una demanda contra Gas Natural, aunque adelantó que está dispuesta a tomar medidas para defender a sus accionistas. Sobre la posibilidad de mantener algún contacto con Gas Natural, dijo que "Iberdrola no tiene nada que negociar" con la compañía gasista. El vicepresidente de Iberdrola y su director financiero, José Sainz Armada, respondieron punto por punto a los planes y previsiones de Gas Natural. Según Iberdrola, la eventual fusión con la compañía gasista supondrá un recorte de las inversiones previstas de 4.100 millones y unas desinversiones de 5.000 millones.
En opinión de Sánchez Galán, las inversiones se reducirían en 3.400 millones en los próximos tres años, de los que 2.500 millones corresponderían a generación eléctrica. Además, las desinversiones supondrían la venta de 4.800 megavatios: 2.400 en centrales de ciclo combinado, 1.300 en hidráulicas y 1.100 en térmicas. Según Iberdrola, todo ello afectaría al desarrollo de 7.400 megavatios de potencia, cifra que supone el 18 por ciento de la potencia instalada en España y el 50 por ciento de la nueva capacidad prevista en el documento de planificación energética.
Por estos motivos, Iberdrola considera que la OPA "pone en peligro" el desarrollo de las infraestructuras de gas y electricidad", tendrá un impacto negativo en la calidad del suministro y en la capacidad de generar energía, y supondrá mantener los desequilibrios regionales. En opinión de Sánchez Galán, la operación "somete a un riesgo innecesario al suministro de un bien esencial" como es el suministro energético. Los responsables de Iberdrola subrayaron que las sinergias previstas por Gas Natural son "imposibles" si no se acomete "un fortísimo recorte de empleo".
Entretanto, Gas Natural garantizó a la Comisión Nacional de Energía (CNE) que, en caso de llevarse a cabo la OPA sobre Iberdrola, se realizarán inversiones en sectores regulados por valor de 3.098 millones de euros. De esta forma, Gas Natural pretende demostrar que la operación no amenazaría las inversiones previstas en estos sectores regulados.