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Homs desafía al Supremo: "Volvería" a hacer la consulta

"Ustedes admiten que el Gobierno de España incumple sucesivas sentencias, pero no ven motivo para presentar una querella".

Esta batalla jurídica estaba librada. Los argumentos del separatismo en torno a la consulta ilegal del 9N de 2014 resonaron ya en el juicio contra Artur Mas, Irene Rigau y Joana Ortega que el Superior de Justicia de Cataluña acogió a principios de febrero. El hecho de que Francesc Homs –hoy diputado en el Congreso, entonces consejero de Presidencia de la Generalidad– responda aisladamente en el Tribunal Supremo por su condición de aforado solo contribuye al despliegue rupturista. En lo puramente procesal, habida cuenta del interrogatorio de la Fiscalía, se adivina que este acusado aportará poco o nada a la causa.

Eso sí, los rupturistas han recorrido su camino fetiche. El mismo que en la vista oral primigenia, la del expresidente y sus exconsejeras, unió la plaza de San Jaime de Barcelona con el TSJC. Hoy, cambio de escenario en Madrid, aunque con el mismo attrezzo. Una comitiva siempre multitudinaria –esta vez se cifra en alrededor de 200 personas– ha acompañado a "Quico" desde el Centro Cultural Blanquerna, bastión de la Generalidad adyacente a la Gran Vía por la calle Alcalá, hasta el Tribunal Supremo, a doscientos metros de la Plaza de Colón. Nunca faltan al disperse de ideario los Joan Tardá, Gabriel Rufián, Neus Munté y "representantes de la sociedad civil"; no se lo han perdido este lunes Artur Mas, ni el portavoz parlamentario de JxSí Jordi Turull.

Tampoco se ausentan de este tipo de citas los gritos de independencia con reiteradas interpretaciones de Els Segadors y L'estaca. Una manualidad ha destacado como la novedad del día. El séquito ha hecho parada en la Plaza del Rey de Madrid, a medio camino entre la salida y la meta, para plantar una urna de cartón gigante con consignas dirigidas al mundo: desde el nuevo lema de los separatistas, "Love democracy", hasta el "I want to be free" que tanto recuerda al mítico tema de Queen. Portaban otros mensajes más de acción, del tipo "votar es democracia" y "somos una nación, seremos un Estado".

"Soy muy consciente de que no estoy en mi casa"

Así hasta que ha accedido a dependencias judiciales protegido por un cordón policial de varias decenas de agentes. Una vez dentro, ha reproducido aquello del mandato ciudadano: "Cuando un Govern como el nuestro, sometido a las leyes y con voluntad de cumplirlas, tiene ante él obligaciones tan sagradas, al menos para nosotros, como la dar voz a la gente, que es un derecho fundamental; y al lado tiene una providencia en aquella situación, yo creo que la obligación de un gobernante es actuar como actuamos, porque todo nos obligaba. No podíamos hacer otra cosa que lo que hicimos porque estaban en juego la participación y la libertad ideológica".

"Lo que hicieron", según el Ministerio Público, sería incurrir en un delito de desobediencia grave y otro de prevaricación administrativa. La Fiscalía pide para él nueve años de inhabilitación para ejercer cargo público. En este contexto, Jaime Moreno ha desplegado un cuestionario marcado por un momento de arrogancia. El fiscal encargado del caso ha interrumpido a Homs en una respuesta que creía amortizada. El acusado le ha reprochado falta de respeto: "Acabo la respuesta si me permite, lo digo porque si no le interesa… En mi casa me enseñaron a que tenía uno que esperar a que el otro terminara para poder repreguntar". Ha interrumpido la conversación Manuel Marchena, el magistrado que preside el Tribunal: "Esto no es su casa, esto es el Tribunal Supremo. Este acto se rige por los artículos de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Tenga muy claro que la pertinencia o impertinencia de las preguntas del fiscal le corresponde a la Sala y, por supuesto, que tenemos el máximo interés de escuchar todas y cada una de sus alegaciones defensivas".

