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Manuales para adoctrinar en el odio a España a los alumnos de segundo de Bachillerato en Cataluña

Un sindicato de profesores denuncia las mentiras sobre España de los libros de texto de Historia que se emplean en Cataluña.

Un sindicato de profesores denuncia las mentiras sobre España de los libros de texto de Historia que se emplean en Cataluña.
Estudiantes de bachillerato. | Carlos Castro / Europa Press

Un estudio elaborado por profesores del sindicato AMES (Acción para la Mejora de la Enseñanza Secundaria) certifica que los libros de texto empleados en Cataluña para la enseñanza de la Historia de España adoctrinan a los alumnos en contra de España, su historia y su cultura.

Los docentes de AMES han analizado exhaustivamente los contenidos de los libros de texto de Historia de España en segundo de Bachillerato en Cataluña y sus conclusiones no pueden ser más demoledoras: en la "escola catalana" se educa a los alumnos en el menosprecio y el odio a España y se les induce a creer que Cataluña y el País Vasco son naciones mientras que España no es más que una realidad artificial.

El presidente de AMES, Antonio Jimeno, ha presentado las conclusiones el estudio este martes en el parlamento autonómico catalán y ha manifestado que existe un "proyecto para adoctrinar a los alumnos en unas ideas concretas en toda la enseñanza obligatoria". Jimeno ha destacado que poco después de acabar el segundo curso de Bachillerato, los estudiantes tienen edad de votar y la enseñanza se ha convertido en una "cantera de futuros votantes".

Los profesores de AMES consideran que para tratar de paliar el adoctrinamiento que sufren los alumnos de Cataluña y de otras regiones de España, la prueba de Selectividad debería ser la misma en toda España y que los libros de texto deberían contar con una supervisión y autorización previa del Ministerio de Educación.

El estudio de AMES sobre adoctrinamiento ideológico incluye nueve libros de texto de segundo de Bachillerato en Cataluña y ha sido elaborado por Berta Romera, profesora de Historia de Enseñanza Secundaria; Carlos Conde, coordinador del Foro de Profesores y ejerciente en la Universidad de Northumbria; Francisco Oya, profesor de Historia de Enseñanza Secundaria; Roberto Muñoz, profesor de Historia de la Universidad Camilo José Cela; Vera Cruz Miranda, profesora de Historia de la Universidad Rey Juan Carlos y Román Langosto (pseudónimo), profesor de Enseñanza Secundaria, y ha sido coordinado por Antonio Jimeno, el presidente de AMES. Las editoriales son Anaya, Barcanova, Bruño, Edebe, Santillana (que dispone de tres manuales diferentes), Teide y Vicens Vives.

Un país artificial, mísero e inculto

A modo de conclusiones estos docentes destacan aspectos como que se dedica más espacio a la historia de Cataluña que a la España, que no se avisa de que la Constitución está por encima del Estatuto de Autonomía, que en los mapas el color de Cataluña es diferente al del conjunto de España, que se presenta a Cataluña como industriosa y trabajadora mientras que España es inculta y mísera, que el Reino de Aragón se nombra como la "Corona catalanoaragonesa" o que a Carlos I de España le llaman "Carlos I de Castilla y de Cataluña-Aragón".

En el informe elaborado por AMES se acentúan los siguientes puntos:

En Cataluña los libros de texto de Historia de España no son mencionados como tales. Su título es el de "Historia", a secas. Se pretende obviar la palabra España que aparece muy pocas veces ya que se prefiere hablar de estado Español, de Monarquía Hispánica, de Península, etc. El alumno, a base de no ver el nombre de España, pierde poco a poco el sentido de pertenencia a un país, a una nación cuyo nombre no aparece. La utilización de "península" abriga, además, un grave error y es el que en la península se encuentra también Portugal por lo que para ciertas épocas de la Historia no debería utilizarse.

El temario de Historia de España en Cataluña es mucho más corto que en otras comunidades; empieza generalmente en el siglo XVIII. El perjuicio ocasionado al estudiante catalán con este recorte es enorme; se le priva de poder competir, en igualdad de condiciones, con alumnos de otras CCAA. Si su opción de futuro es un grado de humanidades o clásicas se enfrentará a contenidos de los cuales no ha oído hablar nunca y que, en cambio, en otro territorio serían resueltos por alumnos de menor edad. Todo el legado español correspondiente a la Prehistoria, la Historia Antigua, la Historia Medieval y la Historia Moderna se ignora. Esto es cometer un fraude educativo con el alumno, con su familia y con toda la sociedad catalana.

Historia Contemporánea para la ideología

En algunos libros el temario se alarga hasta el 2018. El historiador poco puede aportar de esas fechas, al no poder disponer de perspectiva histórica porque no existe. La conclusión es que hacer esto no es enseñar historia, más bien es hacer política, lo cual propicia acabar predisponiendo ideológicamente a los jóvenes estudiantes en un sentido u otro.

Los temas más cercanos al alumnado, los correspondientes a Historia Contemporánea, están sumamente ideologizados, hasta el punto de que la referencia a la Constitución Española de 1978 es mucho menor que la alusión a los sucesivos Estatutos de Cataluña y se la trata con menos énfasis. Por tanto, uno de los pilares básicos de nuestra democracia actual es ninguneado o minimizado en cuanto a su importancia y su valor para la convivencia entre todos los españoles.

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El libro de texto no menciona la corrupción de Jordi Pujol.

