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ENTREGA TEMPORAL

Expulsan de la sala al etarra Kantauri durante juicio por el intento de magnicidio

El ex dirigente etarra José Javier Arizkuren Ruiz, Kantauri, ha sido expulsado de la sala donde se le juzga por el intento de atentado contra el Rey en Palma de Malloca durante el verano de 1995. Kantauri ha asegurado que no recoce al tribunal y se ha negado a declarar. Este es su primer juicio en España tras su entrega temporal por Francia.

L D (EFE) Antes de que el magistrado le informara de sus derechos, Kanturi , que se ha negado a permanecer sentado, ha asegurado que no aceptaba al tribunal que le juzgaba y que no quería "participar en este circo". Tras expresar que quería irse de la sala, el presidente del tribunal ha ordenado su expulsión. Su respuesta ha sido proferir gritos en favor de ETA.

Kantauri se convirtió el pasado 17 de diciembre en el primer acusado por delitos de terrorismo al que Francia aplicaba la medida de entrega temporal por un periodo de cuatro meses para que la Audiencia Nacional lo juzgue por cuatro causas y lo devuelva luego para que termine de cumplir la condena que le impuso la Justicia gala tras su detención en París en marzo de 1999. En esta ocasión, la Fiscalía solicita 37 años de cárcel para el ex dirigente etarra.

En su escrito de conclusiones provisionales, la Fiscalía considera a Kantauri autor “por inducción y cooperación necesaria” de un delito contra la Corona y de los de integración en banda armada, depósito de armas de guerra, tenencia de explosivos y falsificación de documento oficial. El ministerio público sostiene que, en otoño de 1993, Kantauri , entonces responsable del aparato militar de ETA, entró en contacto con Juan José Rego Vidal, que había sido apartado de la organización terrorista en 1988 y a quien propuso “la posibilidad de llevar a cabo un atentado contra Su Majestad el Rey de España”.

Dos años después, en julio de 1995, Kantauri dio la orden de ejecutar el plan, previsto para el 13 de agosto una vez hecho un seguimiento del monarca. Sin embargo, los tres etarras que se habían desplazado a Palma fueron detenidos en la noche del 9 de agosto de 1995, y condenados el 21 de julio de 1997 a 109 años de prisión por la Audiencia Nacional.


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