
El Mundo
"El varapalo del TC provoca críticas en el PSOE contra Bolaños: "No es el SuperBolaños que decía Zapatero"".
Aun colean las reacciones al discurso del Rey. Santiago González dice que "el discurso de Felipe VI venía precedido de grandes expectativas debido a las dramáticas circunstancias de nuestra vida política. Hay que decir que el Rey cumplió. El jefe del Estado sabe defender la Constitución y esta no es una cuestión menor tal como está el ambiente".
Raúl del Pozo dice que "es más verdad que nunca que los españoles tratan inútilmente de destruir el país". "el Rey Felipe VI, en su más difícil discurso de Navidad, ha avisado sobre la erosión de las instituciones y el deterioro de la convivencia. Lo ha hecho con tacto porque se la jugaba, después del gran discurso contra los separatistas de 2017, que siguen mandando". Pero se le entendía todo. "El Rey y la Constitución del 78 que quieren derribar aguantan más el resuello que un buzo". Veremos si Sánchez logra al final su propósito de destruirlo.
Jorge Bustos lo califica de "discurso punk". "Cómo serán los tiempos para que las palabras navideñas de un monarca suenen subversivas. Los analistas coinciden en que el discurso de Felipe VI ha venido cargado de mensajes concretos, lejos de los lugares comunes del orgullo y la satisfacción con que Juan Carlos I solía dar el pistoletazo de salida a la carrera familiar por el langostino, cuñado el último". Y no es que a Felipe no le gustaría hablar de la geina y yo, la familia y demás tontunas. Pero le ha tocado al hombre reinar en tiempos revueltos.
"Cuando el poder mismo se afana en la normalización de la anomalía, a los reyes constitucionales conscientes de su deber no les queda más remedio que resultar provocativos".
"Nada conviene más a la Corona que una nación aburrida. Pero desde que el divertidísimo populismo -«deseo de excluir frente a la voluntad de integrar», por recurrir a la definición real- eclosionó en la Cataluña de 2017, no puede decirse que hayamos conocido unas navidades en paz institucional. Claro que hay quien lleva la discordia mejor que otros. Y nadie la lleva tan bien como Sánchez, cuyos entrañables socios reaccionan a los llamamientos a la unidad de Felipe VI volteando su retrato en las redes, cuando no quemándolo en la calle. Es el famoso constitucionalismo del que presume el cerebro socialista del monstruito de Frankenstein". Cuando la cosa se tranquiliza un poco, Sánchez se saca de la manga una medida, un decreto ley, una imposición cualquiera que pueda provocar bronca. Es un camorrista de cuidado.
En cuanto al PP, "simular que la oposición tiene la misma -¡o mayor!- responsabilidad que Sánchez en la presente crisis institucional es una maniobra propia de sicofantes en quiebra. Como diría doña Ione Belarra, nuestra Simone Veil de txosna y calimocho, estamos hasta el coño de que se finja corresponsabilidad entre el que manda con los enemigos del 78 y el que aspira a mandar precisamente para quitarles la llave de la gobernabilidad".
"Cuando Otegi y Junqueras son los caseros de La Moncloa, el simple acto de reinar y la mera apelación al espíritu y la letra de la Constitución -«los españoles tenemos que seguir decidiendo todos juntos nuestro destino»- producen en el público el efecto vigorizante de una canción punk. God save the King". Eso, porque como no sea God no sabemos quién le va a salvar mientras Sánchez esté en Moncloa.
El País
El boletín oficial del régimen de Sánchez nos cuenta cómo el amo nos va dar una limosnita con nuestro propio dinero. "Sánchez reserva 10.000 millones para ayudas contra la inflación". ¿Los repartirá subido a un camello en la Plaza Mayor?
El periódico sanchista se pasa por el arco del triunfo los consejos del Rey. "La derecha del CGPJ busca un voto para renovar sin consenso el Constitucional". No saben vivir sin gresca. Los jueces de derechas, la ultraderecha, y así día a día.
"El Gobierno congela la mesa de diálogo con la Generalitat tras rebajar el castigo penal a los independentistas". Ja, hasta que los vuelva a necesitar.
Víctor Lapuente cree que nuestro mayor problema es Cataluña. "Si el procés pudo romper Cataluña, la respuesta al procés puede romper España.
"El hecho diferencial español es cómo tratar al independentista catalán. Es el gran logro del procés que, como el Cid, ha ganado una batalla después de muerto. El foco de los soberanistas ha pasado del hipotético Estado catalán al verdadero Estado español, y su supuesto autoritarismo represor. Cerrada la vía de la ruptura unilateral, los partidos independentistas han conseguido que el combate se traslade a Madrid". Bueno, cerrada, cerrada, eso está por ver.
