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Rivera apuesta con descaro por la presidencia

Asegura que ni PP ni PSOE podrán contar con el apoyo de Ciudadanos para gobernar, como ha ocurrido en Madrid y Andalucía.

Albert Rivera, durante la rueda de prensa de este lunes en Madrid. | EFE

Se ha convertido en una pregunta clásica, en cada comparecencia de Albert Rivera. Esa que, formulada de una u otra manera, intenta averiguar los planes del líder de Ciudadanos para después del 20-D. Este lunes varios periodistas lo volvieron a intentar en la rueda de prensa posterior a la reunión en la que la Ejecutiva del partido perfilaba el programa electoral. Rivera tiraba de manual: "No creo que haya mucha novedad sobre esto, pero lo repito: nosotros no vamos a apoyar a Sánchez ni a Rajoy, nosotros queremos ganar a Sánchez y a Rajoy y si no podemos formar Gobierno estaremos en la oposición". Lo que quizá nadie se haga una idea del todo es hasta qué punto Rivera está íntimamente convencido de sus posibilidades de convertirse en el próximo inquilino de La Moncloa. Sirva para explicarlo lo ocurrido una fría noche de hace tres años, en el interior de un taxi en Madrid. Allí, como desvelan los periodistas José María Albert de Paco e Iñaki Ellakuría en su libro Alternativa Naranja, Rivera escuchó la pregunta del ya entonces estrecho colaborador, hoy número uno por Barcelona, Juan Carlos Girauta: "Albert, ¿tú sabes que algún día serás presidente del Gobierno?". La respuesta fue tan escueta como audaz: "Sí, claro".

Volviendo a la rueda de prensa de este lunes, Rivera ha dejado claro que considera superada la etapa, tan próxima como de hace unos meses, en la que Ciudadanos se conformaba con obtener representación y ejercer de partido bisagra, como ocurrió, singularmente, en Madrid y Andalucía. Un escenario que ha cambiado, porque, como explicaba: "No les vamos a apoyar [a PP y PSOE] si quieren gobernar se buscarán sus apoyos, no el nuestro. Estoy compitiendo con ellos. En otros lugares de España Ciudadanos entró con algunos diputados autonómicos o concejales, pero ahora es distinto, salimos con posibilidades de ganar, como certifican las encuestas. Ciudadanos está por encima del PSOE, la pregunta sería al revés: preguntarle a Sánchez si nos va a apoyar a nosotros".

Ante las dudas sobre ese discurso, otro de los periodistas afinaba la pregunta y le pedía que concretase si descartaba una abstención que permitiese, eventualmente, un Gobierno popular o socialista. Rivera despejaba el balón: "No lo hemos decidido. Ni mi Ejecutiva ni yo nos dedicamos a valorar posibles posiciones en una votación. Lo que digo es que no tendrán nuestro apoyo".

Otra periodista no se daba por vencida y le pedía que aclarase si, al menos, se establecería una "línea roja", aquella que obligaría a respaldar a un Gobierno para evitar la repetición de las elecciones. Rivera sonreía: "Entiendo la pregunta, pero déjeme pensar que no habrá nuevas elecciones, que vengo de Cataluña y ando un poco tocado. Quien quiera formar Gobierno va a tener una labor mucho más compleja que otras veces y seguramente por ello ustedes me preguntan tanto".

Como ha contado Libertad Digital, la convicción de que si Ciudadanos logra la segunda plaza Rivera será presidente es cada vez mayor. Bastaría entonces con pedirle el apoyo a Pedro Sánchez poniendo al líder socialista en la tesitura de tener, en caso contrario, que apuntalar un nuevo Ejecutivo del PP. En otras palabras, "hacer un poco de daneses" como dijo recientemente Rivera aludiendo a la hipótesis Borgen, la serie de Televisión en la que la líder de los moderados llega a primera ministra con el apoyo de los laboristas. En muchos lugares Ciudadanos ya supera al PSOE en las encuestas, pero está por ver si ese puede ser el resultado global.

De momento, Rivera juega más fuerte que nunca y asegura que PP y PSOE ya no podrán, como en varias CCAA, contar con los votos naranja.

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