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El pacto de los "amigos" Rubalcaba, López y Madina

Todo quedó "aclarado" en una comida "rápida", como tantas otras, pero cuya singularidad radica en 'el pacto': esperar a la orden de Rubalcaba.

Todo quedó "aclarado" en una comida "rápida", como tantas otras, pero cuya singularidad radica en 'el pacto': esperar a la orden de Rubalcaba.
López, Rubalcaba y Madina en un acto pasado en San Sebastián | Cordon Press

Hay pacto. Este pareció ser el dictamen del cónclave vasco que ayer tuvo lugar en Madrid. Eduardo Madina y Patxi López almorzaron en Las Vistillas en una reunión secreta y discreta "que no tuvo nada especial", según uno de los asistentes. Como tantos lunes tras la reunión de la Ejecutiva socialista, ambos se alejaron unos metros del cuartel general de Ferraz para "aclarar" posiciones y sellar el pacto que pretende el todavía líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba: que se respeten sus tiempos para el calendario de la renovación del partido antes de enfrascarse en la dura batalla por su sucesión.

Y así quedó claro entre los comensales de "una comida privada de amigos", según la definió hoy el propio Eduardo Madina. "Entre dos personas como él y yo que somos amigos desde hace tantos años, pues nada más que una comida privada de amigos, que trascendió muy rápido y muy bien y que no tuvo nada especial".

Lo especial fue que ambos "aclararon" sus intenciones pero también que éstas no se harán públicas ni oficiales hasta que Rubalcaba de el pistoletazo de salida. "Hablamos de cómo está él, de cómo estoy yo, de cómo vemos las cosas", añadió el secretario general del grupo socialista en el Congreso sobre un encuentro que se ha producido "cientocincuenta millones de veces".

En los pasillos del Congreso, el número dos del grupo parlamentario también desveló una conversación mantenida el pasado jueves. "Con Alfredo Pérez Rubalcaba hablé el día en que se publicó todo y yo creo que las cosas están absolutamente claras, por mi parte y por la suya. Una conversación también de dos personas que somos amigos, así que todo bien".

La dirección respira tranquila porque el debate, al menos entre los aspirantes, está zanjado, y por su parte, habrá silencio. Un mutismo al que se suma, o es comandada a hacerlo, su portavoz, Soraya Rodríguez, quien si bien la semana pasada anunciaba eufórica que "en el PSOE, si se quiere se puede; y si Madina quiere, puede", este martes renunciaba a posicionarse por las primarias porque, como dice Rubalcaba, 'ya no toca'.

"No voy a decir nada más que lo que ya se ha dicho. Cuando se abra el proceso de primarias, se abrirá el proceso de presentación de candidaturas". Sobre el almuerdo secreto entre Madina y López, tampoco quiso pronunciarse porque "ayer almorzaron, todos ustedes saben lo que dijeron y lo que yo diga no aporta nada, pueden ustedes verlo en los teletipos". La conclusión es que Habemus pacto, aunque no se sabe si por mucho tiempo.  

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