El País
lleva en titular a tres columnas la propuesta socialista para atajar el encarecimiento de la vivienda: “El PSOE propone que el Estado dedique 12.000 millones para abaratar la vivienda”. Este diario, a diferencia de
El Mundo
y
La Vanguardia
, no dedica editorial alguno al asunto, pero esa reacción de dar prioridad al gasto público como solución al problema del encarecimiento de la vivienda coincide exactamente con la reacción que ha tenido el PSOE; es la típica solución socialista, ante cualquier problema: elevar el gasto público. El Estado ya gasta 9.015 millones de euros a las ayudas públicas a la vivienda y los socialistas pretenden elevar esa cuantía en 3.005 millones de euros.
Todos los medios han arremetido contra Cascos al que acusan de haber dado como explicación del encarecimiento de la vivienda la mejora del nivel de renta de los ciudadanos. A la critica al ministro, y no a la propuesta socialista, se dedican de hecho hoy los editoriales de El Mundo y La Vanguardia . Además de que Cascos hizo esa, sin duda, inoportuna y excasamente explicativa circunstancia entre muchas otras más relevantes para explicar el encarecimiento de la vivienda, mucha más critica se debía haber efectuado contra el diagnóstico socialista que responsabiliza a la falta “de una política activa de vivienda pública” del problema y que, en consecuencia, propone la elación del gasto público como la mejor solución para atajarla.
Es cierto que los socialistas han esbozado otras posibles vías de actuación, pero eso mismo ha hecho Cascos y, sin embargo, sólo él ha sido objeto de críticas. Y lo decimos porque, puestos a sopesar disparates, es mucho mayor el que responsabiliza de la situación a la falta de ayudas públicas a la vivienda que la que lo hace al aumento de los niveles de renta.
No tenemos espacio para analizar todos los factores que explican el brutal encarecimiento del precio de la vivienda, pero la raiz fundamental del problema es el más exorbitante encarecimiento aun del suelo urbanizable por las restricciones que imponen los poderes públicos. Las razón fundamental del problema -reiteramos-es el encarecimiento político del suelo, cuya liberalización no se acomete porque, entre otras razones, con las concesiones y permisos se financian de forma fraudulenta el gasto de muchos ayuntamientos y comunidades. No tendría que ser uno del Barça para darse cuenta de lo que vale un permiso de urbanización en un mar de prohibiciones....
El estrangulamiento de la oferta de suelo urbanizable tiene naturaleza política y tiene mucho que ver con el enorme gasto en el que se embarcan las administraciones públicas. En lugar de decretar que todo el suelo es urbanizable, salvo una justificada disposición medioambiental en contra, aquí la regla general que opera es la de que no se puede edificar sin autorización, salvo autorización expresa. Por el permiso las administraciones cobran, por el derecho no. Por eso no es de extrañar que esa falta de liberalización del suelo sea foco también de todo tipo de corruptelas...
Hay optimistas que como, ¡por fin!, han oído a políticos y a medios de comunicación citar, entre otras, esta cuestión creen que ha llegado el momento de que el PP pueda llegar a un consenso con el PSOE que ponga el dedo en la llaga y liberalice el suelo. Ojalá. Sin embrago, el realismo nos obliga a constatar que las propuestas del PSOE hacen hincapié en el gasto y que sus referencias al suelo, además de erradamente secundarias, no reclaman la liberalización del mismo, sino —como pueden leerse en El País —“un consenso” con ayuntamientos y CC AA para una inconcreta “modifición de la ley del suelo y de la Ley de Expropiación Forzosa, basada en el valor de reposición del suelo (y no en el valor de mercado del mismo)”.
Ya es grave estas disquisiciones entre el “valor de reposición” versus “valor de mercado”, pero quizá lo más ingenuo sea confiar en un consenso con los principales beneficiarios del actual statu quo que no son otros que Ayuntamientos y CC AA.
Si, además, el editorial de El Mundo equipara “la liberación del suelo” con “la construcción de vivienda pública”, y el de La Vanguardia ni siquiera trata la cuestión del suelo, nos tememos que la atención pública se desvíe de cual es el verdadero problema de la vivienda. Si encima El País y El PSOE hacen demagogia y ponen el acento en las ayudas públicas, el optimismo está muy poco justificado.
