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Ada Colau practica su primer desahucio de okupas

La alcaldesa accede a una petición vecinal y del PP, manda tapiar un edificio municipal y desata las iras del movimiento okupa.

Desde el pasado verano, al poco de la llegada de Ada Colau y Barcelona en Común al poder, un céntrico edificio de la ciudad se había convertido de nuevo en símbolo de la "resistencia okupa". El inmueble, un antigua central eléctrica, permanecía en desuso desde hacía décadas y presenta graves problemas estructurales. Enclavado en el Ensanche barcelonés, el edificio conocido como "Transformadors" albergó en 1984 el primer concierto okupa en España, pero ya hacía tiempo que había sido abandonado. Con el nombramiento de Colau como alcaldesa, los squatters decidieron volver a la finca para organizar multitudinarias fiestas y conciertos en los que se exigía a los asistentes el pago de una entrada. Un negocio redondo para el "movimiento" y un desafío para comprobar el verdadero alcance de las convicciones de la alcaldesa "revolucionaria". La fiesta ha durado ocho meses.

Ada Colau se ha echado encima a los okupas este lunes, cuando el edificio ha sido desalojado, tapiado y se ha anunciado que en breve será derribado. La primera edil de Barcelona ha accedido a las peticiones del grupo municipal del PP, presidido por Alberto Fernández, que reclamaba desde la anterior legislatura municipal que la finca fuera derribada para albergar en su lugar un centro de asistencia a los mayores. También los vecinos estaban a favor del cierre, dadas las molestias provocadas por la "revitalización" del inmueble, y apoyaban la conversión del espacio en un centro de atención social y punto de encuentro entre asociaciones de jóvenes y mayores de la zona.

De tal manera que la alcaldesa Colau ha enviado una brigada de operarios municipales escoltados por la Guardia Urbana para proceder al desalojo y tapiado. Argumenta que la decisión se funda en un proceso de "participación vecinal" en el que se prevé el derribo y la construcción en el solar de un edificio de cinco plantas con equipamientos para los jóvenes, las asociaciones vecinales y la tercera edad, con puntos de información, un cibercafé, salas para la tercera edad y centro de atención laboral. El coste del proyecto, según el consistorio, será de unos cinco millones de euros.

Los okupas reprochan a Colau su "mano dura" y las "contradicciones entre su discurso y sus prácticas". En un comunicado al que ha tenido acceso el digital e-noticies, el autodenominado movimiento okupa acusa a la alcaldesa de hacer "una política de gestos y gesticulaciones", así como de apropiarse de "símbolos y discursos que no te pertenecen ni legitiman". Los okupas han declarado la guerra a un Ayuntamiento que consideraban hasta ahora amistoso y partidario de sus prácticas y "resistencia anticapitalista".

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