Momento aprovechado por Homs para proyectar otro recado político: "Le agradezco las explicaciones. Soy muy consciente que no estoy en mi casa, como se puede imaginar. Yo no me refería a la pertinencia o impertinencia de las preguntas sino al hecho de que me interrumpa". En cualquier caso, la tensión ha ido de más a menos. Tanto que Marchena ha requerido al fiscal Moreno que dejase terminar al acusado en otra interrupción y Homs ha salido en defensa del interrogador: "No, no se preocupe. Me imagino que el inicio del interrogatorio empieza de una manera y luego ya nos vamos conociendo más en cuanto al toma y daca, disculpe la coloquialidad de la expresión".

"Proceso participativo"

Aunque al portavoz de los separatistas no le gusta el término consulta con el que preguntaba el representante del Ministerio Público: "La consulta no se podía suspender, primero porque no era una consulta. Yo lo dije manta veces en aquellos días. No se puede suspender aquello que no se hace. En su expresión, me pregunta, ¿no suspendieron la consulta? Es que ya dijimos que la consulta estaba suspendida y no la hacíamos, hacíamos el proceso participativo, es decir, hacíamos otra cosa con voluntarios etcétera. Es que no había forma de humana de saber cuál era el alcance de esa providencia".

Esa providencia es el escrito con el que el Tribunal Constitucional suspendió el 4 de noviembre de 2014, es decir, cinco días antes del evento, la consulta para la ruptura de Cataluña con España. Homs ha descrito una suerte de disyuntiva en la que terminaron por prevalecer los derechos y las libertades fundamentales de los suyos: "Tomamos las decisiones que tomamos con plena conciencia de no poder hacer otra cosa. Yo admito todos los hechos que usted me incrimina e incluso podría añadir más. Siempre tuve el encargo del Govern de ajustarme a la legalidad y de no cometer ningún tipo de delito. Y creo que lo hicimos".

"¿Cómo es posible que no entendieran que eso suponía no celebrar ese proceso cuando es exactamente igual a la providencia de septiembre por la que se anuló la primera consulta?", se preguntaba el fiscal. "El esfuerzo de intentar presentar esto como una providencia clara definida es evidente y lo entiendo. Pero en septiembre había un decreto y una ley. Aquí era un proceso participativo". En este debate ha encajado su defensa, entre otras cosas, que el contrato de servicios con T-System "no se veía afectado por la providencia".

Homs limita su interacción con la ciudadanía en relación a estos hechos a "informar a la población de que había un proceso deliberativo que podían ejercer". Se ha escudado repetidamente en que "el proceso participativo no se hubiera podido hacer sin los 40.000 voluntarios" y después ha soltado el escudo al reconocer que "volvería" a impulsar ese proceso.

A vueltas con Rajoy

Las cuestiones previas han abierto este juicio oral con el nombre de Mariano Rajoy. El Tribunal ha desestimado por segunda vez la comparecencia como testigo del presidente del Gobierno; también las del entonces fiscal general del Estado Eduardo Torres-Dulce y el presidente del Tribunal Constitucional Francisco Pérez de los Cobos. Ya a preguntas de su abogada, Eva Labarta, Homs ha descrito la reacción de Moncloa ante el anuncio del proceso de menosprecio absoluto, de considerarlo ridículo: "un acto sin consecuencias políticas ni jurídicas".

En cuanto ha entrado en acción esta letrada, Homs se ha movido en la delgada línea entre el poder político y el judicial: "La Generalitat ha cumplido siempre las resoluciones del TC, el Gobierno de España, no" las "intenciones del ministro del Interior de utilizar a la Fiscalía para perjudicar adversarios políticos" ha sido solo dos ejemplos. Esta idea ha desembocado en su imputación: "Tras el 9-N, el juez desestimó mi implicación en la causa y, al cabo de 15 meses, la fiscalía me incorporó en la causa".

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