En un asunto diferente, pero con muchos rasgos comunes, algo parecido ha pasado con la cuestión de la inseguridad ciudadana. Los medios y los políticos tardaron en hacerse eco de cómo se había disparado el problema, pero cuando por fin lo hicieron, El País y el PSOE han logrado convencer a muchos que el problema está en la falta de gasto público en la policía y no en nuestra administración de justicia. Sin embargo, es el bajo precio del delito, y no la supuesta baja probabilidad de ser detenido, lo que explica de mejor forma las altas tasa de delincuencia en nuestro país.
Si la opinión pública no detecta la raíz del problema de la vivienda, los beneficiarios del actual quo —que no son otros que los políticos— se limitarán a maquillarlo, eso sí, a cargo de los contribuyentes.
Ojalá nos equivoquemos.
El voluntarismo de Garzón, la pasividad de la Fiscalía
Sólo La Razón y El Mundo dedican un editorial al auto en el que el Juez Garzón acusa a Eta y Batasuna de tratar de cometer una limpieza étnica y recurrir a las técnicas de amedrantamiento propias del nacionalsocialismo y de la mafia. La Razón asegura que el juez pone “el dedo en la llaga vasca” al disponerse “a reunir en un mismo sumario toda una vastísima actuación ilegal, recabando todos y cada uno de los datos que se hallan dispersos en los diversos sumarios abiertos pero que, en conjunto, articularán una completa visión de conjunto de cómo, gracias al terrorismo y al depurado estilo mafioso, se infecta una sociedad para hacer de ella un pelele adiestrado y listo para votar lo que se ordene, bajo pena de muerte o expulsión del paraíso abertzale soñado por Arzalluz y ETA”.
El editorial de El Mundo , sin embargo, arremete contra el juez por lo que el editorialista considera más “un ensayo político que una auto judicial”. Según El Mundo “Garzón sorprende de nuevo con un auto en el que acusa a Batasuna de practicar la limpieza étnica”. Y nosotros nos preguntamos ¿le ”sorprende” a El Mundo porque desde ámbitos jurídicos o políticos nunca se utiliza esa expresión o es porque esta no describe acertadamente la realidad del País Vasco y los propósitos de Batasuna?.
El caso es que El Mundo considera que “la mayor parte de las acusaciones recogidas en el auto son verdad —¿qué parte no lo son?, nos preguntamos nosotros— , pero los ejemplos que emplea el juez rozan algún caso el ridículo”. El Mundo no cita los acertados ejemplos empleados por Garzón que equiparan la actuación de Batasuna con la de la Mafia o el nacionalsocialismo alemán, sino que hace referencia al que “plantea al decir que se cambia de partida de nacimiento en el Hospital de Cruces, situado en Baracaldo, a favor de Bilbao por considerarlo más euskaldún ”, lo cual, para El Mundo , “no pasa de ser una humorada”.
Ciertamente, en muchas ocasiones, hemos dicho que el ideario nacionalista está repleto de ínfulas de “pureza” que, si no fuera porque no hay asesinatos de por medio, nos provocaría carcajadas. Pero el caso es que sí los hay y que esos absurdos “detalles” son fundamentales para simbolizar esa obsesión por la pureza euskaldun que ejemplifica el carácter totalitario del movimiento abertzale. Tambien nos puede parecer una “humorada” que Sabino Arana hiciera un periplo por su pasado familiar para constatar que entre los apellidos de sus ancestros no había ninguno “maketo”. Pero esa "anécdota" del padre fundador de todo movimiento nacionalista vasco es clave para acusarle de albergar propósitos totalitarios y de limpieza étnica.
Sólo al final del editorial, El Mundo dice algo razonable como es señalar que “la grandilocuencia de los autos de Garzón no se corresponde con la lentitud en proceder contra los dirigentes de Batasuna. En lugar de promover diligencias interminables para probar delitos monumentales debería empezar por pedir el procesamiento de los líderes batasunos por todo lo ya descubierto, aunque ello conlleve la pérdida de la competencia al ser algunos de ellos parlamentarios vascos”.
