“Bartolín” reitera la versión sobre su secuestro

El juicio, que tuvo lugar en el Juzgado de lo Penal número 5 de la capital guipuzcoana, quedó visto para sentencia, después de que las partes se ratificaran en sus peticiones iniciales: la defensa reclamó la absolución y la fiscal 600.000 pesetas de multa por simulación de delito. "Bartolín" relató ante la juez su supuesto secuestro con todo tipo de detalles y puso especial énfasis en lo que para él fueron los instantes más duros de su vivencia, como el de la fuga aprovechando una discusión de sus captores, en la noche del 28 de mayo de 1998, cuando se encontraba dentro de una furgoneta en las cercanías de Irún (Guipúzcoa).

La versión de un secuestro

Insistió en que los secuestradores lo abordaron a punta de pistola en su garaje de La Carolina, que lo trasladaron en su propio coche hasta Linares y que, tras abandonar el vehículo, tomaron un tren con dirección a Madrid, donde hicieron un transbordo y continuaron viaje hasta otra ciudad, que luego supo que era San Sebastián. En la capital guipuzcoana, según afirmó, pasó de las manos de los primeros secuestradores a las de otra pareja, un hombre y una chica joven, que lo introdujeron en un Renault Express de color blanco tras ponerle una bolsa de plástico en la cabeza y darle, incluso, palabras de aliento.

El ex concejal del PP también se refirió a su estado "adormilado" durante la primera parte del trayecto, a causa de los nervios o de alguna sustancia que le pudieron mezclar en una coca-cola, y señaló que en ningún momento sus supuestos secuestradores llegaron a maniatarle.

Insistió en que él no tenía "ni idea" de quiénes podían ser sus secuestradores, que nunca manifestó que fueran miembros de ETA y que no fue él quien llamó desde su móvil a dos medios de comunicación andaluces para alertar del suceso, ni quien dio idéntico aviso a la Subdelegación del Gobierno en Sevilla desde una cabina telefónica.

El informe del forense

El forense que examinó a "Bartolín" en Irún, al día siguiente del supuesto secuestro, indicó hoy en el juicio que el ex concejal no padece ningún tipo de "trastorno psicopatológico", aunque le definió como una persona "con un coeficiente intelectual medio-bajo, poco madura, infantil y que le gusta ser objeto de atención".

Este médico afirmó que el estado de Rubia "no se correspondía con alguien que hubiera vivido una experiencia tan fuerte" y que la serie de detalles que dio sobre su viaje en tren "no encajaban" con los que hubiese dado una persona que efectúa ese trayecto "adormilada" (los análisis de sangre que le practicaron la misma noche de su presunta huida descartaron la ingestión de barbitúricos o sustancias sedantes). El forense se mostró convencido de que "Bartolín" se inventó esta historia "por afán de notoriedad, pensando en podría volver allí (a La Carolina) como un héroe".