Pasadas las 10 de la mañana de este jueves, los principales dirigentes del Partido Popular comenzaban a recibir en sus teléfonos móviles la alerta de que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, había aireado en el Congreso de los Diputados que el Gobierno estaba dispuesto a reformar el delito de sedición para beneficiar a los separatistas.
Durante el debate de presupuestos, Montero se refería desde la tribuna a "una modificación de determinadas figuras penales que, a criterio del Gobierno, se contemplan de una forma en el Código Penal que no son comparables con otras figuras similares en el ordenamiento jurídico europeo".
Los teléfonos de los populares ardían pero desde el equipo de Feijóo, que se encontraba en Santander, decidieron "mantener la prudencia" y esperar. Minutos después, en el Congreso, Montero intentaba matizar sus palabras: "Si en algún momento se ha interpretado por mis palabras que yo estaba dando un paso más, para nada. En el fragor del debate no siempre uno termina la frase y lo que quería decir es que hay un compromiso firme cuando tengamos las mayorías para impulsarlo, cosa que hoy no ocurre".
Pero la llama ya estaba encendida. A pesar de la rectificación de la titular de Hacienda, el nerviosismo se apoderaba de los populares tras escuchar estas palabras. La presión por "las consecuencias" que podía traer pactar con un Sánchez que, a la vez, estaba negociando con los separatistas, preocupaba y mucho a los cargos autonómicos del PP.
Ayuso alertó a Feijóo
Por eso, barones como Isabel Díaz Ayuso o Juanma Moreno trasladaron a Feijóo y su entorno su miedo a que Sánchez le engañara y su disconformidad con el acuerdo. La dirigente madrileña le envió un mensaje mientras que el líder andaluz habló con él hasta dos veces tras la intervención de Montero. "Juanma Moreno coincide en que no es leal que el Gobierno juegue a dos bandas con la Justicia y le dijo a Feijóo que contaba con todo su apoyo para decidir lo que considerara mejor para el interés general", aseguran desde su equipo.
Otros cargos del PP, que también llevan varios días expresando su temor, conversaron con Génova para dar cuenta del peligro de seguir hablando con el Ejecutivo. "Era un riesgo muy alto", "Sánchez siempre nos ha engañado", son algunas de las frases que repetían estos dirigentes populares que recordaban que el Gobierno "no tenía ninguna intención de llegar a un pacto y por eso, filtra sus intenciones con la sedición" desde el pasado lunes a los medios.
La situación empeoró cuando Sánchez anunció en África que al acuerdo, que ya estaba terminado, solo le faltaba la firma. El PP se apresuró a desmentirlo a través de un comunicado en el que decían que el pacto no estaba ya cerrado.
Pero Feijóo decidió esperar hasta por la tarde, cuando habló por teléfono con el presidente del Gobierno, para dar el paso. El líder del PP tuvo que escuchar cómo el presidente del Gobierno le confirmaba personalmente sus intenciones, tras casi una hora de conversación, para "suspender" las negociaciones.
Feijóo constató ahí que el gobierno prefería acabar con las conversaciones que desairar a sus socios separatistas y su equipo comenzó a redactar el comunicado que enviaron pasadas las ocho de la tarde a los medios de comunicación.
