
La invasión rusa de Ucrania ha intensificado en el último año el tránsito de buques de guerra junto a las costas españolas y las aguas de interés nacional. En algunas ocasiones son barcos de la marina rusa que transitan solos o acompañados por otra embarcación. En otras, son auténticos grupos de combate naval. El trayecto, en una dirección o en la otra, es siempre el mismo, y une los puertos rusos del Mar Báltico con los puertos de este país en el Mar Negro.
Durante la última semana lo que se ha estado controlando es un grupo de combate naval que estaba compuesto por la fragata Almirante Grigorovich, las corbetas Stoiky y Sobrazitelny, y el buque de aprovisionamiento ligero Kama. Cuatro embarcaciones que se trasladaban desde el Mediterráneo Oriental, tras pasar unas semanas en el Mar Negro, según han explicado fuentes del Estado Mayor de la Defensa (EMAD).
Tras ser controlados durante buena parte de su tránsito por el Mediterráneo Oriental por la Fuerza Naval Permanente número 2 de la OTAN, hace unos días, al acercarse a las aguas de interés, fue la fragata F81 Santa María de la Armada la que salió a su encuentro para, desde la distancia prudente, controlar sus movimientos. Lo hizo durante tres días, hasta que los buques rusos entraron en aguas de responsabilidad portuguesa, momento en el que fue relevada por un barco de guerra portugués.
Días más tarde, tras la salida de la agrupación naval rusa de la zona económica exclusiva (ZEE) de Portugal, para volver a entrar en aguas de interés español, fue el patrullero de altura P71 Serviola de la Armada, dando el relevo a la fragata portuguesa Corte Real, el que continuó la vigilancia por las cercanías de Galicia y el Mar Cantábrico, hasta que los buques rusos entraron en aguas de interés francés.