En el mismo sentido que el punto anterior, la monarquía apenas es analizada y mucho menos bien valorada, pero sí se tiene muy en cuenta, y así lo indican los manuales, que el rey emérito, Juan Carlos I, había jurado los Principios del Movimiento, que son la base del franquismo. Y no se explica, en cambio, que "traicionó" esos principios para abordar el cambio de España hacia una democracia. La realidad es que mediante comentarios tendenciosos, se intenta generar en la conciencia del alumnado una opinión negativa respecto a la monarquía y al monarca. Es imposible que las nuevas generaciones respeten las instituciones de su país, si no se les enseña a ello. Por otro lado, la alusión a la monarquía es totalmente peyorativa en la mayoría de los manuales de Cataluña o, por lo menos, se "intentan guardar distancias" o ignorar.

"La corona catalanoaragonesa"

6. En muchos de los manuales de Historia de España del Bachillerato que se utilizan en Cataluña, los monarcas, sean de la época que sean, se representan mediante caricaturas en lugar de mostrar pinturas o fotografías, cosa que no se hace con las personalidades de la Historia de Cataluña. Esto se hace con los monarcas porque la caricatura permite ridiculizar a las personas, aunque sean la más alta institución del país. Independientemente de que al autor le guste o no la labor de los monarcas, lo que se debe potenciar en los jóvenes es el respeto a las personas y a valorar nuestra historia, con sus sombras y sus luces.

En los mapas se hace una constante alusión a la "corona catalanoaragonesa", pese a que esta nunca existió, ya que siempre fue el Reino de Aragón. Se trata de tergiversar el pasado para proyectar en el alumnado la falsa idea de una gran importancia de Cataluña en épocas pasadas y, sobre todo, de crear la falsa idea de que su historia nunca estuvo unida a España.

Se ocultan los hechos más vergonzosos de la historia de Cataluña. Por ejemplo que Companys, ERC, PSUC y el Gobierno de Indalecio Prieto pactaron con Stalin para acabar con cenetistas y trostkistas o que el llamado Estat Català era un grupo paramilitar fascista.

La Cortes Medievales de Cataluña se describen erróneamente como predemocráticas. Esto es falso ya que se trataba de cortes formadas por los tres brazos clásicos (brazos eclesiástico, brazo militar y brazo real), como las llamadas cortes estamentales de toda la Europa del Antiguo Régimen. Nada que ver pues con una democracia o una predemocracia.

Se dice que los decretos de la Nueva Planta supusieron un gran perjuicio para los derechos de los catalanes y se oculta que esos decretos enriquecieron a Cataluña, al facilitarles su comercio con América, instalar sus fábricas de indianas, etc. Se dice que se prohibió el catalán en documentos y en acciones oficiales, cuando en realidad la mayoría se hacían en latín y el hacerlos en castellano facilitó su comprensión. Tampoco se dice que la prohibición del catalán se limitaba a los documentos oficiales, no a su uso como lengua coloquial entre familias y vecinos.

La Cataluña industrial

Se considera que Cataluña se industrializó simplemente por la laboriosidad de sus gentes y por su cultura del ahorro, sin decir que el gobierno de España prohibió la compra de productos extranjeros, que eran más baratos, para potenciar la industria catalana. Pensar que los catalanes son más trabajadores y más ahorradores que los demás esconde un claro sentimiento de superioridad que debería corregirse en lugar de consolidarlo. Por otro lado se debería decir que el gobierno de España traicionó el liberalismo, en contra de los principios que le son naturales, para proteger la industria catalana.

No se dice que en pleno siglo XX, la industria catalana fue provista de mano de obra barata del resto de España, sobre todo de Extremadura, las dos Castillas, Andalucía y Galicia, que fue la que posibilitó la mejora económica de Cataluña. Si bien se señala la miseria de las provincias de procedencia, no se cita nunca el empobrecimiento ocasionado, ni su posterior y actual despoblamiento y desequilibrio poblacional.

Cuba: éticamente superiores

Se comenta el Descubrimiento y la colonización en general, como si España fuera el único país que se dedicó a la conquista de territorios, omitiendo, deliberadamente, el papel que tuvo la burguesía catalana en la compra de ciudadanos negros en África y su venta en América, ni sus privilegios comerciales en la Cuba del siglo XIX. Tampoco se dedica esfuerzo alguno por enseñar la impronta cultural que España dejó en el continente americano. Por ejemplo, se caricaturiza la "muerte de España", en la guerra que enfrenta a ésta con los EEUU por la isla de Cuba, sin decir que son miles de burgueses catalanes los que se están enriqueciendo en ella. Ante esta viñeta los autores del libro en lugar de explicar la gran campaña de desprestigio que los EEUU lanzaron contra España con el objetivo de conseguir la Isla de Cuba, solo se les ocurre aprovecharla para desprestigiar a España.

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La colorida unidad sobre la Segunda República contrasta con el blanco y negro del temario sobre el franquismo.

Tampoco se dice que cuando España perdió Cuba y por tanto la burguesía catalana ya no pudo negociar en ella, es justo cuando surge el deseo de separarse de España. Es triste ver que cuando a finales del siglo XIX España sufrió plagas agrícolas (langosta y filoxera), epidemias (fiebre amarilla y cólera), miseria y hambruna, el nacionalismo catalán, como se ve en las siguientes viñetas, en lugar de confraternizarse con el resto de españoles ante estas situaciones, lo que hizo fue ridiculizarlos para potenciar así el deseo de separarse de ellos.

Se ha detectado también adoctrinamiento político partidista en ideologías de izquierda que se presentan como éticamente superiores, negando así la posibilidad de que también sean admisibles las respuestas a los problemas que proponen otras ideologías. Por ejemplo, el libro de la editorial Bruño y el libro de la editorial Santillana para otras Comunidades Autónomas, que carecen de contenidos nacionalistas, valoran mucho más positivamente los hechos históricos protagonizados por las corrientes de izquierdas, así como sus ideales y propuestas de mejora.

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