Desde el pasado 8 de febrero, la Guardia Civil trabaja con la hipótesis de que Esther López, la joven que apareció muerta en una cuneta de Traspinedo (Valladolid) tras 24 días desaparecida, fue atropellada. Ahora, tras varias semanas de investigación, los agentes buscan un todoterreno o furgoneta azul y revelan una inquietante convicción: no falleció por el golpe recibido, sino por la falta de auxilio.
"Si alguien la hubiera auxiliado, estaría viva", aseguran a Libertad Digital fuentes cercanas al caso. Una teoría que se vería apuntalada por el propio informe forense, que indica que Esther López sufrió una rotura de cadera y múltiples magulladuras que, a priori, no serían mortales.
Además, las mismas fuentes confirman a LD que han conseguido estrechar el cerco al asesino -u homicida imprudente, ya que aún no se sabe con certeza si hubo o no intencionalidad- y que están convencidos de que es alguien que reside en los alrededores de esta localidad vallisoletana y que "conduce un todoterreno o furgoneta azul".
Muchas incógnitas por resolver
A pesar de los avances, sin embargo, todavía son varias las incógnitas que se plantean: si fue o no un atropello intencionado, si el conductor eludió su deber de socorro conscientemente y si fue el impacto con el vehículo lo que hizo que el cuerpo de la joven saltase hasta la cuneta o si alguien lo movió para evitar que se viera desde la carretera.
Las fuentes consultadas por este periódico eluden entrar en más detalles, pero no esconden la confusión que reina en estos momentos. Según ha trascendido, la joven tenía la mochila y el móvil a su lado, algo que ha levantado las sospechas, ya que un golpe que la desplazase hasta la cuneta también habría hecho saltar sus pertenencias por los aires.
Igual de inquietantes son los datos que se han conocido sobre la actividad de su teléfono móvil. El inspector de Policía Serafín Giraldo, colaborador habitual de Antena 3, asegura que a las 5:40 de la madrugada Esther envió un mensaje de WhatsApp a su madre y que sólo diez minutos después, a las 5:50, ésta le hizo una llamada al ver que no estaba en casa y ya no obtuvo señal.
Secreto de sumario
Las novedades que han trascendido en las últimas horas coinciden con la decisión del Juzgado de Instrucción número 5 de Valladolid de mantener el secreto de sumario, lo que impedirá conocer más detalles hasta que concluya la investigación.
Hasta ahora, los sospechosos que estaban en el punto de mira de los investigadores eran su amigo Óscar -el último que la vio con vida y que incurrió en numerosas contradicciones tras ser interrogado- y un viejo conocido de la joven llamado Ramón, "El manitas", un pequeño traficante que vive muy cerca de la zona donde apareció el cuerpo. Carlos, otro de los amigos que estuvo con Esther la noche de autos, cuenta con una coartada, ya que sus hijos corroboran que llegó a casa antes de la hora en la que la Guardia Civil sitúa la desaparición de la joven.