ETA intenta matar en el cuartel de Intxaurrondo

Tres de los agentes, un ertzaina y dos guardias civiles, continúan ingresados en el hospital de Aranzazu en estado "muy grave". El ertzaina sufre traumatismo genital y lesiones de metralla a nivel pélvico, además de estallido del globo ocular. Uno de los guardias civiles presenta herida torácica-abdominal con rotura hepática y una importante incrustación de metralla. El otro agente sufre traumatismo craneoencefálico y fractura abierta de tibia y peroné.

La primera granada que fue disparada impactó en un descampado situado fuera de las dependencias del instituto armado en Intxaurrondo, detonación que, al parecer, estaba destionada a atrer al lugar a agentes policiales para que resultaran después afectados por el dispositivo trampa que había sido colocado en otra de las lanzaderas.
Una hora y media después, cuando se hallaban desplegados en el lugar efectivos de la Guardia Civil, la Ertzaintza y la Policía Nacional, explotó otra granada colocada en el segundo tubo lanzadera, que tenía un dispositivo trampa preparado para estallar cuando fuera manipulado.

Sobre las características del dispositivo trampa, el delegado del Gobierno en el País Vasco, Enrique Villar, afirmó que fue activado mediante un temporizador, extremo que fue confirmado esta tarde, una vez practicadas las últimas investigaciones, por la subdelegación del Gobierno en Guipúzcoa.

Especialistas en desactivación provocaron la deflagración controlada de la tercera granada cuando ya habían sido evacuados a centros sanitarios los agentes heridos y hallada en el lugar.

El delegado del Gobierno consideró que "aunque ha sido un suceso triste", "lo positivo" es que "estaban trabajando tres cuerpos de seguridad" de forma conjunta en este atentado. "Es la imagen de colaboración que todos deseamos, independientemente de que tengamos diferencias políticas.