Bueno, pues por aplicar a El Mundo el mismo reproche que este diario dirige contra el juez, diremos que, para señalar esto último sobraba el resto de su editorial que lo único que viene es a cuestionar el diagnóstico de Garzón sobre el País Vasco y a fortalecer las críticas que, contra el Juez, han lanzado todos los nacionalistas. No obstante, también en este último punto haremos alguna observación: Si es afán de protagonismo el que ha llevado a Garzón a llevar al campo jurídico la realidad sociológica del terror al nacionalsocialismo vasco, bendito sea. Por otra parte, si también es el afán de protagonismo de Garzón la razón por la que no entrega a tribunales superiores un caso que afecta a batasunos aforados, ¿qué se ha de ver detrás de la pasividad de la Fiscalía que no pide el traslado del caso a los Tribunales que sí tienen competencia para procesar a los aforados?.
Resumen de prensa
El auto emitido por el juez Garzón en el que acusa a ETA y Batasuna de practicar la “limpieza étnica” para lograr la independencia y la sentencia del Tribunal Constitucional que obliga a los presidentes de las empresas privatizadas a ir al Congreso son las dos noticias más destacadas en las portadas de prensa de este jueves. Una cuestión también muy señalada, tanto en las primeras páginas como en los editoriales, es el encarecimiento del precio de la vivienda y la propuesta del PSOE de dedicar 3.005 millones de euros más a las ayudas públicas a esta materia. ABC y El País , aunque con retraso, son los únicos diarios que dedican un editorial al grave fraude cometido por la Forcem en la concesión de ayudas a la formación de los trabajadores.
La Razón da prioridad en su portada a la “alarma en Europa ante la amenaza de un ataque bioterrorista con viruela”, al asegurar este diario que los servicios de inteligencia y las policías de la UE avisan de que en el continente se han detectado indicios similares a los que se registraron en EE UU antes del 11-S y al señalar que Alemania ha adquirido 11 millones de dosis contra el virus, Francia 8 y ha ordenado la compra de 55 más. Según esta “exclusiva” de La Razón, el Ministerio de Defensa español ha mantenido una reunión de urgencia ante el temor de un atentado de estas características y el Gobierno ha encargado a un laboratorio de EE UU vacunas contra la enfermedad.
Otras noticias del día son el rechazo de la CEOE a la reforma del “decretazo” a la que acusa de recortar los derechos de los empresarios, la atribución por parte de Sadam Hussein del cien por cien de los votos en el “referéndum” iraquí, los seis afectados y un muerto por legionela en Madrid o la muerte de una anciana, enferma terminal, a manos de su marido octogenario, quien asegura que “no podía soportar verla sufrir”.
Todos los medios han arremetido contra Cascos al que acusan de haber dado como explicación del encarecimiento de la vivienda la mejora del nivel de renta de los ciudadanos. A la critica al ministro, y no a la propuesta socialista, se dedican de hecho hoy los editoriales de El Mundo y La Vanguardia . Además de que Cascos hizo esa, sin duda, inoportuna y excasamente explicativa circunstancia entre muchas otras más relevantes para explicar el encarecimiento de la vivienda, mucha más critica se debía haber efectuado contra el diagnóstico socialista que responsabiliza a la falta “de una política activa de vivienda pública” del problema y que, en consecuencia, propone la elación del gasto público como la mejor solución para atajarla.
Es cierto que los socialistas han esbozado otras posibles vías de actuación, pero eso mismo ha hecho Cascos y, sin embargo, sólo él ha sido objeto de críticas. Y lo decimos porque, puestos a sopesar disparates, es mucho mayor el que responsabiliza de la situación a la falta de ayudas públicas a la vivienda que la que lo hace al aumento de los niveles de renta.
No tenemos espacio para analizar todos los factores que explican el brutal encarecimiento del precio de la vivienda, pero la raiz fundamental del problema es el más exorbitante encarecimiento aun del suelo urbanizable por las restricciones que imponen los poderes públicos. Las razón fundamental del problema -reiteramos-es el encarecimiento político del suelo, cuya liberalización no se acomete porque, entre otras razones, con las concesiones y permisos se financian de forma fraudulenta el gasto de muchos ayuntamientos y comunidades. No tendría que ser uno del Barça para darse cuenta de lo que vale un permiso de urbanización en un mar de prohibiciones....
