El colapso europeo tras el Brexit y el anuncio de un segundo referéndum en Escocia, junto al gota a gota del caso de espionaje en Interior, han renovado los bríos de la campaña de los partidos separatistas catalanes. Hasta la filtración de las conversaciones de hace dos años entre el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, y el director de la Oficina Antifraude de Cataluña (OAC), Daniel de Alfonso, la contienda electoral en Cataluña era un paseo militar para la versión autonómica de Podemos, los "comunes". Siguen con el viento de cara, pero el movimiento separatista se aupó al victimismo tras lo que denominan "fdzdiazgate" y el Brexit ha generado en las últimas horas una notoria sensación de optimismo respecto a la posibilidad de un referéndum en Cataluña.
El jefe de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), Jordi Sànchez, insiste en el nuevo plan, otra consulta de carácter vinculante a celebrar en los próximos meses mientras que el presidente de la Generalidad, Carles Puigdemont, reprocha a la Unión Europea "falta de sensibilidad con las realidades nacionales", bendice los planes de Nicola Sturgeon, líder del Partido Nacionalista Escocés, que ya prepara un segundo referéndum al calor del "Bremain" en Escocia, y asegura que "Cataluña contribuirá como Estado independiente a la reconstrucción del proyecto europeo".
El bombardeo mediático de las conversaciones de Jorge Fernández Díaz y Daniel de Alfonso es para los comunes, convergentes y republicanos munición de última hora contra el PP, el bipartidismo y el Estado en una dura pugna por capitalizar el escándalo. En cuanto al Brexit, el separatismo lo ha traducido en otra buena nueva para sus intereses. El eurodiputado convergente Ramon Tremosa afirmaba nada más conocer el resultado que "fuera de la Unión Europea hay vida y hoy los aviones, trenes y barcos siguen entrando y saliendo del Reino Unido y la UE".
Tanto ERC como Convergencia confían en una victoria de Podemos y en sumar un número de diputados "soberanistas" en Cataluña que les hagan imprescindibles para investir un gobierno de "frente popular" en el que el referéndum pactado sería una de sus líneas rojas. No sólo se confía en el sorpasso de Podemos sino en que la formación de Pablo Iglesias gane las elecciones. En ese contexto, exigirían al líder podemita, necesariamente aliado con el PSOE, que cumpliera su promesa de celebrar un referéndum en Cataluña como muestra de su fe en la "Europa de los pueblos".