Los gobiernos separatistas de la Generalidad no escatiman en gastos identitarios, aunque para ello tengan que echar mano de fondos públicos destinados, en principio, a la lucha contra el coronavirus. Por ejemplo, para financiar TV3 se han desviado fondos extraordinarios que se habían habilitado para el departamento de Salud. Igual que para crear el fondo con el que pagar las fianzas de los dirigentes golpistas en el Tribunal de Cuentas.
Otro caso flagrante es el dinero despilfarrado en las quince delegaciones que la Generalidad posee fuera de España. Por ejemplo, durante los años más convulsos del proceso separatista se gastaron cantidades que vistas con la perspectiva actual resultan modestas. Así, en 2016, las "embajadas" les costaron a los ciudadanos de Cataluña 2.494.199. En esa cantidad se incluyen sueldos del personal, alquileres y gastos de locales, así como el funcionamiento ordinario de las oficinas. Un año después, el del golpe, el gasto casi se duplicó, llegando a los 4.041.709.
La aplicación del artículo 155 de la Constitución durante unos meses comportó una sensible reducción del gasto, toda vez que todos los delegados de la Generalidad fueron cesados y se cerraron casi todas las delegaciones. De esta manera, el presupuesto cerrado en este capítulo fue de 1.199.465. En 2019, el gobierno regional encabezado por Quim Torra reactivó el despliegue separatista en el extranjero y el coste se disparó hasta los 3.197.143 euros. Y el año pasado, en plena pandemia, se alcanzó el récord de gasto hasta el momento con 4.345.414.
Según una respuesta del Portal de Transparencia de la Generalidad a El Periódico de Catalunya, la función durante ese año de los delegados autonómicos fue elaborar reportes diarios sobre el coronavirus en sus países de destino. Sin embargo, la administración autonómica asegura también que prestaron servicio a 4.360 personas en situaciones de emergencia.
En la respuesta, la Generalidad explica que el sueldo de los delegados es de 87.456,32 euros anuales, que la delegación con más personal es la de Bruselas, con 16 empleados y un coste salarial de 289.238,32 euros. Sigue la delegación de Italia, con seis empleados y un coste salarial prácticamente idéntico, 283.757,71 euros. En la de Estados Unidos, los cinco empleados ganan 236.357,54 euros. Y en la de Francia, 4 trabajadores salen por 228.119,82 euros.
En cuanto al alquiler de sedes, la más cara es la de la Rue de la Loi 227, en Bruselas, que en 2020 costó 750.789,92 euros. Sigue la de Londres, en Fleet Street 17, con un coste de 151.434,05 euros. Después, la alemana, sita en la Friedrichstrasse 186 de Berlín y cuyo alquiler cuesta a los ciudadanos de Cataluña 104.611,20 euros.