El estrangulamiento de la oferta de suelo urbanizable tiene naturaleza política y tiene mucho que ver con el enorme gasto en el que se embarcan las administraciones públicas. En lugar de decretar que todo el suelo es urbanizable, salvo una justificada disposición medioambiental en contra, aquí la regla general que opera es la de que no se puede edificar sin autorización, salvo autorización expresa. Por el permiso las administraciones cobran, por el derecho no. Por eso no es de extrañar que esa falta de liberalización del suelo sea foco también de todo tipo de corruptelas...
Hay optimistas que como, ¡por fin!, han oído a políticos y a medios de comunicación citar, entre otras, esta cuestión creen que ha llegado el momento de que el PP pueda llegar a un consenso con el PSOE que ponga el dedo en la llaga y liberalice el suelo. Ojalá. Sin embrago, el realismo nos obliga a constatar que las propuestas del PSOE hacen hincapié en el gasto y que sus referencias al suelo, además de erradamente secundarias, no reclaman la liberalización del mismo, sino —como pueden leerse en El País —“un consenso” con ayuntamientos y CC AA para una inconcreta “modifición de la ley del suelo y de la Ley de Expropiación Forzosa, basada en el valor de reposición del suelo (y no en el valor de mercado del mismo)”.
Ya es grave estas disquisiciones entre el “valor de reposición” versus “valor de mercado”, pero quizá lo más ingenuo sea confiar en un consenso con los principales beneficiarios del actual statu quo que no son otros que Ayuntamientos y CC AA.
Si, además, el editorial de El Mundo equipara “la liberación del suelo” con “la construcción de vivienda pública”, y el de La Vanguardia ni siquiera trata la cuestión del suelo, nos tememos que la atención pública se desvíe de cual es el verdadero problema de la vivienda. Si encima El País y El PSOE hacen demagogia y ponen el acento en las ayudas públicas, el optimismo está muy poco justificado.
En un asunto diferente, pero con muchos rasgos comunes, algo parecido ha pasado con la cuestión de la inseguridad ciudadana. Los medios y los políticos tardaron en hacerse eco de cómo se había disparado el problema, pero cuando por fin lo hicieron, El País y el PSOE han logrado convencer a muchos que el problema está en la falta de gasto público en la policía y no en nuestra administración de justicia. Sin embargo, es el bajo precio del delito, y no la supuesta baja probabilidad de ser detenido, lo que explica de mejor forma las altas tasa de delincuencia en nuestro país.
Si la opinión pública no detecta la raíz del problema de la vivienda, los beneficiarios del actual quo —que no son otros que los políticos— se limitarán a maquillarlo, eso sí, a cargo de los contribuyentes.
Ojalá nos equivoquemos.
El voluntarismo de Garzón, la pasividad de la Fiscalía
Sólo La Razón y El Mundo dedican un editorial al auto en el que el Juez Garzón acusa a Eta y Batasuna de tratar de cometer una limpieza étnica y recurrir a las técnicas de amedrantamiento propias del nacionalsocialismo y de la mafia. La Razón asegura que el juez pone “el dedo en la llaga vasca” al disponerse “a reunir en un mismo sumario toda una vastísima actuación ilegal, recabando todos y cada uno de los datos que se hallan dispersos en los diversos sumarios abiertos pero que, en conjunto, articularán una completa visión de conjunto de cómo, gracias al terrorismo y al depurado estilo mafioso, se infecta una sociedad para hacer de ella un pelele adiestrado y listo para votar lo que se ordene, bajo pena de muerte o expulsión del paraíso abertzale soñado por Arzalluz y ETA”.
El editorial de El Mundo , sin embargo, arremete contra el juez por lo que el editorialista considera más “un ensayo político que una auto judicial”. Según El Mundo “Garzón sorprende de nuevo con un auto en el que acusa a Batasuna de practicar la limpieza étnica”. Y nosotros nos preguntamos ¿le ”sorprende” a El Mundo porque desde ámbitos jurídicos o políticos nunca se utiliza esa expresión o es porque esta no describe acertadamente la realidad del País Vasco y los propósitos de Batasuna?.