"Para normalizar la vida política en España, sólo veo un camino: una reforma constitucional que cierre el asunto territorial y que esté liderada por quien menos se espera, el PP. Porque sólo así tendrá la credibilidad necesaria. Esta debería ser la gran tarea de Feijóo para 2023. Sin duda, una propuesta valiente podría acortar su carrera política, pero alargaría su gloria eterna". Lo mismo en el próximo artículos Lapuente nos concreta a qué reforma constitucional se refiere.
ABC
"Nueva ley de Belarra: pagar impuestos dejará de ser requisito para recibir ayudas". Es que no da respiro el gobierno socialpodemita. "RTVE multiplica y acelera el gasto: adjudica en dos meses 600 millones en contratos". Recuerda el editorial que el Gobierno nombró a Elena Sánchez Caballero presidenta del Ente rompiendo "el último pacto sellado un año y medio antes con el PP sobre varias instituciones del Estado (Tribunal Constitucional, Defensor del Pueblo, Tribunal de Cuentas y Agencia de Protección de datos), y lo hizo, además, por la puerta de atrás. Conviene recordarlo ahora que La Moncloa se esfuerza en culpar exclusivamente al PP del actual bloqueo en la renovación del Consejo del Poder Judicial".
Naturalmente, al estilo Sánchez, porqué me sale de mis partes inguinales, sin aval del Congreso, sin consultar con nadie. "En el caso de la televisión y la radio públicas, como en tantos otros, el presidente del Gobierno elude los compromisos que adquirió como candidato y que apuntaban a fortalecer su independencia. Todo ha quedado en papel mojado, y demasiado caro". Todos los compromisos de Sánchez en campaña quedaron en papel mojado tras su pacto con Iglesias.
Isabel San Sebastián comprende la iracunda reacción de los socios de Sánchez al mensaje del Rey. "Una formación de extrema izquierda populista cuyo líder otorga a la guillotina los máximos honores democráticos y varios grupos situados a ambos extremos del espectro político, unidos por una misma obsesión identitaria y un mismo empeño excluyente, no pueden sino aborrecer la figura del Monarca, por lo que encarna y representa. Lo que ya no resulta tan lógico es que el presidente del Gobierno haya escogido a semejantes compañeros de viaje y los mantenga contra viento y marea, sin atreverse ni a rechistar cuando sueltan la lengua o el tuit para verter su veneno contra el Jefe del Estado". "El PSOE ha escogido bando. Entre el Rey y sus enemigos ha optado por estos últimos, que lo odian con el mismo ahínco con el que aborrecen a España". Pues sí, llevamos tres años con el PSOE intentando cargarse la Constitución e instigando un enfrentamiento civil, y así seguirá mientras no consigamos sacar a Sánchez de Moncloa.
La Razón
"Tensión en el Gobierno por las ayudas a la vivienda en el decreto anticrisis". Ganará Podemos, como siempre. Dice el editorial que tenemos "un gobierno agotado con líos a diario". El sanchista Toni Bolaño dice que para nada. "La derecha vio en sus diferencias la brecha para derribar al Gobierno de Sánchez. Se han equivocado de forma exponencial. Las diferencias deben evidenciarse para mantener activos a los electorados, al tiempo que son el pegamento necesario para fortalecer un modelo de Gobierno que la derecha pensó que nació muerto y ha demostrado que el muerto está muy vivo y con ganas de dar la gresca". Sobre todo dar la gresca.
Sabino Méndez comenta la vena guerracivilista de Pedro Sánchez. "El Gobierno está tomando decisiones que no sometió a sus votantes cuando se presentó a las elecciones y, como eso le saca los colores, intenta hurtar al pueblo el delator debate en el Congreso de los Diputados. Frente eso, la oposición intenta, como es su obligación, poner en funcionamiento todos los mecanismos legalmente posibles para impedirlo. Todos usan los canales perfectamente autorizados por nuestras leyes para hacerlo. No porque se le lleve la contraria el presidente del Gobierno éste debe perder los nervios y acusar de delincuente a todo aquel que no opine como él. Eso es ridículo, dictatorial y pensaba decir bananero pero, dadas las actuales circunstancias, mejor diré arábigo".
"Es ridículo e infantil pensar que, en el juego democrático, en un lado están solo los buenos y en el otro los malos. El presidente del Gobierno ha de serlo de todos, de los unos y los otros. Si se empeña en practicar esas dialécticas pueriles y poco democráticas nos hará dudar de su salud mental y su madurez, porque supondría pretender acusar de golpismo a todo el censo de españoles que no le ha votado a él". Es lo que lleva haciendo desde que llegó a Moncloa, Sabino, baja de las nubes. Sánchez gobierna para sus socios y lo hace encantado, y el resto de los españoles son basura. Esto es lo que hay. Y no va a cambiar.





