L D (EFE)
Tras la obtención del tercer grado por parte del ex presidente del Gobierno de Navarra, Gabriel Urralburu, y del ex consejero de Obras Públicas, Antonio Aragón, el pasado 14 de diciembre, ahora sus esposas, condenadas a tres años de prisión como cooperadoras necesarias de un delito de cohecho, es previsible que, tras obtener este permiso, puedan acceder en las próximas semanas al tercer grado penitenciario.
Fuentes penitenciarias han apuntado que tanto Olivia Balda como Isabel Romeo “reúnen todos los requisitos que contempla el régimen penitenciario” para la obtención del régimen abierto, que conlleva la obligación de acudir a pernoctar a prisión de lunes a jueves, no así los fines de semana y otros 48 días libres al año. El permiso de cinco días obtenido ahora fue solicitado por Olivia Balda e Isabel Romeo a finales del pasado mes de octubre, y, tras el informe favorable remitido a la Dirección General de Instituciones Penitenciarias, ésta ha decidido concedérselo este viernes.
Entre los requisitos para optar al tercer grado, el reglamento penitenciario contempla, además del buen comportamiento en prisión, que el recluso aporte un contrato de trabajo, algo que ambas han presentado. En concreto, Olivia Balda, presentó un contrato de trabajo de una empresa madrileña en la que estuvo empleada hasta que el Tribunal Supremo confirmó el pasado 28 de marzo la condena de tres años de cárcel, y ello motivó el inmediato ingreso en prisión.
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Fuentes penitenciarias han apuntado que tanto Olivia Balda como Isabel Romeo “reúnen todos los requisitos que contempla el régimen penitenciario” para la obtención del régimen abierto, que conlleva la obligación de acudir a pernoctar a prisión de lunes a jueves, no así los fines de semana y otros 48 días libres al año. El permiso de cinco días obtenido ahora fue solicitado por Olivia Balda e Isabel Romeo a finales del pasado mes de octubre, y, tras el informe favorable remitido a la Dirección General de Instituciones Penitenciarias, ésta ha decidido concedérselo este viernes.
Entre los requisitos para optar al tercer grado, el reglamento penitenciario contempla, además del buen comportamiento en prisión, que el recluso aporte un contrato de trabajo, algo que ambas han presentado. En concreto, Olivia Balda, presentó un contrato de trabajo de una empresa madrileña en la que estuvo empleada hasta que el Tribunal Supremo confirmó el pasado 28 de marzo la condena de tres años de cárcel, y ello motivó el inmediato ingreso en prisión.
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