Los sistemas no tripulados se están convirtiendo en los últimos años en algo habitual en casi todos los ejércitos del mundo. No en vano, los sistemas aéreos se han convertido ya en un recurso imprescindible, después de que fueran los primeros en aparecer en el mercado con una tecnología ya madura y apta para poder utilizarse plenamente. En las Fuerzas Armadas españolas se han adquirido varios modelos diferentes para los tres ejércitos.
Pero el siguiente salto parece que van a ser los vehículos terrestres no tripulados o UGV (por sus siglas en ingles), de los que empieza a haber ya modelos plenamente operativos. Es por ello que el Ejército de Tierra tiene previsto abrir durante este año 2021 un nuevo programa destinado a evaluar los modelos que hay en el mercado y la utilidad que pueden tener, según informa la edición de enero del boletín Tierra, que edita el propio Ejército de Tierra.
El objetivo es comenzar una fase de experimentación para comprobar las distintas aplicaciones que tienen estos nuevos sistemas. Exactamente, se buscan vehículos con un diseño modular útil para distintos capacitadores sobre una misma plataforma, que puedan actuar en enjambre –varios UGV realizando la misma misión en grupo– y que tengan que ser activados por una persona, es decir, que no sean autónomos completamente.
El Ejército de Tierra ya ha venido testeando alguno de los UGV que hay en el mercado, como es el caso de la plataforma LR1, en su versión logística, que se probó de forma experimental en unos ejercicios alfa de la Brigada Rey Alfonso XIII de la Legión en febrero de 2019. También se contó con una plataforma Probot en el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), uno de los sistemas más maduros.
Hasta ahora no se había decidido a abrir un programa específico que pudiese concluir con la compra de unos vehículos que no solo pueden ser utilizados como plataformas logísticas. Y es que, por ejemplo, la empresa española Escribano ya adaptó una de sus torres remotas Guardian 2.0 para poder ser operada desde el UGV Thelmis de la estona Milrem Robotics, además de trabajar ya en un UGV propio.