El caso es que El Mundo considera que “la mayor parte de las acusaciones recogidas en el auto son verdad —¿qué parte no lo son?, nos preguntamos nosotros— , pero los ejemplos que emplea el juez rozan algún caso el ridículo”. El Mundo no cita los acertados ejemplos empleados por Garzón que equiparan la actuación de Batasuna con la de la Mafia o el nacionalsocialismo alemán, sino que hace referencia al que “plantea al decir que se cambia de partida de nacimiento en el Hospital de Cruces, situado en Baracaldo, a favor de Bilbao por considerarlo más euskaldún ”, lo cual, para El Mundo , “no pasa de ser una humorada”.
Ciertamente, en muchas ocasiones, hemos dicho que el ideario nacionalista está repleto de ínfulas de “pureza” que, si no fuera porque no hay asesinatos de por medio, nos provocaría carcajadas. Pero el caso es que sí los hay y que esos absurdos “detalles” son fundamentales para simbolizar esa obsesión por la pureza euskaldun que ejemplifica el carácter totalitario del movimiento abertzale. Tambien nos puede parecer una “humorada” que Sabino Arana hiciera un periplo por su pasado familiar para constatar que entre los apellidos de sus ancestros no había ninguno “maketo”. Pero esa "anécdota" del padre fundador de todo movimiento nacionalista vasco es clave para acusarle de albergar propósitos totalitarios y de limpieza étnica.
Sólo al final del editorial, El Mundo dice algo razonable como es señalar que “la grandilocuencia de los autos de Garzón no se corresponde con la lentitud en proceder contra los dirigentes de Batasuna. En lugar de promover diligencias interminables para probar delitos monumentales debería empezar por pedir el procesamiento de los líderes batasunos por todo lo ya descubierto, aunque ello conlleve la pérdida de la competencia al ser algunos de ellos parlamentarios vascos”.
Bueno, pues por aplicar a El Mundo el mismo reproche que este diario dirige contra el juez, diremos que, para señalar esto último sobraba el resto de su editorial que lo único que viene es a cuestionar el diagnóstico de Garzón sobre el País Vasco y a fortalecer las críticas que, contra el Juez, han lanzado todos los nacionalistas. No obstante, también en este último punto haremos alguna observación: Si es afán de protagonismo el que ha llevado a Garzón a llevar al campo jurídico la realidad sociológica del terror al nacionalsocialismo vasco, bendito sea. Por otra parte, si también es el afán de protagonismo de Garzón la razón por la que no entrega a tribunales superiores un caso que afecta a batasunos aforados, ¿qué se ha de ver detrás de la pasividad de la Fiscalía que no pide el traslado del caso a los Tribunales que sí tienen competencia para procesar a los aforados?.
Resumen de prensa
El auto emitido por el juez Garzón en el que acusa a ETA y Batasuna de practicar la “limpieza étnica” para lograr la independencia y la sentencia del Tribunal Constitucional que obliga a los presidentes de las empresas privatizadas a ir al Congreso son las dos noticias más destacadas en las portadas de prensa de este jueves. Una cuestión también muy señalada, tanto en las primeras páginas como en los editoriales, es el encarecimiento del precio de la vivienda y la propuesta del PSOE de dedicar 3.005 millones de euros más a las ayudas públicas a esta materia. ABC y El País , aunque con retraso, son los únicos diarios que dedican un editorial al grave fraude cometido por la Forcem en la concesión de ayudas a la formación de los trabajadores.
La Razón da prioridad en su portada a la “alarma en Europa ante la amenaza de un ataque bioterrorista con viruela”, al asegurar este diario que los servicios de inteligencia y las policías de la UE avisan de que en el continente se han detectado indicios similares a los que se registraron en EE UU antes del 11-S y al señalar que Alemania ha adquirido 11 millones de dosis contra el virus, Francia 8 y ha ordenado la compra de 55 más. Según esta “exclusiva” de La Razón, el Ministerio de Defensa español ha mantenido una reunión de urgencia ante el temor de un atentado de estas características y el Gobierno ha encargado a un laboratorio de EE UU vacunas contra la enfermedad.
Otras noticias del día son el rechazo de la CEOE a la reforma del “decretazo” a la que acusa de recortar los derechos de los empresarios, la atribución por parte de Sadam Hussein del cien por cien de los votos en el “referéndum” iraquí, los seis afectados y un muerto por legionela en Madrid o la muerte de una anciana, enferma terminal, a manos de su marido octogenario, quien asegura que “no podía soportar verla sufrir”.
