Los Mossos d'Esquadra han anunciado este lunes la detención de dos hombres de 31 y 51 años de edad presuntamente relacionados con el asesinato de un hombre cuyo torso fue hallado el pasado 27 de noviembre en el interior de una maleta depositada en un contenedor de basura en la confluencia de las calles de Casanova con la Avenida Roma.
Una persona que rebusca en la basura encontró la maleta con esa parte del cuerpo y avisó a un estanquero para que alertara a su vez a la policía. Los Mossos y personal forense acordonaron la zona durante horas y vaciaron los contenedores cercanos y se llevaron algunos de ellos. También tomaron huellas y revisaron las cámaras de seguridad de los establecimientos de la zona. Fruto de esas pesquisas han dado con dos sospechosos del descuartizamiento.
Los Mossos han localizado un domicilio que presenta indicios de que ahí se habría llevado a cabo el descuartizamiento del cadáver. De momento, no se han encontrado el resto de partes del cuerpo de la víctima.
Realquilados de la víctima
Las detenciones, que han trascendido este lunes, se produjeron el viernes, una vez que los Mossos visionaron cómo sacaban la maleta del número 91 de la calle Casanova, según reporta La Vanguardia. Tras diversas indagaciones entre los vecinos, llamaron a la puerta donde vivía un ciudadano alemán que realquilaba habitaciones del espacioso piso. Al no recibir respuesta, entraron en la casa, donde detuvieron al ciudadano ucraniano, que llevaba pocas semanas en el inmueble. Horas después, detuvieron a un irlandés cuando se disponía a entrar en el portal.
Tras pasar el fin de semana en los calabozos, donde se negaron a declarar ante la policía, han sido puestos a disposición del juzgado 32 de Barcelona, cuya titular ha ordenado el ingreso en prisión del ciudadano irlandés, que llevaba más tiempo viviendo en el piso, y ha dejado en libertad, pero sin pasaporte y con obligación de personarse en comisaría, al ucraniano.
Las grabaciones de las cámaras de seguridad han sido claves para resolver, al menos en apariencia, un crimen que se antojaba muy complejo. La víctima llevaba años residiendo en el inmueble como inquilino y había tenido conflictos con la comunidad y el gestor del inmueble por realquilar habitaciones. Unos amigos de este ciudadano alemán fueron a visitarle después de días sin saber de él. Se plantearon denunciar la desaparición pero no llegaron a hacerlo.