Rajoy declara la guerra a Aguirre

Tal día como hoy, 5 de noviembre, pero de 2009, Libertad Digital contaba en su portada que "Rajoy declara la guerra a Esperanza Aguirre". No sentó nada bien al presidente del Partido Popular que Aguirre no acudiera al Comité Ejecutivo Nacional. Los más afines a Rajoy dentro del partido aseguraron que Rajoy "está harto de Aguirre, cansado de que siempre sea ella quien se lleve los titulares".

El enfado fue tal que hasta María Dolores de Cospedal cargó con la presidenta de la Comunidad de Madrid: "Fue un error tremendo que no estuviera en la reunión". La número dos del PP dijo que "cuando se convoca un Comité Ejecutivo porque son conocidos los problemas que se han producido en los que participan de manera importante varias personas, lo lógico es estar presente y hablar de todo lo que se tenga que hablar dentro de los órganos del partido".

Los problemas de los que habla Cospedal surgieron tras una entrevista en El País al entonces vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo. En ella acusaba a la Comunidad de Madrid de que "intentaron encontrarme algo que me hiciera dependiente de ellos, a través de esa gestapillo que montaron y espiándome como espiaban a Alfredo Prada". También atacó a Aguirre por el hecho de ser liberal: "Una cosa es ser liberal y otra muy distinta decirlo. Nunca he oído a nadie decir más veces que a Aguirre ‘soy liberal’".

El entorno de la presidenta regional justificó su ausencia porque "era Manuel Cobo quién tenía que dar explicaciones, quién tenía que ser reprendido, no ella". Sin embargo, "Aguirre tenía claro que también cargarían contra ella y le pondrían al mismo nivel que al vicealcalde de Madrid... por eso no acudió".

La guerra entre la presidenta y el presidente surgió unos meses antes tras la derrota del PP en las elecciones generales de marzo de 2008. Esperanza Aguirre pronunció uno de sus discursos más recordados en el que no se resignaba a que el PP pierda las elecciones por no dar la batalla de las ideas. En su "No me resigno", Aguirre defendió las ideas liberales, se lamentó de que el Partido Popular haya caído en las "trampas ideológicas" que le ha tendido el PSOE y se mostró dispuesta a "dar la batalla" para que los españoles conozcan de verdad la opción "abierta, moderna y liberal" que es el PP.

Este discurso no pareció gustar nada al presidente del partido que, en su intervención ante la convención del PP en Elche, se alejó de los principios liberales abriendo la guerra en el partido. Dijo que "quiero que el PP sea lo que es, un partido popular, moderado, abierto e integrador y no de doctrinarios", añadió que "aquí se han incorporado todos, hay liberales, democristianos..." y terminó diciendo que quería "un partido donde todo el mundo se sienta cómodo, no que responda a una sola ideología". Llegó a decir que "si alguno se quiere ir al partido liberal o conservador, que se vaya".

También contestó a Aguirre ante la posibilidad de que ésta se presentara a la presidencia del partido. Aunque la presidenta regional dijo que "no entra en mis planes, ahora bien, si cambio de planes, el presidente de mi partido será el primero en saberlo". Rajoy dijo que "si alguien quiere presentarse que lo haga pero sí quiero decir una cosa, yo voy a ser leal a mi partido".

El último enfrentamiento llegó tras la decisión de conceder la libertad condicional al etarra Josu Uribetxeberria Bolinaga. Esperanza Aguirre avisó a Mariano Rajoy de que existía "mucho descontento" en las bases del partido. Desde el Gobierno se limitaron a decir que acataban la ley y las decisiones judiciales.

Doce días después y ante la sorpresa de todos, Esperanza Aguirre anunció su dimisión aunque esgrimió motivos personales.