L. D. / EP.-
Los actos en recuerdo al asesinado se prolongaron durante toda la mañana, primero con una ofrenda floral en el monte Burnikrutzeta, donde se esparcieron sus cenizas hace un año, y posteriormente en el cine de Legorreta, donde se presentó un libro que recoge las vivencias personales del ex gobernador, tiroteado por dos terroristas cuando se encontraba en un bar de Tolosa durante sus vacaciones estivales.
La viuda, acompañada por su hija María, recordó que su marido era un defensor de la esperanza y el diálogo y opinó que "aunque las cosas se están poniendo muy mal, muy mal, pienso que todo el mundo tiene que hacer un esfuerzo para que esto se solucione", porque "si no hablas, si no dialogas, no hay nada que hacer", ya que "cuando hay un conflicto hay que hablar de él" con todos los implicados.
El portavoz del Gobierno Vasco, Josu Jon Imaz, quien acudió a apoyar a los familiares y allegados de Jaúregui, expresó en nombre del ejecutivo vasco el repudio a "la violencia loca de ETA" y subrayó que la sociedad vasca "anhela la paz frente a los que a través de la barbarie atacan la voluntad democrática de este pueblo".
El centenar de asistentes, entre ellos representantes de todos los partidos a excepción de Batasuna, los familiares y las viudas de otras dos víctimas de ETA, el columnista José Luis López de Lacalle y el concejal de UPN José Javier Múgica, depositaron rosas rojas al pie del monolito colocado en su recuerdo, en el que puede leerse la inscripción en vascuence "Los que te queremos, te recordamos".
Posteriormente, a la una del mediodía dio comienzo en el cine municipal de Legorreta la presentación de un libro que recoge la trayectoria humana del asesinado, a la que se sumaron Josu Jon Imaz, el diputado general de Guipúzcoa, Román Sudupe, el presidente de las Juntas Generales de la provincia, Iñaki Alkiza, el alcalde de la localidad, Xabier Iraola, y el periodista Gorka Landaburu, herido en otro atentado terrorista.
El concejal socialista de Tolosa Oscar Renedo destacó durante su intervención que "la intolerancia de una banda fascista no quiere hombres como Juan Mari, quiere un país en silencio donde el miedo ocupe todos los espacios", pero agregó que ETA ha logrado con este asesinato "el efecto contrario" al que pretendía pues "muchos han cogido el testigo de sus ideas". Rechazó tajantemente que Jaúregui, en su última etapa en Chile, estuviera relacionado con el Cesid como aseguró ETA en su reivindicación de este atentado y dijo también que no permitirán "que se ensucie su nombre", al tiempo que reclamó, al igual que otros oradores, "unidad democrática" y "diálogo" para acabar con la violencia.
La viuda, acompañada por su hija María, recordó que su marido era un defensor de la esperanza y el diálogo y opinó que "aunque las cosas se están poniendo muy mal, muy mal, pienso que todo el mundo tiene que hacer un esfuerzo para que esto se solucione", porque "si no hablas, si no dialogas, no hay nada que hacer", ya que "cuando hay un conflicto hay que hablar de él" con todos los implicados.
El portavoz del Gobierno Vasco, Josu Jon Imaz, quien acudió a apoyar a los familiares y allegados de Jaúregui, expresó en nombre del ejecutivo vasco el repudio a "la violencia loca de ETA" y subrayó que la sociedad vasca "anhela la paz frente a los que a través de la barbarie atacan la voluntad democrática de este pueblo".
El centenar de asistentes, entre ellos representantes de todos los partidos a excepción de Batasuna, los familiares y las viudas de otras dos víctimas de ETA, el columnista José Luis López de Lacalle y el concejal de UPN José Javier Múgica, depositaron rosas rojas al pie del monolito colocado en su recuerdo, en el que puede leerse la inscripción en vascuence "Los que te queremos, te recordamos".
Posteriormente, a la una del mediodía dio comienzo en el cine municipal de Legorreta la presentación de un libro que recoge la trayectoria humana del asesinado, a la que se sumaron Josu Jon Imaz, el diputado general de Guipúzcoa, Román Sudupe, el presidente de las Juntas Generales de la provincia, Iñaki Alkiza, el alcalde de la localidad, Xabier Iraola, y el periodista Gorka Landaburu, herido en otro atentado terrorista.
El concejal socialista de Tolosa Oscar Renedo destacó durante su intervención que "la intolerancia de una banda fascista no quiere hombres como Juan Mari, quiere un país en silencio donde el miedo ocupe todos los espacios", pero agregó que ETA ha logrado con este asesinato "el efecto contrario" al que pretendía pues "muchos han cogido el testigo de sus ideas". Rechazó tajantemente que Jaúregui, en su última etapa en Chile, estuviera relacionado con el Cesid como aseguró ETA en su reivindicación de este atentado y dijo también que no permitirán "que se ensucie su nombre", al tiempo que reclamó, al igual que otros oradores, "unidad democrática" y "diálogo" para acabar con la violencia.
