Los vecinos de Miranda de Ebro se han despertado en medio de un impresionante dispositivo policial y siguen sin dar crédito. Aseguran que P. G. P. –el jubilado que ha sido detenido por, presuntamente, haber mandado varias cartas bomba a la embajada y consulados de Ucrania, a la de EEUU y a Moncloa y otros centros oficiales– es un hombre normal y tranquilo, exfuncionario del Ayuntamiento de Vitoria, salía a pasear por las mañanas y vive en la localidad desde hace al menos 30 años.
José Luis vive justo enfrente del detenido y asegura que, aunque no tenían relación, le conocía de vista. Está convencido de que tuvo que contar con algún tipo de ayuda, aunque por el momento fuentes policiales han precisado que es el único sospechoso de todos los envíos. José Luis también comparte garaje con el detenido y explica que cada plaza cuenta con un pequeño trastero donde el detenido podría guardar parte del material pirotécnico que utilizó para las cartas.
Algunos vecinos barajan una posible enajenación. Sin embargo, el propietario de un local cercano al domicilio del detenido asegura que le conocía "mucho de vista" e insiste en que trata de un hombre normal: "Es como cualquier otra persona, no es alguien que fuera gritando por la calle o un loco". Tampoco se explica "cómo es posible que ese hombre se haya complicado la vida de esta manera.
En lo que coinciden todos los vecinos que observaban el dispositivo policial este miércoles es que P. G. P. es un hombre solitario, sin pareja ni hijos. Además, según han puntualizado mandos de los servicios antiterroristas, "es una persona muy activa en redes sociales y tiene conocimientos técnicos (es muy aficionado al aeromodelismo) e informáticos", aunque por el momento no se ha encontrado ningún vínculo del jubilado con el espionaje ruso.
El registro de la vivienda ha terminado hacia las 16:30 horas, después de más de seis horas de búsqueda por parte de los Tedax y la Policía Científica, con la ayuda de perros detectores de explosivos. Los agentes están convencidos de que los artefactos explosivos rudimentarios se confeccionaron en la propia vivienda del detenido, donde han encontrado más material pirotécnico.