
El Gobierno de Pedro Sánchez continúa con su agenda de trasladar a todos los terroristas de ETA que permanecen en prisión cumpliendo sus penas a cárceles del País Vasco o Navarra. Este lunes se ha confirmado el traslado de otros siete etarras, según ha adelantado la Dirección General de Víctimas del Terrorismo –dependiente del Ministerio del Interior de Fernando Grande Marlaska– a las principales asociaciones de víctimas.
Un hecho, que como no podía ser de otro modo, ha vuelto a caer como un jarro de agua fría para los que sufrieron los zarpazos asesinos del terrorismo. "Tal y como anunciamos, el acercamiento de presos etarras está a punto de culminar. Como llevamos anticipando desde hace ya tiempo, los asesinos podrán celebrar la Navidad muy cerca de sus familias sin haberse arrepentido ni haber colaborado con la Justicia", han denunciado desde la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT).
"Estamos ya cansadas. Muy cansadas de esta situación que se ha normalizado y que ha puesto en relieve algo que ya intuíamos: las víctimas del terrorismo ya no le importamos a nadie. Estos días hemos visto como hay diferentes asuntos que sí indignan a la sociedad, pero tenemos claro que el menosprecio y humillación a las víctimas del terrorismo no es uno de ellos. Nos sentimos más abandonadas que nunca", han añadido desde la asociación.
Los siete terroristas de ETA cuyo acercamiento se ha conocido este lunes son José Ignacio Guridi Lasa, Iñaki Bilbao Goicoetxea, Asier Badiola Lasarte, Orkaitz Gallastegui Sodupe, Fermín Vila Michelena, Íñigo Zapirain Romano y Alberto Viedma Morillas.
José Ignacio Guridi Lasa. De Mansilla de las Mulas (León) a una prisión del País Vasco. Fue condenado a 52 años de cárcel por la colocación de un artefacto - que no llegó a explosionar- en una maceta que se encontraba en el alfeizar de un adosado de Citruénigo (Navarra). En 2002 fue condenado a 30 años por el asesinato de José Luis López de la Calle. También fue condenado a 75 años de prisión por el asesinato en agosto de 2002 de los guardias civiles Irene Fernández Perera y José Ángel de Jesús Encinas, en Sallent de Gállego.
Iñaki Bilbao Goicoetxea. De la cárcel de Topas (Salamanca) a una centro penitenciario del País Vasco. En 2004 la Audiencia Nacional le condenó a 52 años de prisión como autor del asesinato de Juan Priede Pérez. También fue condenado en varias ocasiones por amenazar de muerte a jueces como Garzón, Teresa Palacios y Fernando Andreu.
Asier Badiola Lasarte. De la prisión El Dueso (Cantabria) a una prisión del País Vasco. En 2013 la Audiencia Nacional le condenó a penas que suman 299 años de cárcel por la colocación de un coche bomba en la comisaría de la Ertzaintza de Ondarroa el 21 de septiembre de 2008.
Orkaitz Gallastegui Sodupe. Del Centro Penitenciario de Topas (Salamanca) a una prisión del País Vasco. Fue condenado a 26 años como cooperador necesario en el asesinato de José María Lidón.
Fermín Vila Michelena. De la cárcel de Zuera (Zaragoza) a una cárcel del País Vasco. La Audiencia Nacional le condenó en 2015 por el atentado que asesinó a Luis Ortiz de la Rosa.
Íñigo Zapirain Romano. Del centro penitenciario de El Dueso (Cantabria) a una cárcel del País Vasco. En 2013, la Audiencia Nacional le condenó a 485 años como autor del atentado que asesinó a Luis Conde de la Cruz. También fue condenado en 2013 a 45 años por el asesinato de Eduardo Antonio Puelles García.
Alberto Viedma Morillas. De la cárcel de Topas (Salamanca) a la prisión de Pamplona. En 2003 fue condenado a 30 años de prisión como responsable del asesinato de Tomás Caballero el 6 de mayo de 1998 en Pamplona. En 2004 fue condenado a 30 años de prisión como autor del asesinato de Francisco Casanova el 9 de agosto del 2000 en Berriozar (Navarra). También fue condenado por el intento de homicidio del subteniente del Ejército José Díez Pareja en la localidad navarra de Cizur Mayor en 2001

